La Biblia dice en Tito 2:11-14. “ Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación
a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a
los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de
nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por
nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo
propio, celoso de buenas obras.
Tres niños observaban fijamente una
gran cantidad de hormigas que se dirigían torpemente hacia una gran fogata, el
mayor de ellos exclamo –Tenemos que hacer algo para evitar que estas
hormiguitas se dirijan al fuego- El niño de mediana edad le contesta
–Pero nosotros no podemos hacer nada para advertirles del peligro al que están
siendo mal dirigidas, porque las hormigas no entienden el lenguaje de los
humanos.
El
mayor de los niños le responde –Entonces pongamos nuestros pies delante de la
fila de hormigas para que se desvíen y así no tengan que morir quemadas- Le
replica el niño mediano –No podemos hacer eso porque podríamos pisarlas e
igualmente morirían-
El
niño más pequeño e inocente que no había dado su opinión interrumpe y dice: -
de la única manera que podemos salvarlas del peligro es Yo convirtiéndome en
una hormiguita igual que ellas para así poder evitar que perezcan-, la
discusión concluyo sin que ningunos de los tres niños pudieran ayudar a
las hormigas las cuales terminaron quemadas por el fuego.
Este
relato tuvo un final trágico; pero quiero usarlo para ilustrar lo que paso hace
más de Dos Mil años atrás con la humanidad, que al igual que las hormigas del
relato estaba siendo mal dirigida por el pecado, el cual la guiaba al
desfiladero de la muerte. La humanidad estaba sentenciada a perecer; pero
en el cielo al igual que los tres niños, la trinidad divina observaban y
planificaban como librar a la humanidad de la condenación del pecado y de la
muerte.
Jesucristo
siendo Dios decidió dejar su trono de gloria y se humilló hasta lo sumo tomando
forma de hombre, para así vencer el pecado que había entrado por un hombre.
Cual Cordero limpio y sin mancha se entregó voluntariamente para morir clavado
en la cruz, cargando así el pecado de toda la humanidad y derrotando de
una vez y para siempre a Satanás.
Su
muerte sirvió para darnos la vida, dándole así un giro a la historia de la
humanidad, la cual no tuvo un final trágico como las hormigas de nuestro
relato, porque El no se quedó clavado en la cruz como muchos lo usan de amuleto
en un crucifijo, sino que el venció a la muerte y resucitó al tercer día
con un cuerpo glorificado para garantizarnos que todo aquel que le reciba en su
corazón también vencerá la muerte y obtendrá la vida eterna.
El
luego ascendió a los cielos y se sentó a la derecha del Padre a
esperar que la humanidad reconozca su sacrificio y le acepte como su único
Salvador, para luego que su pueblo haya vencido el pecado venir a establecer su
reino y su gobierno y nosotros, los que les hemos recibido y aceptado como
Salvador, seremos parte de este proyecto.
Tú
también puedes formar parte del ejercito vencedor, solo tienes que
invitar a Jesús a entrar y a morar en tu corazón y así pasar a ser parte del
gobierno de Jesús, esta puede ser la mejor
decisión de tu vida.
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