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lunes, 23 de julio de 2012

...Perdonad y seréis perdonados...


Lucas 6:37 " No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados".
El perdón es la puerta a la reconciliación en cualquier relación que necesite restauración y es el paso previo para poder amarnos los unos a los otros. No se puede amar sin perdonar. El objetivo de la vida es el amor, si se guarda rencor no se puede alcanzar este objetivo. Jesucristo, nuestro Maestro nos enseña:

...Perdonad y seréis perdonados... Lucas 6:37. Dios no nos perdonará si nosotros no perdonamos a los demás.

El perdón es como un bálsamo que emana del alma de Dios y de nuestra alma, la cual está íntimamente ligada a la de Jesús,  también emana ese bálsamo o aceite balsámico que como lámpara e incienso siempre está encendida y es quemada por el fuego del Espíritu Santo para que llegue al corazón de Dios y al corazón del hombre que es perdonado, y también del que otorga el perdón.

Perdonar no significa ceder siempre ni dejar que el mal triunfe, ni si quiera es dejarse pisotear sin justicia, sino es más bien comprender la esencia carnal del hombre que tiene un enfoque errado y una naturaleza que solo en Cristo se puede dominar. Si tenemos un objetivo espiritual claro de parte de Dios, podremos perdonar todas las ofensas que nos hagan.

Hay muchas circunstancias diarias en las que nos encontraremos que tendremos que pedir perdón o perdonar. Cuanto antes comprendamos que es un tema con el que viviremos a diario, antes podremos acostumbrarnos a perdonar con facilidad. Esto para los que son de un corazón misericordioso, pero que caen en el rencor y la falta de perdón.

No esperes a tu hermano, sino búscale tú a él para la reconciliación. Acepta tu parte de culpa y error y escúchale, busca la paz y síguela. Si dos en Jesús  se ponen de acuerdo en reconciliarse, el perdón ya está concedido también de parte de Dios y  su bendición se derramará sobre vosotros. Si hay que aclarar temas personales o espirituales, ¿con quién mejor que con un hermano en la fe y la amistad de Jesús  para poder escuchar, hablar y trabajar para el bien de la fe y de la relación mutua, de la familia o de la Iglesia?

Que Dios nos ayude a poner el perdón por delante de la agresión y estoy seguro que lograremos alcanzar una mejor forma de vivir en nuestra sociedad, cuantas cosas lamentables se hubieran podido evitar con un perdón  pedido u otorgado a tiempo.

Dios te bendiga!!!

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