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miércoles, 15 de agosto de 2012

“Como ser un buen Padre”




Actualmente los padres han sido muy atacados por varios medios. Los presentan como seres inútiles, inservibles, súper flojos. Una autora feminista de algunas décadas atrás dijo esto: "Una mujer sin un hombre es como un pez sin bicicleta". En otras palabras, en la familia, ¡el hombre viene sobrando! Quizás sea necesario para empezar las cosas, pero su presencia no es esencial para el buen funcionamiento de la familia.

Para ser justos, es necesario reconocer que estas actitudes muchas veces nacen en reacción al machismo, la actitud que
deshonra a la mujer. Frente al machismo, muchas mujeres han dicho: ¡Esa clase de hombre no me hace falta! Uno comprende su reacción, porque hay muchos que han nacido siendo varones, pero nunca han aprendido a ser la clase de hombre que Dios quiere que sean.

Hoy quiero decirte que ni el feminismo radical, que desearía
acabar con todos los hombres, ni el machismo es la voluntad de Dios. Más bien, Dios creó al hombre con un propósito especial.
Lo puso como cabeza del hogar para amar a su esposa, criar a sus hijos y reflejar como hombre la naturaleza misma de Dios.

Dios mismo se llama Padre de todos los que El adopta como sus hijos, los que reciben por fe a su Hijo Jesucristo y lo
reconocen como Señor y Salvador. 

Así lo dice Juan 1:12: 


"A cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios". Al llamarse Padre, Dios honró a todos los padres humanos. El ser padre es algo muy valioso. Si tú eres padre, Dios te ha llamado a tomar en serio el privilegio que tienes.

En esta ocasión, quiero que consideremos primeramente para qué sirve un padre o cual es su importancia. Al hablar de lo que Dios llama a los padres a hacer, también pensaremos en la clase de Padre que es Dios para nosotros. 

Efesios 6:4 dice:

"Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor."


Aquí encontramos la primera función principal de un padre. Un padre da estructura a su hogar. Dios les dice a los padres que críen a sus hijos en disciplina.

Por lo general, en las familias sanas, las madres son más
cariñosas, y los padres ponen la disciplina. Esta no es una
división absoluta; las madres tienen que disciplinar, y los
padres deben abrazar y ser cariñosos con sus hijos. Pero cuando el papá no está cumpliendo con su deber, el orden y la estructura del hogar es lo primero en sufrir.

Esto es lo que hace Dios. La Palabra dice que el Señor al hijo que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Dios disciplina y corrige a sus hijos para que crezcan, maduren y lleguen a ser hombres y mujeres de carácter firme. El lo hace por medio de los sufrimientos de la vida, por medio de su Palabra, por medio de otras personas - de una y mil maneras.

Un niño montaba su bicicleta por una bajada. Iba más y más
rápido, y el viento fresco se sentía delicioso en su cara.
¿Para qué aplicar los frenos? ¡Quería disfrutar el momento por completo! La velocidad fue adictiva. Sin embargo, al pie de la bajada había una curva. Por exceso de velocidad, el chico perdió el control de la bicicleta y terminó con varios heridas.

Los frenos de la bicicleta representan una especie de disciplina al movimiento de la bicicleta. Son esenciales para que su uso no termine en un accidente. De igual modo, la disciplina amorosa y constante de un padre es esencial para que la familia avance bien, para que el niño aprenda a controlarse a sí mismo y pueda tener una vida ejemplar.

Quizás Dios te esté disciplinando a ti en este momento. ¡Acepta su disciplina! No te rebeles contra El. Es para tu bien. Quizás seas padre de familia, y te haga falta aprender a disciplinar a tu familia. Guíales con tu ejemplo. No confundas el coraje abusivo con la disciplina. Disciplinar a tus hijos y gritarles no son la misma cosa.

¿Qué significa esto de la disciplina y la estructura, entonces?
Significa asegurarte de que tus hijos hagan la tarea, para que
puedan sobresalir en sus estudios. Significa apoyar a tu esposa cuando les dice a los niños que es hora de ir a dormirse. Significa asegurarte de que tus hijos respeten siempre a su madre. Significa ponerles límites, aun cuando no les guste.

Observa cómo Dios ha hecho esto con nosotros. Nos ha dado sus leyes, para que sepamos cómo es que debemos vivir. Nos pone consecuencias cuando no vivimos de acuerdo a su voluntad. Nos pone límites para que aprendamos a guiarnos solos. Tú no tienes que ser perfecto. Pídele a Dios que te ayude a empezar a ser el tipo de padre que El quiere que seas.
 
Como parte de dar estructura a su familia y disciplinar a sus
hijos, un padre dirige a su familia hacia Dios. La última parte
del versículo les dice a los padres que críen a sus hijos según
la instrucción del Señor. No sé de dónde salió esta idea de que la Iglesia y las cosas de Dios son sólo para las mujeres y los niños, pero es una de las mejores mentiras que se ha inventado Satanás.

Con esta mentira ha mantenido a muchas familias en cadenas de mediocridad, porque el padre no da el liderazgo espiritual que debería ejercer. Padres, pongan el ejemplo de decir: Hoy vamos a levantarnos temprano para ir a la iglesia. Vamos a orar antes de comer. Vamos a tener la célula familiar. ¡No esperen a que sus esposas lo hagan!

La mejor herencia que les puedes dejar a tus hijos es un legado de fe en Jesucristo, de obediencia al Señor y de amor a Dios. Tienes un lugar único en el plan de Dios para tu familia.

Vamos a ver lo que dice Colosenses 3:21 para descubrir la segunda función crucial de los padres:


 "Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten." El apóstol Pablo dice que, cuando un padre no cumple con su deber, sus hijos se desaniman. Cuando un padre es voluble, egocéntrico y enojón, sus hijos se exasperan. Esto puede producir en ellos el desánimo.

Un buen padre, en cambio, da ánimo a sus hijos. Cuando un padre ama a sus hijos, él ve lo que ellos pueden llegar a ser y los  anima para que desarrollen al máximo sus capacidades. Esto lo pude ver en un niño que se iba a lanzar en un clavado  a una piscina. Su madre le decía: ¡Vamos, hijo! ¡Tú puedes! ¡Yo sé que puedes hacerlo! Pero el niño no se animaba a tirarse.

No fue hasta que escucho la voz varonil de su padre decirle: ¡Tírate, hijo!, que el niño se animó a tirarse de la palanca. Después de hacerlo una vez, ya no tenía temor; pero le hacía falta escuchar la voz de su padre para darle ánimo y superar el temor.

Padres, nunca ignoren el poder que ustedes tienen para darles ánimo a sus hijos. ¿Qué Tu quieres que sea tu hijo cuando crezca? ¿Quieres que sea un pandillero? ¿Quieres que tu hija se embarace a los quince años y deje de estudiar? Si eso es lo que quieres,  entonces no hagas nada. Pero si quieres algo diferente para tus hijos, empieza ya a animarles. Habla con ellos de lo que pueden ser, y cómo se puede lograr.


¡Sueña con ellos! Y ayúdales a realizar sus sueños.

Esto es lo que Dios hace con nosotros. ¿Alguna vez has leído en la Palabra de Dios que El nos diga: Tú no vas a poder, Eres un inútil, Para qué te esfuerzas? ¡No! Dios nos da ánimo. El nos dice: Tú eres más que vencedor en Cristo. Todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Estoy contigo siempre, hasta el fin del mundo.

Escucha lo que le dijo a Josué.: 


"Te repito: sé fuerte y valiente. No tengas miedo ni te desanimes porque el SEÑOR tu Dios estará contigo donde quiera que vayas." Josué 1:9. No le dijo: No vas a poder. ¡Eres muy menso! ¿Para qué lo intentas?

Ya es hora de aprender a escuchar la voz de nuestro Padre celestial, esa voz de ánimo y aliento que nos llama a realizar
el propósito que Dios tiene para nosotros. Es hora de hacernos sordos a las voces que nos dicen que no podemos, que no servimos para nada, que mejor ni lo intentemos.

Cuando has aprendido a escuchar esa voz, puedes hablarles así también a tus hijos. Puedes ayudarles a ver hacia el futuro
bueno que Dios tiene en sus manos para ellos. Pueden soñar
juntos.

La Biblia compara los hijos con flechas en las manos de un guerrero. Para que una flecha tenga el mayor impacto, es necesario guiarla bien y dispararla con buena velocidad. El
ánimo que tú les das a tus hijos es la velocidad de la flecha.

Cómo podemos llegar a ser hijos de Dios y tenerle a El como Padre?.  Recibiendo y reconociendo a Jesucristo como Señor y Salvador así Dios nos adopta como sus hijos. 

Por naturaleza, formamos parte de su creación; pero El nos invita a ser sus hijos. Si tú nunca has aceptado a  Cristo, y hoy quieres que Dios sea tu Padre, te invito a tomar esa decisión. Hoy puedes entrar a la familia de Dios. Solo tienes que abrir tu corazón a El y decirle: -Yo se que tu eres Dios y que yo soy pecador, perdona todos mis pecados, entra en mi corazón y transformarme, quiero ser tu seguidor e imitador.

Si haces esta confesión sinceramente entonces ya eres su hijo y el tu Padre.

Dios te bendiga!!!


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