Hay dos tipos de personas en la vida: las que viven ayer y
las que viven mañana.
El que vive ayer es aquel que en alguna época de su vida fue
víctima de algún suceso traumático que dejo huellas amargas en su vida y nunca
ha podido superarlo, más bien se ha quedado estacionado en aquella
circunstancia y ha hecho de ese mal momento un estilo de vida, convirtiendo así
su pasado en su propia cárcel.
Esta persona no es capaz de avanzar, sino que vive amarrado
a su pasado y sumergido en un poso de auto conmiseración que nada ni nadie lo
puede sacar y viven echándole la culpa a todos los demás por su fatalidad.
Todos sus caminos conducen a la lamentación y a las quejas. Estas personas por
lo general se encierran en sí mismas, ponen un escudo de protección alrededor
de su corazón convirtiendo así su vida en una barrera impenetrable que solo la
induce a la depresión.
El que vive en el ayer nunca presta atención al presente ni
le atrae el futuro, por ende no disfrutan su presente. El que vive en el mañana es aquel que al superar los traumas
de su pasado perdió el enfoque de su hoy y nunca tiene tiempo para el presente, es decir
que todas las oportunidades que le brinda la vida la rechaza y las deja para mañana.
Usted le
pregunta que cuando va a comenzar a estudiar? y te responde “Mañana” Cuando vas a hacer esto o aquello? y siempre te contestan "Mañana". Este tipo de persona vive una vida apresurada,
nunca tiene tiempo para disfrutar su presente y vive postergando hasta su
propio bienestar atrasando le un día a su calendario.
Por lo general la mayor parte de los seres humanos siempre sufrimos la tentación de preocuparnos por
el mañana y tenemos una inclinación constante a querer conocer lo que acontecerá en el futuro, de ahí nace la razón por la que muchos son fascinados por la búsqueda de los conocimientos y ciencias ocultas; pero la Palabra de Dios nos prohíbe indagar sobre el futuro y a no preocuparnos ni tener miedo del futuro.
Jesucristo dijo: "No os afanéis por el día de
mañana, porque el día de mañana traerá su afán." ¡Mañana será otro día!
"Pues basta a cada día su propio mal." (Mateo 6:34)
¡Esa es la advertencia, el mandamiento y la
promesa de Dios!
La biblia nos
muestra un ejemplo de este tipo de personas en la vida del Faraón de Egipto, en
el libro de Éxodo capitulo 8: 1-10,
veamos:
“8:1 Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de
Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me
sirva.
8:2 Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus
territorios.
8:3 Y el río criará ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa, en la
cámara donde duermes, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en tu
pueblo, en tus hornos y en tus artesas.
8:4 Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus
siervos.
8:5 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los
ríos, arroyos y estanques, para que haga subir ranas sobre la tierra de
Egipto.
8:6 Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas
que cubrieron la tierra de Egipto.
8:7 Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir
ranas sobre la tierra de Egipto.
8:8 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para
que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que
ofrezca sacrificios a Jehová.
8:9 Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus
siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas,
y que solamente queden en el río.
8:10 Y él dijo: Mañana. Y Moisés
respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como
Jehová nuestro Dios".
En el versículo 9 Moisés le pregunta a Faraón que cuando quiere
que El clame a Dios para que quite la plaga de Ranas y él le responde
(v.10) “Mañana”. Este tipo de persona
prefiere vivir un día más con la desgracia. Alguien dijo muy ciertamente "que no
debemos dejar para mañana lo que se puede hacer hoy".
Hay un tercer tipo de persona
es el que vive el hoy.
El que vive hoy es aquel que no permite que el pasado
determine su presente ni influya en su futuro. Es aquel que no se amarra a
ningún tipo de circunstancia que hayan marcado su pasado. Es aquel que no
importando las veces que haya caído, se levanta y sigue adelante hasta
establecer un presente que le garantice un mejor futuro. El que vive hoy vive
un día a la vez, siempre está disponible
y dispuesto a hacer las cosas en el presente asegurando así su futuro.
Dios está buscando gente de
hoy, porque él es un Dios de hoy. Cuando aquel ladrón que estaba siendo
crucificado junto con Jesús reconoció que el era Dios y le pidió que
cuando estuviera en su reino se acordara
de Él, Jesús le contesto “Hoy estarás conmigo en el Paraíso.”
Lucas 23:42-43 "Y dijo (El ladrón) a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Hoy Dios está llamando a todo
aquel que vive en el ayer para traerlo al presente y darle un buen futuro, una
vida sana y abundante. El quiere sanar todas tus heridas y todas tus dolencias.
Debe disfrutar del día de hoy y tomarse las cosas tal como vengan; ¡mañana será
otro día! "¡Pues como tu día serán tus fuerzas!"
También está llamando a todo
aquel que vive en el mañana. Su palabra dice que “si oyereis hoy su voz no endurezcáis vuestros corazones”
(Hebreos 3:15), no postergue la decisión más importante de tu vida. Abre la puerta de tu corazón y recibe el
perdón de Dios, no sea que la muerte te sorprenda hoy y no alcances a ver el
mañana.
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