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lunes, 25 de agosto de 2014

COMO HACER NUESTRAS LAS BENDICIONES

Dios no creó para ser bendecidos. Es un principio que aprendemos cada vez que vamos a las Escrituras. Quienes finalmente decidimos romper esas Bendiciones y mantenernos en un estado de Maldición, somos usted y yo cuando nos dejamos arrastrar por las trampas del mundo y de Satanás.
Sin embargo cuando renunciamos a los factores de Maldición, vienen las Bendiciones. Es un hecho. Así lo podemos comprobar cuando leemos el capítulo 28 del libro del Deuteronomio, especialmente los versículos desde el 2 al 18.
Ahora le invito para que juntos estudiemos el siguiente texto: "Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra" (Deuteronomio 28:1)
Si analiza cuidadosamente descubrirá que se nos llama a estar, número uno, atentos a la voz de Dios; número dos, volvernos a Dios—lo que implica renunciar a toda atadura con el ocultismo--, y número tres, tener una disposición de corazón para cumplir los mandamientos, preceptos que hallamos en la Palabra.
Cuando obramos en consonancia con lo dispuesto por el Señor para nosotros, las circunstancias que nos fueron adversas, inmediatamente cambiarán tal como lo enseña el capítulo 28 del Deuteronomio. Leemos allí que:
a.- Vendrán las Bendiciones (versículo 1)
b.- Vendrá la prosperidad (versículos 3-5, 8, 11)
c.- Dios peleará nuestras batallas (versículo 7)

¿Cómo es posible que vengan las Bendiciones?
Romper con la cadena de Maldición y abrirnos para que vengan las Bendiciones es posible gracias a la obra que hizo el Señor Jesús en la cruz. Por Su sacrificio vicario podemos gozar de las Bendiciones.
Ahora, hay algo interesante aquí: Quien ha estado por años sumido en ataduras, posiblemente no tome conciencia rápido acerca de la realidad de ser bendecido cuando se somete a Dios. Es más, puede que le tome tiempo acostumbrarse a la libertad a la que fue llamado. A este hecho debemos sumar el que Satanás sembrar en su mente la idea de que aún se encuentra maldecido y que no importa lo que haga, deberá acarrear con las consecuencias.
En todos los casos es necesario que la persona recuerde una y otra vez, y de ser necesario lo repita en voz alta, que es libre de las Maldiciones por el sacrificio del Señor Jesús en la cruz.
Aunque no percibimos las Bendiciones de inmediato, es necesario conservar la plena confianza en el Señor. No podemos olvidar que Jesucristo nos redimió de toda Maldición (Gálatas 3:13, 14).
Por esta razón y como lo leemos en la Biblia, somos herederos de las Bendiciones que Dios derramó para Abraham. Son para nosotros--. Génesis 24:1.
El propio Abraham representa un poderoso ejemplo para nosotros. Si leemos Hebreos 11:8, descubrimos que él demostró:
a.- Obediencia.
b.- Confianza en la Palabra expresada por Dios.
c.- Perseverancia.

Levante una oración de gratitud a Dios. ¡Usted fue llamado a romper toda atadura a las Maldiciones y abrirse a las Bendiciones! Hoy es el día para que inicie este proceso...
Cuando comenzamos a movernos en la dimensión de las Bendiciones, es apenas natural que enfrentemos oposiciones. Salen al paso, fruto del obrar de Satanás y sus ángeles caídos, para sembrarnos desánimo en el corazón. Volver atrás, significa una partida ganada para el hacedor de maldad.
¿Qué hacer? Perseverar siempre. Con el ánimo dispuesto. Sabiendo que gracias a la obra redentora del Señor Jesucristo tenemos asegurada la victoria.
El propio Señor Jesús hizo una importante advertencia cuando dijo: "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan" (Mateo 11:12. Cf. Lucas 16:16).
Observe que en sus palabras encierra un mensaje tremendo y es que hay fuerzas ocultas que tratan de impedir que Dios cumpla su propósito, incluyendo el plan que tiene para usted y para mí.
El amado Maestro dejó claro que la tarea no iba a ser fácil, pero también se evidenció que tendríamos su apoyo.
Acompañando la batalla por abrir camino a las Bendiciones que el Señor tiene para nosotros, debemos perseverar y permanecer firmes. Sin dar pie atrás. Dios mismo instó a Josué: "Esfuérzate y sé valiente" (Josué 1:6, 9, 18)
Usted fue llamado a heredar Bendiciones. Préndase de la mano del Señor Jesús y avance. Tenga presente siempre que "Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios" (Hechos 14:22), tal como exhortaba Pablo y Bernabé a los creyentes.
Nuestro Padre celestial a través de Jesús prometió: "El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo" (Apocalipsis 21:7)
Tenga presente siempre que somos hijos y herederos con Abraham (Romanos 4:11, 12) y por esta razón andaos en sus pisadas, como dice la Escritura.
Si ya renunció a todo lo que le ataba a la Maldición, aprópiese ahora de las Bendiciones que provienen de Dios. Persevere. No se detenga. Alcanzará la victoria.

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