Lucas 6:37 " No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados".
El perdón es la
puerta a la reconciliación en cualquier relación que necesite restauración y es
el paso previo para poder amarnos los unos a los otros. No se puede amar sin
perdonar. El objetivo de la vida es el amor, si se guarda rencor no se puede
alcanzar este objetivo. Jesucristo, nuestro Maestro nos enseña:
...Perdonad y
seréis perdonados... Lucas 6:37. Dios no nos perdonará si nosotros no
perdonamos a los demás.
El perdón es como
un bálsamo que emana del alma de Dios y de nuestra alma, la cual está íntimamente
ligada a la de Jesús, también emana ese
bálsamo o aceite balsámico que como lámpara e incienso siempre está encendida y
es quemada por el fuego del Espíritu Santo para que llegue al corazón de Dios y
al corazón del hombre que es perdonado, y también del que otorga el perdón.
Perdonar no
significa ceder siempre ni dejar que el mal triunfe, ni si quiera es dejarse
pisotear sin justicia, sino es más bien comprender la esencia carnal del hombre
que tiene un enfoque errado y una naturaleza que solo en Cristo se puede
dominar. Si tenemos un objetivo espiritual claro de parte de Dios, podremos
perdonar todas las ofensas que nos hagan.
Hay muchas
circunstancias diarias en las que nos encontraremos que tendremos que pedir
perdón o perdonar. Cuanto antes comprendamos que es un tema con el que
viviremos a diario, antes podremos acostumbrarnos a perdonar con facilidad.
Esto para los que son de un corazón misericordioso, pero que caen en el rencor y
la falta de perdón.
No esperes a tu
hermano, sino búscale tú a él para la reconciliación. Acepta tu parte de culpa
y error y escúchale, busca la paz y síguela. Si dos en Jesús se ponen de acuerdo en reconciliarse, el
perdón ya está concedido también de parte de Dios y su bendición se derramará sobre vosotros. Si
hay que aclarar temas personales o espirituales, ¿con quién mejor que con un
hermano en la fe y la amistad de Jesús para poder escuchar, hablar y trabajar para el
bien de la fe y de la relación mutua, de la familia o de la Iglesia?
Que Dios nos ayude a poner el perdón
por delante de la agresión y estoy seguro que lograremos alcanzar una mejor
forma de vivir en nuestra sociedad, cuantas cosas lamentables se hubieran
podido evitar con un perdón pedido u
otorgado a tiempo.
Dios te bendiga!!!
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