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Para continuar con nuestro estudio de la Biblia respecto a las Bendiciones y de qué manera en la vida de una persona actúan las Maldiciones, es necesario coincidir en dos elementos de suma importancia:
Para continuar con nuestro estudio de la Biblia respecto a las Bendiciones y de qué manera en la vida de una persona actúan las Maldiciones, es necesario coincidir en dos elementos de suma importancia:
Toda persona se desenvuelve en un Plano Visible.
Son todos aquellos objetos y sucesos normales del universo material en medio
del cual nos movemos cada día. Son en esencia de carácter transitorio y,
para cada individuo terminan cuando éste muere. Usted y yo estamos
familiarizados con este plano y, para ser sinceros, nos sentimos cómodos en él.
Aunque no seamos conscientes de ello, todos los seres
humanos nos vemos afectados por un Plano Invisible. Es de carácter
espiritual. Las fuerzas que se mueven en esta dimensión operan de forma
continua y decisiva sobre el plano visible. Su duración es indeterminada.
El apóstol Pablo plantea
que la perseverancia gozosa del cristiano en medio de las tribulaciones, es el
fruto de mirar—desde el plano material—aquellas cosas que son invisibles, es
decir las eternas que son aquellas que nos promete Dios. No las podemos
percibir con nuestros sentidos físicos pero sí en el espíritu (2 Corintios
4:17, 18)
¨Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.¨
¨Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.¨
Ahora bien, tengamos en
cuenta un principio invariable: Las Bendiciones y las Maldiciones pertenecen a
la dimensión espiritual.
Influencia en las
personas
Las Bendiciones y las
Maldiciones ejercen una poderosa influencia en las personas, así no quieran
admitirlo.
Sobre esta base
aprendemos:
1.- Que las Bendiciones y las Maldiciones afectan al
individuo y a su entorno. Alcanzan a su familia, a la comunidad en la que se
desenvuelven e incluso a naciones enteras.
En cierta ocasión en un
local bastante amplio y cómodo, un grupo de creyentes abrió una congregación.
Pero antes que prosperar, iban de mal en peor, sosteniendo internamente enfrentamientos
que debilitaban la permanencia de la iglesia. Cuando averiguaron sobre la
historia de aquellas instalaciones, descubrieron que había sido—años atrás—un antro de pecado.
Inmediatamente el pastor y sus fieles procedieron a tomar autoridad en el nombre de Jesucristo y a romper
la maldición que pesaba sobre aquel lugar. Como podrá imaginar, todo cambió
diametralmente y vino la bendición a aquella comunidad de cristianos.
2.- Que las Bendiciones y las Maldiciones tienen un
efecto prolongado. Se extienden por generaciones, a menos que en el caso de las
maldiciones, se rompa definitivamente su influencia.
En usted pueden estar
actuando maldiciones provenientes de anteriores generaciones. Es por esta razón
que se generan crisis recurrentes, y patrones de comportamiento inexplicables.
Es necesario ser muy
cuidadoso con lo que decimos porque las Bendiciones y Maldiciones dependen en
gran medida de las palabras que pronunciamos, de lo que escribimos e incluso de
los pensamientos que referimos hacia nosotros mismos o hacia los demás. Cuanto
decimos puede ser utilizado para bien o para mal.
Aunque a muchos les
parezca intrascendente, lo que decimos ejerce poderosa influencia en la vida
nuestra y de los demás, y puede convertirse en Bendición o en Maldición.
Imagine por un instante a
alguien que constantemente dice: "¿Por qué será que todo lo malo tiene
que ocurrirme a mí?". Sin duda estará enfrentando las consecuencias de
una maldición auto-impuesta.
Cuando vamos a la Biblia
aprendemos:
a.- Que lo que
decimos puede "dañar" a los demás (Proverbios 11:9).
¨El hipócrita con la boca daña a su prójimo; Mas los justos son librados con la sabiduría¨
¨El hipócrita con la boca daña a su prójimo; Mas los justos son librados con la sabiduría¨
b.- Que lo que
pronunciamos puede ser "golpe de espada", es decir que causa heridas
en nuestro prójimo (Proverbios 12:18 a).
¨Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; ¨
¨Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; ¨
c.- Que nuestras
palabras están cargadas de tal poder, que pueden traer "alivio" a
quienes las escuchan Proverbios 12:18 b).
¨Mas la lengua de los sabios es medicina.¨
¨Mas la lengua de los sabios es medicina.¨
d.- Que nuestras
palabras pueden desencadenar en quienes las escuchan, tranquilidad o angustia
(Proverbios 15:4).
¨La lengua apacible es árbol de vida; Mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.¨
¨La lengua apacible es árbol de vida; Mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.¨
El apóstol Santiago
advierte que la lengua puede ser jactanciosa, causar grandes problemas, desatar
mucha maldad y a la vez, puede ser instrumento para bendecir. Plantea actuar
así, bendiciendo y maldiciendo con nuestra lengua, está en contraposición a lo
que Dios espera de nosotros (Santiago 3:5, 6, 9, 10).
3.- La influencia de
Bendición o Maldición que ejercen los objetos
Si nos remitimos a las
Escrituras encontramos que en la época de Moisés, Este recibió instrucciones
específicas para preparar el aceite de la unción.
Con este óleo él santificó
el tabernáculo, los instrumentos y a los sacerdotes que ministraban, como
podemos leer en Levítico 8:1-12.
Observe que el aceite era
un instrumento a través del cual se derramaba el poder especial de tornar santo
aquello que tocaba.
Más adelante encontramos
que por medio del aceite de oliva Samuel ungió a David como rey para Israel (1
Samuel 16:1-13). Lo interesante que encontramos en el texto es que tras ser
ungido, vino sobre el joven la presencia del Espíritu Santo.
4.- La tenencia y
adoración de imágenes
Una mujer con
la que tuve la oportunidad de dialogar hace mucho tiempo, me decía que ella no encuentra
tropiezo alguno en tener imágenes que representan a Cristo y a la virgen María,
por cuanto—argumentaba ella— "es como tener el retrato de un ser
querido".
Le expliqué, con
fundamento en Éxodo 20:4, 5 que muchos de los objetos de veneración religiosa
que guardan las personas, sea de la cultura católica, de culturas indígenas o
de oriente, encierran maldición.
¨No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,¨
¨No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,¨
Sobre tales elementos
pesan las maldiciones del culto idolátrico y éstas a su vez, ejercen influencia
sobre los propietarios.
En lo adelante usted deberá
reflexionar sobre la tenencia de cosas en su hogar, sea cual fuere su origen, y
la forma en que poseerlas le puede conviertir en blanco de maldiciones, y la urgente
necesidad de deshacerse de ellas quemándolas.
En la Biblia aprendemos que quebrantar los mandamientos trae Maldición. ¿La razón? Es una manifestación abierta de querer hacer las cosas a nuestra manera, desconociendo al Supremo Hacedor quien nos ha dado pautas respecto a cómo andar en su reverencia y temor santo.
En la Biblia aprendemos que quebrantar los mandamientos trae Maldición. ¿La razón? Es una manifestación abierta de querer hacer las cosas a nuestra manera, desconociendo al Supremo Hacedor quien nos ha dado pautas respecto a cómo andar en su reverencia y temor santo.
Dios no admite que tengamos dioses delante de Su presencia. El profeta lo expresó de la siguiente manera, hablando en nombre del amado Padre: "No hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí" (Isaías 45:21
No podemos inclinarnos—es decir rendir tributo y honra—a los ídolos. A Dios es al único al que debemos adorar.
No podemos inclinarnos—es decir rendir tributo y honra—a los ídolos. A Dios es al único al que debemos adorar.
¿Cuál es la razón para esta prohibición? La encontramos explicada en detalle en Romanos 1:20-23. Allí leemos de qué manera la idolatría lleva al hombre a apartarse de Dios. Se trata de una práctica perversa, adoptada del contacto que tuvo el pueblo de Israel con los paganos. Por esta razón no es concebible para un Creador como el nuestro que es celoso, omnipotente, santo y glorioso.
Recuerdo una noticia que leí alguna vez que me impactó acerca de un grupo de hombres y mujeres, algo así como de quince años, tomando refresco con veneno. Ellos estaban cumpliendo con un pacto que habían hecho cuyo plan era quitarse la vida si su equipo de fútbol perdía en un torneo internacional.
A ese grado había llegado la idolatría. Pero no se sorprenda. En nuestro medio podemos hallar mucho más. Hombres y mujeres, de la farándula, la política, el deporte, la música, la televisión e incluso, del ambiente eclesiástico, que se han convertido en ídolos y hay quienes les adoran.
Si damos una nueva ojeada al texto, encontraremos algo sorprendente que despierta temor: si una persona cae en la idolatría, cualquiera que fuera desplazando el primer lugar que sólo debe ocupar Dios, acarrea Maldición sobre si y sobre su descendencia hasta la cuarta generación.
Las representaciones idolátricas son ofensivas al Creador y por esta razón la cadena de Maldiciones apunta a convertirse en interminable. Puede ser heredada de antepasados o también por abrir puertas a la Maldición.
Por tal motivo es necesario, de un lado deshacernos de todo aquello que pueda ligarnos a la idolatría, y de otra parte, cortar mediante oración a Dios con toda influencia de idolatría del pasado o del presente. En otras palabras, se debe renunciar a estas prácticas ofensivas al Señor.
Hay quienes se ven enredados en la idolatría y el ocultismo fruto de su afán por satisfacer dos deseos que asaltan a todo ser humano: el de adquirir poder y conocimiento de lo que no entiende.
Tenga presente que todo poder sobrenatural que no procede de Dios, tiene origen en Satanás. Igualmente el conocimiento oculto.
Si el hombre se distancia de Su Hacedor, corre el peligro de caer en la red del enemigo espiritual (2 Timoteo 2:26). Quienes lo hacen, quedan cautivos de cualquiera de las tres ramas del ocultismo: hechicería, adivinación y sortilegios (entre los que se encuentra el uso de drogas).
Si ha estado ligado en alguna de estas situaciones, permítame decirle que hay esperanza. Está en Jesucristo el Señor. Él rompe toda atadura. ¡Hoy es el día para ser libre! Búsquele en oración. Renuncie a todo contacto con el mundo de la idolatría o el ocultismo, que son instrumentos de Satanás. Permítale a Dios que sea el dueño de su vida. ¡Verá los cambios que experimentará en su vida personal y espiritual!
Resulta sorprendente comprobar el gran número de adeptos que está ganando el ocultismo en todo el mundo. Si hay una ocupación que genera ganancias enormes, es auto proclamarse "maestro de lo oculto". El volumen de clientes es gigantesco. Es más, su avanzada es tan grande, que anuncian libremente sus servicios en radio, prensa y televisión.
Tal vez usted ha tenido oportunidad de conocer personas que son fanáticas de la lectura del horóscopo, del tarot, de la bola de cristal, o que utilizan en casa velas aromáticas, adornan sus lugares visibles con velas de formas triangulares o simplemente portan en la muñeca de sus manos pulseras de colores que les sirven de amuletos de la "buena suerte".
Muchos objetos que se venden como pan caliente, están asociados con el ocultismo y buscan atraer, según sus usuarios, las "energías positivas". Entre ellos podemos mencionar de un lado los amuletos y de otro, aquellos que usan los curanderos para propiciar la "sanidad".
Usted y yo estamos llamados a discernir, tal como lo enseña la Biblia, entre lo bueno y lo malo. Todo lo que se aparte de las Escrituras resulta engañoso.
¿Sabía usted que hay corrientes religiosas que se amparan en el rótulo de cristianas pero encierran prácticas ocultistas y enseñanzas que solamente ensalzan a Satanás? ¿Cómo descubrirlas? Sencillo. Basta examinar sus doctrinas y descubrir cuál es la posición que tienen frente a la persona, naturaleza y obra redentora del Señor Jesucristo.
Le invitamos para que vaya a la Biblia en el libro del Deuteronomio, capítulo 18, versículos 10 al 13. Estudie el pasaje con sumo cuidado. En el encontrará que Dios rechaza el ocultismo y lo mira como una abominación.
¨No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová, cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.¨
¨No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová, cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.¨
El texto relaciona las prácticas demoníacas, la adivinación, la hechicería, el encantamiento y la magia cualquiera que sea su denominación actual: blanca o negra.
¿Por qué está el Señor abiertamente en contra de estas prácticas? La Biblia lo declara en la última parte del versículo 13: "Perfecto serás delante de Jehová tu Dios" (Deuteronomio 18:13)
Los medios de comunicación masiva: radio, prensa, televisión e Internet se han convertido en poderosos vehículos a través de los cuales se propaga el ocultismo.
Con dinero se pueden comprar espacios y desde ellos, propagar la Nueva Era y todas las ramas de enseñanzas demoníacas que ganan fácilmente seguidores.
¿Qué hacer? Cortar definitivamente con el contacto que podamos tener sobre tal programación. Si es en la Internet, poniendo un filtro a su computador que deshabilite la información sobre lo oculto o la pornografía.
Los cristianos de Éfeso en el primer siglo de nuestra era demostraron compromiso para con Dios. Tras convertirse del ocultismo en el que estaban inmersos, procedieron a quemar los libros, cuya cuantía sumaba una fortuna (Hechos 19:18, 19). Es lo mismo que debemos hacer con cualquier material videográfico o impreso relacionado con la pornografía o el ocultismo.
Recuerde que usted puede ser libre de las ataduras y las maldiciones. Basta que se rinda a Jesucristo el Señor, le permita que Él haga Su obra preciosa en usted llevándolo al campo, y que renuncie a todo contacto que haya podido tener con lo oculto.
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