Dios no creó
para ser bendecidos. Es un principio que aprendemos cada vez que vamos a las
Escrituras. Quienes finalmente decidimos romper esas Bendiciones y mantenernos
en un estado de Maldición, somos usted y yo cuando nos dejamos arrastrar por
las trampas del mundo y de Satanás.
Sin embargo
cuando renunciamos a los factores de Maldición, vienen las Bendiciones. Es un
hecho. Así lo podemos comprobar cuando leemos el capítulo 28 del libro del
Deuteronomio, especialmente los versículos desde el 2 al 18.
Ahora le
invito para que juntos estudiemos el siguiente texto: "Acontecerá
que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por
obra sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te
exaltará sobre todas las naciones de la tierra" (Deuteronomio 28:1)
Si analiza
cuidadosamente descubrirá que se nos llama a estar, número uno, atentos a la
voz de Dios; número dos, volvernos a Dios—lo que implica renunciar a toda
atadura con el ocultismo--, y número tres, tener una disposición de corazón
para cumplir los mandamientos, preceptos que hallamos en la Palabra.
Cuando
obramos en consonancia con lo dispuesto por el Señor para nosotros, las
circunstancias que nos fueron adversas, inmediatamente cambiarán tal como lo
enseña el capítulo 28 del Deuteronomio. Leemos allí que:
a.- Vendrán las
Bendiciones (versículo 1)
b.- Vendrá la
prosperidad (versículos 3-5, 8, 11)
c.- Dios peleará
nuestras batallas (versículo 7)
¿Cómo es
posible que vengan las Bendiciones?
Romper con
la cadena de Maldición y abrirnos para que vengan las Bendiciones es posible
gracias a la obra que hizo el Señor Jesús en la cruz. Por Su sacrificio vicario
podemos gozar de las Bendiciones.
Ahora, hay
algo interesante aquí: Quien ha estado por años sumido en ataduras,
posiblemente no tome conciencia rápido acerca de la realidad de ser bendecido
cuando se somete a Dios. Es más, puede que le tome tiempo acostumbrarse a la
libertad a la que fue llamado. A este hecho debemos sumar el que Satanás
sembrar en su mente la idea de que aún se encuentra maldecido y que no importa
lo que haga, deberá acarrear con las consecuencias.
En todos los
casos es necesario que la persona recuerde una y otra vez, y de ser necesario
lo repita en voz alta, que es libre de las Maldiciones por el sacrificio del
Señor Jesús en la cruz.
Aunque no
percibimos las Bendiciones de inmediato, es necesario conservar la plena
confianza en el Señor. No podemos olvidar que Jesucristo nos redimió de toda
Maldición (Gálatas 3:13, 14).
Por esta
razón y como lo leemos en la Biblia, somos herederos de las Bendiciones que
Dios derramó para Abraham. Son para nosotros--. Génesis 24:1.
El propio
Abraham representa un poderoso ejemplo para nosotros. Si leemos Hebreos 11:8,
descubrimos que él demostró:
a.- Obediencia.
b.- Confianza en la
Palabra expresada por Dios.
c.- Perseverancia.
Levante una
oración de gratitud a Dios. ¡Usted fue llamado a romper toda atadura a las
Maldiciones y abrirse a las Bendiciones! Hoy es el día para que inicie este
proceso...
Cuando
comenzamos a movernos en la dimensión de las Bendiciones, es apenas natural que
enfrentemos oposiciones. Salen al paso, fruto del obrar de Satanás y sus
ángeles caídos, para sembrarnos desánimo en el corazón. Volver atrás, significa
una partida ganada para el hacedor de maldad.
¿Qué hacer?
Perseverar siempre. Con el ánimo dispuesto. Sabiendo que gracias a la obra
redentora del Señor Jesucristo tenemos asegurada la victoria.
El propio
Señor Jesús hizo una importante advertencia cuando dijo: "Desde los
días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y
los violentos lo arrebatan" (Mateo 11:12. Cf. Lucas 16:16).
Observe que
en sus palabras encierra un mensaje tremendo y es que hay fuerzas ocultas que
tratan de impedir que Dios cumpla su propósito, incluyendo el plan que tiene
para usted y para mí.
El amado
Maestro dejó claro que la tarea no iba a ser fácil, pero también se evidenció
que tendríamos su apoyo.
Acompañando
la batalla por abrir camino a las Bendiciones que el Señor tiene para nosotros,
debemos perseverar y permanecer firmes. Sin dar pie atrás. Dios mismo instó a
Josué: "Esfuérzate y sé valiente" (Josué 1:6, 9, 18)
Usted fue
llamado a heredar Bendiciones. Préndase de la mano del Señor Jesús y avance.
Tenga presente siempre que "Es necesario que a través de muchas
tribulaciones entremos en el reino de Dios" (Hechos 14:22), tal
como exhortaba Pablo y Bernabé a los creyentes.
Nuestro
Padre celestial a través de Jesús prometió: "El que venciere
heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo" (Apocalipsis
21:7)
Tenga
presente siempre que somos hijos y herederos con Abraham (Romanos 4:11, 12) y
por esta razón andaos en sus pisadas, como dice la Escritura.
Si ya
renunció a todo lo que le ataba a la Maldición, aprópiese ahora de las
Bendiciones que provienen de Dios. Persevere. No se detenga. Alcanzará la
victoria.
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