Yo creo que el vivir en el Espíritu tiene consecuencias
poderosas en nuestra vida, y una de esas cosas algunas veces la limitamos a
solo una experiencia emocional.
Yo creo que muchos de nosotros hemos tenido una
experiencia con el Espíritu Santo, muchos han hablado en lenguas, muchos han
danzado, muchos han levantado sus brazos, muchos sienten ciertos servicios
donde ojalá pudiéramos correr por la Iglesia porque es tan fuerte esta sensación
de visitación del Señor, Pero sabe, muchas veces limitamos esa obra del
Espíritu a ese tipo de emociones o experiencias. Y si bien es cierto podemos
tenerla, aún el vivir en el Espíritu tiene muchas más consecuencias que las que
podemos ver en una Iglesia.
Hay muchos que dejamos la libertad del Señor dentro del
templo, porque cuando salimos volvemos a estar atados de las cosas del diablo,
de las cosas del mundo.
Yo quiero decirle que si usted ha abierto su corazón al
Señor, si usted ha reconocido a Jesucristo como el Señor de su vida, el
espíritu de libertad, el Espíritu Santo, el espíritu de Verdad, el espíritu de
Vida, está en usted. El deseo hermoso de sentirse libre, muchos de nosotros de
alguna manera la hemos experimentado. Una de las esencias más grandes del
hombre es sentirse libre, no sentirse manipulado por nada.
Siempre esta necesidad de libertad la estamos trayendo para
cualquier cosa, queremos tener un trabajo independiente para sentirnos libres,
ganar nuestro propio dinero, esforzarnos ¿para qué?, para no estarle mirando la
cara a nadie, queremos liberarnos de nuestro jefe, queremos liberarnos de las
deudas, queremos liberarnos de los prejuicios, pero no hay mayor libertad que
sentirse libre por el Espíritu del Señor en nuestra vida.
Cuando el hombre y la mujer son verdaderamente libres por el
Espíritu del Señor, no importa que usted no tenga nada en el bolsillo, usted es
dueño del mundo, pero hay algunos que tienen el bolsillo lleno, y se sienten
pobres, miserables. Sabe, me cautiva la idea de una expresión libre como hijos
o hijas del Señor. Pero hay algo más que quiero yo poner en su mente, en su
corazón. Génesis capítulo 1, versículo 2, hay una palabra que se usa en medio
de este texto. Cuando usted piensa en algo libre, pensamos en algo sin límites,
sin restricciones, en ir más allá de lo que muchas personas han pensado que
nosotros podemos llegar, mire esta característica del Espíritu.
Génesis capítulo 1 versículo 2, y la tierra estaba
desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el
Espíritu de Dios se movía.
Una Iglesia que permite que el Espíritu Santo se mueva, yo
no estoy hablando de una iglesia bajo denominación o grupo de comunidad, usted
y yo somos la Iglesia del Señor, estamos en el bus y representamos la Iglesia
del Señor, estamos en el trabajo y representamos la Iglesia del Señor, estamos
en el hospital y representamos la Iglesia del Señor, por tanto la Iglesia del
Señor muestra libertad, muestra movimiento, la Iglesia del Señor no se estanca.
¿Alguien se ha bañado en un pozo de agua estancada?, ¿alguien ha pasado por
ahí?, uno pasa bien rapidito por la cantidad de malos olores, así que el
Espíritu nos da libertad, por esa libertad tenemos movimiento, por el poder del
Espíritu de Dios.
Hechos capítulo 1 versículo 8:
"Pero recibiremos", así que además de darnos
libertad y recibir movimiento del Espíritu, ¿cuántos tienen poder del
Espíritu?, ¿cuántos tienen poder del Espíritu?, ¿cuántos se están moviendo por
el Espíritu?, ¿a cuántos el Espíritu los mueve a voluntad de Dios, ¿cuántos se
sienten libres por este poder del Señor, del Espíritu en su vida?. Debemos
aprender a experimentar esa libertad. En el libro de Romanos en el capítulo 8,
hay una expresión constante que nosotros deberíamos considerar mirar hacia el
futuro, está muy amarrado con el capítulo 7, Pablo expresa algunas cosas en el
capítulo 7 de Romanos, en algunos de sus versículos en el capítulo 7 está
diciéndonos yo hago lo que no quiero hacer. Si usted lee el capítulo 7 se va a
encontrar con muchas de estas confrontaciones de Pablo, pero luego comienza con
el capítulo 8 y dice ahí en Romanos 8:1 "Ahora pues, ninguna condenación
hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne si
no conforme" ¿a qué?.
Si el diablo esta semana te hizo sentir condenado, no le
hagas caso, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, ¿y
cuántos están en Cristo Jesús?, ¿cuántos no están en la carne?. Estamos
intentando todos los días dejar esas cosas de la carne para que el diablo no
nos haga pensar de que estamos condenados por eso, cuando estamos en Cristo Él
va perfeccionando nuestra vida, por el Espíritu al final dice en el versículo
1, si no conforme al Espíritu, así como el Espíritu quiere que sea.
Esa expresión conforme a es como el Espíritu quiere que se
haga, no conforme a como nos sintamos, el Espíritu Santo quiere que nos
sintamos hoy como hombres y mujeres sin condenación. Quiere que nos sintamos
como hombres y mujeres que a pesar del pecado original no andamos bajo los
designios de la carne. Pero ¿quién experimenta eso?, aquél que tiene el
espíritu en libertad, aquél que tiene el espíritu en movimiento, y aquél que
tiene el espíritu que le da poder.
Aún en este capítulo 8 de Romanos, dice que en el Espíritu
Santo no nos sentimos condenados. En el versículo 5 del capítulo 8 de Romanos,
nos dice es que el Espíritu nos da a conocer que somos hijos de Dios. En el
versículo 6 dice que los que viven en el Espíritu tienen vida y paz.
Los versículos 8 y 9 del capítulo 8 de Romanos dicen que, el
que vive en el Espíritu agrada al Señor, eso está diciendo ahí, así que no sólo
con fe y santidad agradamos al Señor, también lo agradamos viviendo en el Espíritu.
La necesidad de una Iglesia que muestre los valores del Señor se muestra en su
calidad espiritual a través del Espíritu. Si no tenemos experiencia con el
Espíritu y nos conformamos con una mentalidad religiosa, no vamos a tener éxito
en lo que el Señor quiere y ha propuesto para nosotros.
Dice que el Señor nos selló como propiedad de Él. Somos
sellados. Cuando recibimos al Señor fuimos sellados por el Espíritu Santo.
Así que el Espíritu Santo no se limita solamente a ciertas
expresiones en algunos horarios determinados de la semana, usualmente los
domingos, si no cada día. No solamente cuando oramos, cuando estamos todos
juntos, si no en la manera como nos comportamos cuando estamos solos, en la
manera que representamos a Cristo cuando vamos en la calle, estamos haciendo un
trámite, o cómo confiamos en el Señor en esos momentos difíciles cuando el
diablo dice ya no puedes, o cuando el diablo dice, ya te gané. Pero nadie que
es libre deja de moverse, y nadie que deja de moverse tiene poder, el
movimiento sin poder no es nada, y el poder sin movimiento tampoco.
Necesitamos esa libertad del Espíritu que nos permita
proyectarnos hacia lo que el Señor está proponiendo en nuestras vidas.
Usted dirá, es un sermón demasiado subjetivo, ambiguo, depende
cómo se mire, pero yo conozco una sola libertad del Espíritu, la que me permite
pelear y vencer cada día al enemigo.
Yo conozco a ese Espíritu del Señor, de Génesis, dice que el
Señor se movía sobre la faz de las aguas. ¿Sabe qué dice luego en el versículo
3 de Génesis capítulo 1?, cuando el Espíritu del Señor comenzó a crear, vamos a
traerlo así, en el principio Dios creó los cielos y la tierra, en algún momento
estabas desordenado y vacío y las tinieblas estaban sobre ti, hasta que un día
el Espíritu del Señor comenzó a moverse, a traer movimiento, y comenzó a pasar
sobre ti, y ¿sabe qué creó?, esa gran lumbrera, comenzó a crear en ti lo que Él
había diseñado como mente creadora para que fueras su creación, su alabanza, la
alabanza de su gloria.
Cuando estamos envueltos en el Espíritu no hay nada que
pueda derrotar al hombre, a la mujer de Dios.
El evangelio de Juan, en el
capítulo 14, uno de los pasajes más emblemáticos, habla de la promesa del
Espíritu Santo. Sabes porque es tan importante este pasaje, porque no solo
muestra al Espíritu Santo en una faceta como algo místico, religioso, si no que
lo hace un todo en nuestras vidas.
En el versículo 16:
"Y yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para que esté con
vosotros para siempre."
También le llama en el versículo 17 el Espíritu de Verdad,
el cual el mundo no puede recibir porque no le conoce. Dice, pero vosotros le
conocéis, porque mora en vosotros.
Pregúntese a usted mismo estoy yo en movimiento?. Pregúntese
además es este el Espíritu del Señor que está nombrado de estas diferentes
maneras?
Así es, se llama el Espíritu Santo, pero también se llama el
Espíritu de Vida, el Espíritu de Verdad, el Espíritu del Señor, es el mismo
Espíritu, es el mismo Dios.
En el versículo 16 quiero señalar otra característica
importante de este Espíritu que necesitamos tener siempre con nosotros,
"Mas el consolador, el Espíritu Santo a quien mi Padre enviará en mi
nombre", ¿en el nombre de quién?, en el nombre de Jesús, "Él primero
nos enseñará todas las cosas."
Le quiero hacer una pregunta, ¿qué significa todas?, ¿qué es
todo?, totalidad, ¿qué más?, ¿ah?, absoluto, ¿qué más?. Sabe que esta es una de
las expresiones más detallistas de Dios. Mientras para nosotros todo significa
algo muy grande general, aquí está diciendo te voy a enseñar detalle por
detalle, todo lo que tiene que ver conmigo.
Esta totalidad la podemos entender, que para el Espíritu
Santo es necesario y es importante, que nos dejemos enseñar detalle por detalle.
Así que cuando piense en todo en la Palabra no piense en todo, ya, todo se van,
o todos vinieron, ah, todos se fueron, pero nos falta alguien que tiene esta
percepción y dice, se fue Pedrito, María, Mario, Jimena, Miriam, los mismos
todos pero se fueron, alguien por allí comenzó a mirar los detalles.
Dios en su totalidad, en su señorío, este todo es detalle
por detalle, Él nos enseñará todas las cosas, detalle por detalle, para que no
te pierdas en nada. Aún sigue más, dice, "Y os recordará todo lo que Yo os
he dicho."
Hoy día no tenemos a Jesús en medio nuestro, es el Espíritu
Santo en medio nuestro, dice la epístola porque se quedó para convencernos de
pecado, de justicia y de juicio. Está diciendo que está aquí para recordarnos
las enseñanzas del Señor Jesucristo, para que nosotros vivamos completos como
Él quiere que seamos.
Así que una Iglesia que vive en el Espíritu es una Iglesia
que es libre, que está en constante movimiento, que tiene poder, que tiene
vida.
Si tú sigues leyendo Romanos capítulo 8 te vas a dar cuenta
que te vivifica, aún en tu cuerpo mortal, dice que si alguien pasó los 29, si
alguien anda buscando el secreto de la eterna juventud, yo le presento al
Espíritu del Señor, que lo va a vivificar, que lo va a renovar, te devolverá la
vida, el deseo, la esperanza, ese es el Espíritu del Señor.
Deja que el Espíritu
del Señor traiga esa vida nueva. Hay una coincidencia bien linda en la Palabra
acerca de lo que es el Señor, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, dice que
si el Hijo libertare seréis verdaderamente libres, y si está el Espíritu del
Señor hay libertad. ¿Cómo no adorarte Señor, cómo no expresar esta alabanza y
esta adoración?.
Necesitamos una Iglesia que sea apasionada por las cosas del
Espíritu, que dejemos de vivir una religiosidad espiritual, votemos ese gigante
religioso y comencemos a introducirnos en el Espíritu del Señor, mire, los
milagros van a aparecer de una manera poderosa.
Aún si alguien piensa que hay situaciones en su vida que no
tienen arreglo, pregúntenle al Espíritu.
Él está haciendo movimientos en su vida, y si lo estás
buscando seguro que Él te va a ayudar a encontrar y a crear algo sobre lo que
nadie había creado.
Esa es la diferencia de la Iglesia del Señor, esa es la
diferencia de la Iglesia que muestra al Señor en la calle, esa es la diferencia
de la Iglesia que muestra la vida que llevamos ante los que nos rodean, hay
muchos de nosotros que no nos quieren ver ni en fotos.
Decimos que el Espíritu
es vida y vamos a una fiesta y hasta la luz se va, se para la música, se para
todo, en el Señor tenemos vida, y cuando algo tiene vida tiene movimiento, y
cuando algo tiene movimiento hay poder, y cuando hay algo que tiene poder tiene
libertad.
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