No sé si usted se
ha dado cuenta como han cambiado las cosas en los últimos tiempos. Yo recuerdo
cuando era niño que mi padre siempre hablaba de lo importante que era el valor de una promesa. El decía que en su
época era de costumbre hacer las cosas confiando en la seriedad de las personas
y se le prestaba atención a la frase “empeñar su palabra”. En ese tiempo no
tenían tanta importancia los contratos y las firmas, porque la palabra de
alguien tenía gran peso y se respetaba.
Hoy en día se han perdido
esos usos y costumbres. Los hombres en su gran mayoría se han tornado en seres
mentirosos e incumplidores, al punto de que para poder confiar en la seriedad
de alguien se requiere de una firma o del aval de otras personas con mayor
credibilidad.
En esta ocasión Dios
nos esta exhortando a prestar mucha atención a la importancia que tiene para
nuestras vidas el cumplir con nuestras promesas y nos muestra a través de su
palabra lo letal que puede llegar a ser para un individuo, familia y hasta para
una Nación el faltar a una promesa.
Hechos 5: 1-11 nos
relata un acontecimiento que tuvo lugar en el tiempo de los apóstoles veamos:
“Pero cierto hombre
llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del
precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los
apóstoles.
Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron.
Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido.
Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto.
Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.
Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.
Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas”.
Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron.
Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido.
Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto.
Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.
Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.
Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas”.
Esta porción de la
biblia relata la última historia que muestra la parte del carácter de “fuego
consumidor” de Dios, digo esto porque después de este acontecimiento entro en
efecto el periodo de la gracia, donde por amor a su hijo Jesús, Dios se ha
tornado mas misericordioso y paciente para con los hombres.
Hasta cierto punto
una gran parte de la humanidad ha abusado del carácter amoroso del eterno y ha comenzado a vivir de espalda
a los valores éticos y morales. La mentira
y el engañó se han convertido en el pan nuestro de cada día.
La verdad es que ya Dios no está usando estos
métodos tan drásticos de castigo, como dice la biblia “es por su misericordia
que no hemos sido consumidos” (Lamentaciones 3:22); pero si podemos ver como
muchos por consecuencia de sus mentiras, impuntualidad y falta de compromiso
han caído en desgracia espiritual. Les
explico:
Una persona cae en
desgracia espiritual cuando se sale de la gracia de Dios.
¿Cómo se sale
alguien de su gracia?
El Espíritu Santo
que mora en nuestros corazones tiene una encomienda muy importante para que
nosotros podamos vivir una vida de victoria por la gracia de Jesús que nos fue
dada en el momento en que nos envió al consolador, es dirigirnos a toda verdad,
es decir, siempre dirigirnos a Jesucristo.
Jesús dijo: “Yo soy
la verdad y la vida” (Juan. 8:12), queriendo decir que donde está la verdad, está
la vida, lo que demuestra que la carencia de verdad es la mentira, que a su vez
es pecado y la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23).
¿Porque la mentira es pecado?
Porque proviene
de Satanás quien es el padre de la mentira y todo lo que de Él procede es
maldad.
Notemos que en
nuestro relato bíblico Pedro le pregunta a Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu
corazón para que mintieses al Espíritu Santo?
Cuando alguien
miente faltando a una promesa e incumpliendo con su palabra, es porque Satanás
llena su corazón de mentira y si esa persona es un creyente, en su corazón vive
el Espíritu Santo, por lo tanto no puede morar la mentira.
Cuidado con la
mentira blanca, eso no existe. Una mentira es siempre una mentira no importa lo
pequeña e insignificante que parezca y trae consecuencias funesta para nuestras
vidas
- · Cuando alguien te convoca a una hora y tú llegas más tarde eres impuntual y estas mintiendo.
- · Cuando le haces una promesa a tus hijos para que se tranquilicen y no le cumples, estas mintiendo.
- · Cuando haces una promesa de fe a tu Iglesia y no la cumples, estas mintiendo.
Cuando esto sucede
el Espíritu Santo se contrista y el cristiano cae en desgracia. En el caso de Ananías
fue la muerte física, pero hoy en día muchos creyentes parecen muertos
vivientes porque han caído de la gracia de Dios. Viven una vida de derrota, sin
gozo, en una constante depresión, no tienen paz. Están espiritualmente muertos.
En lo adelante
cuando tu no estés seguro de poder cumplir con tus promesas, no comprometas tu
palabra, no sea que te salgas de la gracia de Dios por mentirle al Espíritu
Santo que mora en tu corazón. Recuerda que cuando mientes no les mientes a los
hombres sino a Dios. Habla siempre con la verdad y siempre tendrás vida
abundante.
Dios te bendiga!!
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