1. Para nacer hay que morir.
Mateo 16: 25.
Mateo 16: 25.
“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo
el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”.
Para poder ser un verdadero cristiano tenemos que morir a
nuestra vieja naturaleza, a nuestra vieja forma de pensar. Tenemos que
convertirnos en semillas.
Las semillas son pequeñas partículas pero con gran
potencial. Cuando la semilla se siembra entra automáticamente en un proceso,
cuyo principio es la muerte. El grano tiene que morir para que pueda así
germinar y convertirse más tarde en un frondoso árbol que pueda suministrar a
los demás sombra y sobre todo buenos frutos.
Así mismo el cristiano tiene que ser sembrado, ¿qué
significa esto?, tiene que ser puesto por tierra, su naturaleza orgullosa debe
de ser sepultada para que luego el agua
del Espíritu Santo riegue su vida y esta pueda crecer grande y frondosa en
Cristo hasta servir de sombra y de cobertura a otros y a su vez pueda llevar muchos y buenos
frutos.
Paradójica mente en Cristo todo el que quiera encontrar su
vida, debe de perder la pero con la
esperanza que si la perdemos en El entonces verdaderamente la hallaremos.
2.
Para crecer hay que hacerse pequeño.
Mateo 20:26-28.
“Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande
entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino
para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.
Hay personas que tienen por naturaleza delirios de grandeza
y Dios, dice la palabra resiste a los soberbios, mas le da gracia al humilde.
Cuando nacemos de nuevo una de las facultades que debemos de
cuidar es la humildad, porque Dios dice: “El que se humilla será ensalzado mas
el que se enaltece será humillado”.
Una de las cualidades que debemos como creyentes fomentar y
cultivar es el ser ministros o servidores. Nuestro Maestro Jesús dio el mayor ejemplo de humildad y servicios. Si
tu quieres ser grande en Dios, trata siempre de ser el más pequeño.
Recordemos que por la gracia de Jehová, David que era
pequeñito venció a Goliat el gigante. Es mejor ser pequeño en Dios, pero con su
gracia, que un gigante del mundo, pero sin la gracia y la misericordia de Dios
a nuestro favor.
3.
Para tener hay que dar.
Mateo 19:21
“Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto,
anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y
ven y sígueme”.
Jesús dándole respuesta a una pregunta que le hiciera un
joven muy acaudalado, le da a entender que paradójica mente en Cristo para poder
poseer hay que ser dadivoso.
El dice “que hay mayor gracia en dar que en recibir”.
Notemos que la acción de dar es un paso a la perfección. “Anda, vende lo que
tienes y dalo a los pobres.”
De nada nos sirve ser creyente en un Dios dadivoso si
nosotros somos tacaños. El no escatimo esfuerzo al proporcionarnos a su hijo
único para así darnos vida eterna y abundante.
Tu quieres ser perfecto ante Dios comparte con los
necesitados, parte de las bendiciones que El te ha dado. El sabio Salomón decía
“que el que le da al pobre a Dios le presta” y ten por seguro que un ser de
justicia como nuestro Señor no se quedara con tus pagos. Te invito a leer en
este blog el tema “La generosidad el Carnet de identificación de los
Cristianos.”
4.
Para no tropezar hay que mirar hacia arriba.
En la vida normal si tú no quieres tropezar debes mirar
hacia abajo, para nosotros los creyentes es lo contrario. Veamos los que nos
dice la palabra en Colosenses 3: 1-3
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de
arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”.
Si tu quieres ser un Cristiano vencedor, tienes
que aprender a poner tu mirada en las cosa de arriba, las cosas celestiales.
Esto se refiere a vivir una vida de consagración y búsqueda de la presencia del
creador.
Jesús está sentado a la derecha del Padre
Celestial esperando que tu y yo pongamos a los enemigos del reino por debajo
sus pies, que es su Iglesia de la cual formamos parte.
El nos manda a poner nuestra mirada en las cosas
celestiales no en las terrenales, porque ya no pertenecemos a esta tierra, dice
“Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.”
Conclusión:
Este mensaje nos enseña que tenemos para ser verdaderos
cristianos que morir a nuestra vieja manera de vivir y de pensar, que tenemos
que ser humildes y servidores con nuestros prójimos, que debemos ser generoso
para ser perfeccionados y que debemos poner nuestra atención en las cosas
celestiales.
La vida cristiana es muy diferente a la vida de aquellos que
no han entregado sus vidas a Dios para que El sea su único Señor y salvador.
Para los que se
pierden muchas de las cosas del reino parecen locuras y paradójicas, pero hay un
gran manantial de gozo, dicha y paz en obedecer su palabra aunque no la
entendamos.
El dijo “que las cosas que no entendemos ahora algún día las
entenderemos” y digo Yo, no el Señor, que a nuestro Padre celestial tenemos que
amarlo sin entenderlo, confiar en sus promesas y en todo obedecerlo.
Dios te siga bendiciendo!!
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