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viernes, 6 de octubre de 2023

DIOS SIGUE HABLANDO HOY

 La peor experiencia que está viviendo la iglesia de hoy en día, es por consecuencia de no prestar atención a la palabra rema de Dios.

Muchos piensan que el Eterno ya expresó todo su plan a través de la palabra logo inspirada por el Espíritu Santo en la Biblia y han cerrado sus oídos a la voz del Espíritu Santo para dirigir a aquellos que han sido llamados con un plan y un propósito específico para estos tiempos y niegan el hecho de que Dios sigue hablando a sus escogidos para formar parte de su propósito en los últimos tiempos.

Dios sigue hablando a sus ungidos como lo hizo en los tiempos de Moisés, Josué y Elías; pero la iglesia está tan involucrada en las tareas cotidianas y tradicionales, que sin darse cuenta ha movido la frecuencia directa que le da acceso a escuchar la voz de Dios y su guianza para estos tiempos.

Dios sigue hablando y dirigiendo a sus ungidos, pero al no escuchar claramente su voz, estamos escuchando solo la voz de nuestro espíritu y otras voces que son muy parecidas a la voz de Dios.

Aunque conocemos su palabra escrita, los tiempos y las circunstancias que estamos viendo, difieren de los tiempos bíblicos y aveces esperamos que Dios se manifieste a través de una zarza ardiente, como lo hizo con Moisés y nos hable con voz audible, sin embargo Dios nos sigue instruyendo, solo que al final nosotros no estamos claros a cerca de como obedecemos o no, la voz de Dios.

Cuando nosotros no hacemos lo que Dios nos ha enviado a hacer, le desobedecemos; pero cuando hacemos cosas que Él no nos envió hacer, igualmente le desobedecemos.
Entonces vemos las derrotas en nuestras batallas, las cosas no nos salen como habíamos esperado y comenzamos a dudar de Dios y del cumplimiento de su palabra.

La desobediencia en cualquiera de su dos formas, traerán consigo maldición y estancamiento sobre nuestras vidas y ministerios. Si Dios te llamó Él te dirigirá y si Tú escucha su voz claramente y la obedece, ten por seguro que Él te dará la victoria.

Cuando veas que las cosas no están marchando bien, revisa tú frecuencia espiritual para asegurarte de que estás escuchando sin ninguna interferencia la voz del Eterno, y si hay cosas que están estorbando tú perfecta comunicación con Él, busca en humildad su rostro y dile lo que dijo su siervo Moisés, "Yo solo me movere si tú presencia y tú guianza va conmigo"

Dios te continúe bendiciendo!!

jueves, 10 de junio de 2021

SI SE CALLA LA IGLESIA CALLARÁ LA VIDA

Lucas 19:40-44

Reina-Valera 1960
40 “Él, (Jesús ) respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.”
Para nadie es desconocido que la humanidad en estos tiempos ha sido secuestrada, vendada y obligada a seguir bajo sumisión los funestos planes y proyectos del enemigo. Como dice la biblia:

“Sabemos que somos de Dios y el mundo entero está bajo el maligno”
1 Juan: 5:19 RVR 1960.

El reino de las tinieblas en su afán y desesperación por conquistar el alma de los hombres, ha comisionado, apoderado y enviado ángeles del mismo infierno personificados y disfrazados con apariencia de Magnates, reyes, presidentes, personas y organizaciones poderosas, las cuales tienen acceso a través de su poder, y utilizando la ciencia, a crear maquinaciones para destruir a la humanidad.

Estos están distribuidos en los cuatros puntos cardinales, con la finalidad de someter la voluntad de los hombres, aniquilar y disminuir la población y así poder controlar y gobernar el mundo.

Mientras tanto:

-Qué está haciendo la iglesia, que es el cuerpo de Cristo?
-Aquella a la que le fue otorgada autoridad y poder para colocar por estrado de sus pies a los enemigos de Dios?

-Está silenciada, sometida, confundida y dividida. Sus templos están cerrados y sus rostros amordazados.

Si la iglesia se calla, se callará la vida, se desvanecerá la esperanza, la luz, la alegría y aumentará la mortandad física y espiritual de la humanidad.
El enemigo está ganando ventajas, porque cada vez que alguien muere sin Cristo se convierte en un alma cautivada por las tinieblas y sin esperanza de la salvación eterna.

La primera parte de Juan 10:10 dice, haciendo una comparación con el diablo, por ser el primer usurpador:
“El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir”

La táctica de Satanás es robar tu inocencia, matar tu esperanza y destruir tu dedicación a Dios, así como tú relación íntima con Él.
Satanás está trabajando continuamente para descarrilar y destruir el plan de Dios para la humanidad. Sus planes son de muerte, enfermedades, virus, pandemias y todo los mecanismos que pueden matar tu cuerpo, porque El y todos los que están a su servicio son homicidas desde el principio de la creación.

Juan Cap. 8: 44 dice: (refiriéndose aquellos que mienten para aniquilar tu vida como querían los fariseos hacer con Jesús).
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él”

El poder de la iglesia se manifiesta cuando hablamos, cuando denunciamos las obras del diablo y sobre todo cuando pregonamos la palabra de verdad, que es la palabra de Dios.

Recuerda que cuando Jesús le dió la gran comisión a su iglesia le dijo: “Id y predicar el evangelio a todos los seres humanos haciendo discípulos en las naciones” y entonces recibiréis poder, las señales los seguirán y en Su nombre someterán a las tinieblas.

Por esa razón: Levántate Iglesia usa tu autoridad y no cierres ni tu boca, ni tus templos.

“COMPARTE ESTAS PALABRAS CON TODOS LOS FIELES”

viernes, 12 de marzo de 2021

LA IMPORTANCIA DE TENER UN BUEN AMIGO


Uno de los tesoros más valiosos que podemos encontrar en la vida 
es un verdadero amigo. Hemos visto ejemplos de amigos falsos - como los dos amigos que salieron de cacería. De repente, vieron que se acercaba un oso. Uno de ellos se echó a correr. Al verlo, el otro le gritó: "¿De veras crees que le puedes ganar al oso?"

El primero le respondió: "No, ¡pero te puedo ganar a ti! " Ese es un falso amigo - el que te abandona en el momento de peligro. Un buen amigo, en cambio, te ayuda, te anima y te acerca más a Dios. ¿Sabes lo que tienes que hacer si quieres encontrar buenos amigos? Tienes que ser un buen amigo.

Muchas veces, los momentos más difíciles de la vida también son los momentos en los que descubrimos a nuestros verdaderos amigos. Esto le sucedió a Daniel. Cuando era joven, su tierra fue invadida por otra nación. Es probable que sus padres hayan muerto; nunca se mencionan. El mismo fue llevado a vivir lejos, a ser entrenado para servir en el gobierno de sus conquistadores. Tuvo que aprender un nuevo idioma, que ni siquiera usaba las mismas letras que el suyo.

Para colmo, ¡hasta le cambiaron de nombre! "Ya no te vas a llamar Daniel", le dijeron. "Ahora tu nombre será Beltsasar". Lo había perdido todo - su familia, su tierra, su cultura, hasta su nombre. Pero en medio de esta tragedia, Dios le dio tres amigos. Juntos, los cuatro hicieron frente a su nueva situación y se mantuvieron fieles a su Dios.

La primera prueba que tuvieron que enfrentar estos cuatro muchachos fue la cuestión de la comida. Como parte de su preparación, ellos comían lo que se preparaba para el rey. Sin embargo, esa comida había sido sacrificada a los dioses de aquella nación, la nación de Babilonia. Al comer de esos alimentos, estarían participando en la adoración a esos dioses.

Por eso, Daniel habló con el guardia que los vigilaba. Leamos lo que le dijo, en Daniel 1:12-13.

1:12 Por favor, haz con tus siervos una prueba de diez días. Danos de comer solo verduras, y de beber solo agua. 1:13 Pasado ese tiempo, compara nuestro semblante con el de los jóvenes que se alimentan con la comida real, y procede de acuerdo con lo que veas en nosotros. (NVI)

Daniel y sus amigos se unieron en pedir una dieta diferente. Mientras los demás jóvenes en la academia real comerían carne y muchas otras cosas deliciosas, ellos se alimentarían de verduras. De este modo, se podrían mantener fieles a Dios. ¿Qué crees que sucedió? Al final de los diez días, ¡estaban más fuertes y sanos que los demás estudiantes! Dios los había fortalecido.

Cuando enfrentas una tentación, cuando estás en una situación difícil, el apoyo de buenos amigos es sumamente importante. Tus amigos te pueden ayudar a mantenerte fiel al Señor, pero también te pueden perjudicar. Todo depende de la clase de amigos que tienes. Si quieres tener esa clase de amigo, tienes que ser un buen amigo.

Daniel se levantó en obediencia al Señor. Cuando lo hizo, descubrió que sus amigos lo apoyaron. Muchos simplemente esperan a que un amigo se levante para defender la verdad. Tú puedes ser esa persona. Tú puede ser un Daniel para tus amigos. Cuando se presenta esa situación en la que tienes que decidir si harás lo correcto o si te quedarás callado, ¿Qué harás? Si tú no dices nada, ¿Quién lo hará? Pero si te levantas en fe,  probablemente encuentres que varios te apoyan.

Después de esta prueba, llegó a la vida de Daniel y de sus amigos otra crisis. Todavía eran estudiantes de la academia cuando el rey tuvo ciertos sueños que lo inquietaron mucho. Convocó a sus consejeros para que le dieran la interpretación,
pero los puso a prueba. Les dijo que no sólo tendrían que darle el significado del sueño; ¡primero tendrían que decirle lo que había soñado!

No lo pudieron hacer, y en su furia, el rey decidió matar a todos los consejeros que tenía. Daniel no había sido parte de esa reunión, porque aún era estudiante. Sin embargo, sería condenado a muerte con los demás. Ahora quiero que veas lo que hizo Daniel, según Daniel 2:17-18:

2:17 Después volvió a su casa y les contó a sus amigos Ananías, Misael y Azarías cómo se presentaba la situación. 2:18 Al mismo tiempo, les pidió que imploraran la misericordia del Dios del cielo en cuanto a ese sueño misterioso para que ni él ni sus amigos fueran ejecutados con el resto de los sabios babilonios. (NVI)

Frente a la crisis, Daniel buscó a sus amigos y les pidió que lo apoyaran en oración. Un verdadero amigo es alguien que ora contigo y por ti. ¡Dios respondió a sus oraciones! Le reveló a Daniel el contenido y el significado de los sueños del rey. Como resultado, todos fueron salvados.

En la crisis, Daniel se apoyó en sus amigos. ¿Cómo lo apoyaron? Lo hicieron con oración. Es una de las mejores maneras en las que podemos apoyar a nuestros amigos. Cuando un amigo te cuenta de un problema que está pasando, dile: "Vamos a orar". En ese momento puedes invitar a Dios a obrar en su vida. Puedes ser el instrumento que Dios usa, como lo fueron los amigos de Daniel, para traer un milagro a su vida.

Daniel y sus amigos muestran la verdad de Proverbios 17:17:
 
"En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano." 

¿Eres tú esta clase de amigo? ¿Tienes amigos así? La Biblia nos dice cómo cultivar este tipo de amistad. Descubrimos una pauta importante en Proverbios 16:28:

"El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos."

Si queremos hacer buenas amistades, tenemos que evitar el chisme. En otro lugar de Proverbios, Salomón observa que los chismes son como deliciosos bocados. ¡Qué rico es hablar de otras personas! Nos sentimos muy superiores a ellos cuando podemos recontar sus fallas y defectos.

Pero esa costumbre destruye la confianza y la verdadera amistad. Conocí una vez a cierto hombre que se mostró amigable, y comenzamos a conversar. Pronto me estaba platicando los secretos de todos mis vecinos. Aprendí algunas cosas interesantes, pero no pude tenerle mucha confianza. Si él me estaba contando los secretos de los demás, ¿Qué haría si yo me abriera con él? ¿Quién dice que el que critica a sus amigos contigo, no te criticará a ti con ellos?

Quizás resulte agradable escuchar los chismes, pero siempre surge la pregunta: ¿Qué estarán diciendo de ti? Por eso, si queremos tener buenos amigos, tenemos que mostrar que somos de confianza. 

Proverbios 27:6 nos muestra otra cosa muy importante para la buena amistad. Dice: 

"Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa."

Todos hemos conocido a alguien que nos adulaba, nos llenaba de flores y palabras bonitas. Muchas veces, nos están tratando de sacar dinero. Pero ¿sabes lo que es mejor? Es la persona sincera que te dice las verdades que tú no quieres oír, simplemente porque te hace falta escucharlas. Si te rodeas de gente que sólo te dice lo que te gusta escuchar, no tendrás verdaderos amigos. En cambio, si estás dispuesto a ser sincero, podrás tener buenas amistades.

En una ocasión se me acerco un hermano y me pidió una consejería sobre un asunto, antes de aconsejarlo le pregunte: ¿Qué quieres que te diga, lo que tu quieres oír o lo que tu no quieres escuchar? El me respondió "dime lo que Dios quiere que yo escuche".

Cuando un Jardinero quiere que sus flores luzcan mas hermosas la somete a un proceso doloroso de potación que consiste en cortar con una tijera las hojas que están enfermas en la planta, el sabe que la planta sufrirá, pero al final crecerá más sana y hermosa.

Amigo sincero es aquel que te dice la verdad aunque sea dolorosa, ya que los procesos dolorosos al final te harán ser mas resplandeciente ante Dios. 

No es posible hablar de la amistad sin mencionar al mejor amigo de todos. A veces es difícil encontrar un buen amigo en este mundo. Le doy gracias a Dios por haberme bendecido con buenos amigos y compañeros; pero todos podemos conocer a un amigo que no nos fallará, un amigo que mostró su sincera amistad al entregar su vida por nosotros.

Leamos acerca de este amigo en Juan 15:13-15:

15:13 Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. 15:14 Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. 15:15 Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes. (NVI)

Nosotros éramos enemigos de Cristo. La Biblia dice que nuestros pecados nos ponen en enemistad con Dios. Es un mensaje que no es muy popular hoy en día, pero no podemos comprender el amor de Cristo sin darnos cuenta de esta verdad. Éramos enemigos de Dios, pero Cristo nos ofrece su amistad al dar su vida por nosotros.

¿Somos sus amigos? La muestra está en que hacemos lo que El quiere. Seguramente tenemos muchos amigos que jamás pensarían en decirnos qué hacer. Jesús es el Señor de todo, el Rey del universo. Ser llamados sus amigos es un privilegio enorme, porque ser su amigo implica ser parte de su plan y colaborar con El.

No es, ni jamás puede ser, una amistad de iguales. Nunca seremos iguales a Jesucristo. El no es nuestro camarada o compinche. En su gran amor, siendo Rey de todo, El nos invita a ser sus amigos. Un antiguo himno lo dice: "Hallé un buen amigo, mi amado Salvador". Encontramos su amistad cuando venimos a El con corazones arrepentidos y lo reconocemos como Salvador y Rey. Mostramos que somos sus amigos cuando le obedecemos y lo honramos con nuestra vida.

¿Conoces la amistad de Jesús? ¿Caminas con El? Qué bendición es disfrutar de las buenas amistades que Dios nos da en esta vida, pero cuánto mejor es conocer la dulce amistad de Jesús. En nuestros problemas, El jamás nos fallará. Sus consejos son los mejores que podemos recibir. El ya nos rescató de nuestra peor crisis, dando su vida en la cruz para pagar por nuestros pecados.

¿Eres amigo de Jesús? ¿Te has comprometido con El? ¿Estás caminando en su amistad? En realidad, es cuando conocemos la maravillosa amistad de Cristo que podemos aprender a ser buenos amigos también. Vive en la verdadera amistad. Caminando con Cristo. 

miércoles, 10 de marzo de 2021

UN HIJO DE DIOS CON VISIÓN


En una ocasión una anciana fue al doctor para revisarse la vista. Al pasar de los años veía cada vez menos, y el doctor no le tenía muy buenas noticias. "Lo siento", le dijo, "pero no hay mucho que podamos hacer. Usted seguirá viendo cada vez menos." La mujer que era cristiana, comenzó a hablarle de todo lo que el Señor había hecho por ella a lo largo de los años. Le habló de la esperanza que tenía en Cristo, y de la salvación.  El doctor le respondió: "Le felicito, señora. Usted no tiene vista, pero tiene una gran visión." 

¡Qué bendición es la vista! Hay animales que viven en las cuevas y la han perdido. Jamás verán el sol salir, nunca apreciarán la belleza de las flores ni la majestad de un águila en vuelo. Es una gran bendición poder ver y disfrutar de todas estas cosas.



Pero hay muchísima gente que disfruta de vista perfecta, pero no tienen visión. ¿Qué es la visión? Es la capacidad de ver lo que puede ser. Es el poder para entender que hay una realidad más allá de lo visible, un mundo más real de lo que vemos con los ojos naturales y un Dios que siempre nos está llamando a algo más. 

Sin visión, la vida se estanca. Sin visión, el potencial se pierde. Sin visión, el futuro se viste de gris y todo parece imposible. ¿Cómo podemos vivir con visión? ¿Cómo podemos ver más allá del presente y lanzarnos hacia el futuro que Dios tiene preparado para nosotros? Encontramos las respuestas en la vida de un hombre llamado Nehemías.

Unos cien años antes de que él naciera, la familia de Nehemías había sido llevada a la fuerza a una nueva tierra. Otra nación había conquistado su territorio y los habían llevado a vivir en un lugar lejano. Ellos eran judíos, de la nación escogida de Dios; pero El permitió que fueran conquistados como castigo por su maldad. Todo lo que tenían había quedado destruido.

Nehemías creció lejos de la tierra que Dios les había dado a sus antepasados. Llegó a tener una buena posición en el gobierno de la tierra donde había vivido. Sin embargo, sus padres le habían enseñado acerca de Dios, acerca de su tierra y acerca de su Palabra. Aunque vivía lejos de la tierra, la llevaba en su corazón porque era la tierra que Dios les había dado.

Un día, uno de sus hermanos llegó de visitar la tierra de Judá. Nehemías le preguntó cómo estaba, y la respuesta lo dejó en lágrimas. Las cosas estaban muy mal. Aunque mucha gente había regresado a la tierra unos ochenta años antes, la ciudad seguía en ruinas. El templo se había reconstruido, pero la muralla que protegía la ciudad seguía en escombros. La gente estaba desanimada. La escena era muy triste.

Nehemías 1:4-7:

4 Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos 
días, ayuné y oré al Dios del cielo. 
5 Le dije: "Señor, Dios del cielo, grande y temible, que 
cumples el pacto y eres fiel con los que te aman y obedecen 
tus mandamientos, 
6 te suplico que me prestes atención, que fijes tus ojos en 
este siervo tuyo que día y noche ora en favor de tu pueblo 
Israel. Confieso que los israelitas, entre los cuales 
estamos incluidos mi familia y yo, hemos pecado contra ti. 
7 Te hemos ofendido y nos hemos corrompido mucho; hemos 
desobedecido los mandamientos, preceptos y decretos que tú 
mismo diste a tu siervo Moisés." (NVI)

Dios usó a Nehemías para reconstruir el muro de Jerusalén. El regresó a la tierra con una visión de lo que se tenía que hacer, y lo logró en menos de dos meses. Unió al pueblo, restauró la ciudad y organizó la reconstrucción de su muro de protección. Así termina la historia, pero ¿Cómo empezó? ¿De dónde nació la visión que llevó a Nehemías a lograr esto?

La visión de Nehemías se hizo clara por medio de la oración. Cuando él recibió la noticia de la triste condición de la ciudad de Jerusalén, ¿Cuál fue su primera reacción? La primera cosa que hizo fue ponerse a orar. De hecho, pasó varios días en ayuno y en oración. Buscó el rostro de Dios. Por eso Yo te digo a ti que estas leyendo este escrito:

Si a ti te falta visión para tu vida o para tu familia, no vas a encontrar una visión clara y segura si no pasas tiempo con Dios en oración. Podrás tener sueños; podrás imaginarte cualquier cantidad de cosas. Un sueño humano no es lo mismo que una visión que viene de parte de Dios. Sólo podemos tener visión clara si la buscamos en un tiempo dedicado a la oración.

Esto fue lo mismo que hizo Jesús.  Lucas 6:12-13 nos dice:


12 Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar, y pasó 
toda la noche en oración a Dios. 
13 Al llegar la mañana, llamó a sus discípulos y escogió a 
doce de ellos, a los que nombró apóstoles. (NVI)

Antes de escoger a sus discípulos, ¿qué hizo Jesús? Pasó toda la noche en oración. Buscó la dirección de su Padre. ¿Seremos nosotros más sabios que Jesús? ¿Será que El tenía la necesidad de pasar mucho tiempo en oración, pero nosotros no? ¡Qué idea más ridícula! Si Jesús buscó la dirección de su Padre en oración, ¡cuánto más nos hace falta a nosotros hacer lo mismo!

La visión sólo se vuelve clara por medio de la oración. Nehemías oró, y Dios le mostró que hacer. Jesús pasó tiempo en oración y el Padre le mostró la visión de su ministerio que culmino en la cruz y en su victoria a través de su resurrección. 

Tal ves usted dirá: La vida es muy ajetreada. A veces decimos: "Me gustaría tener tiempo para orar, pero no puedo." Déjame decirte que no tienes tiempo para no orar puesto que sin oración, la vida se convierte en supervivencia. Sólo vamos a vivir con visión si pasamos tiempo en oración.

Sigamos leyendo ahora la oración que hizo Nehemías cuando supo de la condición pésima de Jerusalén. Leamos Nehemías 1:8-9:


8 "Recuerda, te suplico, lo que le dijiste a tu siervo Moisés: 
'Si ustedes pecan, yo los dispersaré entre las naciones: 
9 pero, si se vuelven a mí, y obedecen y ponen en práctica mis 
mandamientos, aunque hayan sido llevados al lugar más 
apartado del mundo los recogeré y los haré volver al lugar 
donde he decidido habitar'." (NVI)

Cuando Nehemías oró, se basó en la Palabra de Dios. No basó su propósito en sus propias ideas o imaginaciones. El se basó en lo que Dios ya había declarado en su Palabra. Casi mil años antes, Moisés había declarado la voluntad de Dios. En el libro de Deuteronomio, él había dicho que el pueblo de Dios podría perder su lugar en la tierra si le eran infieles a Dios. Les declaró las consecuencias de sus acciones, pero también les prometió que Dios los restauraría cuando se arrepentían y volvían hacia El.

Nehemías recordó esta promesa de la Palabra de Dios. Se basó en ella cuando se puso a orar. El le estaba pidiendo a Dios que El cumpliera lo que ya había prometido hacer. Si tu visión se basa sólo en lo que tú quieres, es algo inseguro. Pero cuando tu visión se basa en la Biblia, se convierte en algo poderoso porque tu voluntad y la voluntad de Dios se unen.

Recuerdo que en una ocasión me encontraba con unos amigos, cuando nos encontramos a una señora que tenía su carro varado en el lodo. Nos propusimos ayudarla. Nos pusimos en posición para empujar el carro, y yo comencé a empujar. ¿Sabes lo que pasó? ¡Nada! Pero cuando los demás se unieron a mi esfuerzo, el carro pronto salió del fango y la señora pudo seguir su camino.

Eso mismo sucede con la visión. Si nuestra visión se basa sólo en nosotros de manera unilateral, sera pobre e inútil. Pero cuando nos unimos a la visión de Dios y aquellos que Dios no le ha designado una visión propia se une con aquel que Dios le ha establecido una visión, se convierte en una fuerza imparable. Esto sólo puede suceder si nuestra visión esta basada en la Palabra de Dios.

Déjame darte un ejemplo concreto. Digamos que quieres saber cómo encaminar bien a tus hijos. Debes tener una visión para su futuro. Pero ¿Cómo la consigues? Primeramente, hay que comenzar con la oración. Debes platicar con Dios acerca de tus hijos. Debes pedirle por ellos, y buscar su dirección en la oración.

Pero ¿Qué le vas a pedir? Algunos padres oran para que sus hijos sean doctores o licenciados. Sin embargo, no existe ningún versículo en la Biblia que diga: "Pídeme, y yo haré de tu hijo un doctor". ¡Quizás tu hijo no sirva para doctor! Terminas imponiendo tu voluntad sobre él, cuando la voluntad de Dios y sus talentos pueden ser muy diferentes.

¿Cuál será la voluntad de Dios para tu hijo o tu hija? Debe ser la misma que tuvo para su propio Hijo Jesús. En Lucas 2:52 leemos:

 "Jesús siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la gente." (NVI)

Así como Jesús creció en conocimiento e inteligencia, Dios quiere que tus hijos lo hagan. Así como El creció y se desarrolló físicamente, Dios desea que tus hijos lo hagan.

Jesús creció, como ser humano, en el conocimiento de su Padre celestial y tuvo favor ante El. Dios quiere que tus hijos también lo hagan. Jesús tuvo un desarrollo social; Dios también quiere que tus hijos lo hagan. Si tú, entonces, le empiezas a pedir a Dios estas cosas para tus hijos, El te irá mostrando qué debes hacer tú para que esto se cumpla.

Si oras para que crezcan en sabiduría, El te mostrará cómo desarrollar su capacidad intelectual. Si tú oras para que ellos puedan conocer la salvación y así gozar del favor de Dios, El te mostrará cómo hablarles y educarles en esto. Tu visión para tus hijos debe nacer de la Palabra de Dios, no de tus propios deseos o ideas.

Lo mismo podemos decir de cualquier otra clase de visión. Nuestra visión para la Iglesia tiene que basarse en la Palabra de Dios, no en otra cosa. Nuestra visión para nuestras propias vidas, para nuestros matrimonios, para el trabajo y para todo lo demás tiene que basarse en la Palabra de Dios. Sólo así podemos tener una visión segura, donde nuestra voluntad se fusiona con la de Dios. Cuando esto sucede, algo maravilloso viene. La visión nos lleva a lograr los propósitos de Dios. La visión bien pasada y bien clara produce logros. 

A veces creemos que, si hacemos la voluntad de Dios, todo será fácil. Muchas veces enfrentamos más oposición precisamente cuando hacemos exactamente lo que Dios quiere.

En el caso de Nehemías, esa muralla había sido destruida 130 años antes. La gente había regresado a la tierra 80 años antes, pero no habían reconstruido el muro. Lo que no se había hecho en 80 años ahora se termina en 52 días. ¿Por qué? Porque Nehemías fue obediente a la visión. Oró, se basó en la Palabra y actuó.

Así fue con Jesús. Hebreos 12:2 nos dice:

"Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios." (NVI)

Jesús soportó el sufrimiento de la cruz precisamente porque veía el gozo que le quedaba por delante. Sabía que su trabajo y sufrimiento comprarían la salvación de millones de personas entre las cuales estamos Tu y Yo. Ahora, su trabajo ha terminado, El está sentado en gloria a la mano derecha de su Padre y nos promete que si fijamos nuestra mirada en El, podemos tener una verdadera visión en medio de este mundo de neblinas y confusión.  El es nuestro Salvador, nuestro Señor y nuestro ejemplo.

Si has estado viviendo sin visión, haz un compromiso hoy con Dios de buscarlo en oración, de basar tu vida en su Palabra y trabajar para lograr su perfecta voluntad. Hoy puedes hacer más que simplemente sobrevivir. Puedes vivir con visión, como lo hizo el Señor Jesús, y como lo han hecho Nehemías y muchos otros creyentes a lo largo de los siglos. Solo tu decides si ser enemigo de Dios sumido en ceguera espiritual o convertirte hoy en un hijo de Dios con visión.

¿Qué es un Pastor?

Hoy en día muchos se autodenominan pastores sin realmente entender la profundidad de este término y no quiero agraviar a nadie con este comentario, más bien lo hago como un pensamiento en voz alta.

Un pastor nace pastor, su corazón es sensible al sufrimiento de sus ovejas aun por encima de sus propios sufrimientos, no saca ventaja de la leche y la lana que sus ovejas producen, más bien las conforta, las asiste y la calma cuando están turbadas.

Un predicador no siempre es un pastor, cualquiera puede predicar pero no cualquiera puede pastorear. Un pastor es más bien un buen recolector y seleccionador del pasto fresco que no emparchara ni parasitará a sus ovejas.

Un pastor siempre tiene tiempo para escuchar a sus ovejas y siempre tiene el consejo sabio para calmarlas.

Un pastor defiende a sus ovejas de las precariedades y de los lobos, cuida su rebaño por encima de su vida.

Si Tu como pastor reúnes estas cualidades, bendecido seas, si no, entonces ubica tu llamado quizás eres un buen evangelista o un buen predicador, pero lo de pastor se lleva en el corazón, sino pregúntale a Jesús que es el buen pastor y el dueño del rebaño.

El Pastor protege a sus ovejas viviendo en santidad y enseñándoles a ellas también a vivir en santidad, siendo obediente a la voz de Dios y enseñándoles también a ellas a obedecer su voz y guardar todos sus mandamientos.

Lo que implica que las ovejas deben escuchar y obedecer a la voz de Dios sujetándose a sus pastores, como el pastor lo debe estar a Dios, ya que es muy difícil que si alguien no se sujeta al hombre ungido por Dios y a quien puede ver, que esta persona pueda sujetarse y obedecer a Dios que no lo ve.

Los pastores deben guiar a sus ovejas por medio de la Palabra de Dios, no por doctrinas de hombres, ni por fabulas y falsa religiones. La Palabra de Dios es la lámpara que Dios nos dejó para que alumbre nuestro caminar y nuestro destinos para que no nos extraviemos.

Apacentar significa dar pasto, pero también significa dar alimento espiritual, educar e instruir. Dios demanda de sus pastores que sean personas obedientes, que tengan verdadero amor por las almas, que quieran ser instrumentos de El para sanar las heridas de todos aquellos quebrantados de corazón que quizás como último recurso de su vida, entran a la iglesia a buscar a Dios.

Ser Pastor está catalogado dentro de las cuatro profesiones más difíciles en los Estados Unidos debido a que un Pastor debe ser:

•predicador
•ejemplo
•padre
•esposo
•consejero
•conferencista
•planificador
•ministro
•visionario
•director
•mentor
•amigo
•niñero
•reconciliador
•consejero de matrimonios
•consejero de Jóvenes
•formador de líderes
•maestro de la Biblia
•intercesor
además de ser:
•portero del templo
•chofer de los hermanos
•personal de limpieza
•líder de alabanza
•el 1ro en llegar y el último en salir

Todo Pastor enfrenta constantemente
Críticas tales como:

-El sermón no me llena, no tiene unción. 
-El Culto es muy largo
-Los hijos del Pastor no son un ejemplo según los demás.

Una de las cosas más difíciles qué hay en la vida de un Pastor es saber que las personas que ellos aman le traicionaran.

El Pastor muchas veces es la persona mas solitaria de la congregación.

Usted puede ver a un Pastor estar rodeado de gente, pero muy pocas veces de gente que estén interesados en sus problemas, necesidades o aun en sus vidas.
Y no digamos las exigencias que las congregaciones ponen sobre los hijos de los Pastores.

Por esto quisiera darte un consejo: si tú tienes un Pastor o tienes como amigos a hijos de Pastores cuídalos, protégelos, ora por ellos, conéctate con su visión, respáldalos, pero sobre todo ámalos.

Jeremías 3:15
“y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia.”

Así que cuídalos porque “ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta” Hebreos 13: 17

Honremos la vida de todos esos hombres de Dios que han sacrificado tantas cosas incluyendo algunas de las necesidades de su familia por atender el llamado de Dios.

Valora el tiempo que un Pastor te dedica, no sabes cuánto valoraría su familia ese tiempo a su lado.

Dios les bendiga grandemente sus vidas y a sus familias...!

martes, 6 de marzo de 2018

¿QUE QUIERES QUE JESÚS HAGA POR TI?

Quiero que te imagines, por un momento, que estuvieras parado frente a Jesús. Estás viendo al Maestro cara a cara. El te pregunta: "¿Qué te gustaría que hiciera por ti?" Considera bien tu respuesta. ¿Cómo le contestarías?

Quizás le dirías: "Quiero que cambies a mi esposa." ¡Ten cuidado! Puede ser que ella esté pidiendo lo mismo por ti. O quizás le pedirías que te dé un mejor trabajo, que te dé buena salud o que te prospere económicamente. ¿Qué le pedirías a Jesús?

Un día, un hombre se encontró frente a Jesús, y el Señor le hizo precisamente esa pregunta: "¿Qué quieres que haga por ti?" Vamos a ver cómo respondió este hombre. Sucedió cuando Jesús se dirigía hacia Jerusalén, donde pronto moriría. Llegó al pueblo de Jericó. Era una ciudad antigua que se había quedado en ruinas, y se había construido la ciudad nueva a poca distancia.

Dejando atrás los escombros de la ciudad antigua, Jesús va entrando al pueblo nuevo acompañado por sus discípulos y una multitud de gente. Junto al camino está sentado un hombre ciego, pidiendo limosna. De repente, este hombre ciego escuchó que iba pasando una gran multitud. ¡Qué extraño! Por su pueblo pasaban muchos viajeros, pero no en grupos tan grandes.

Le preguntó a alguien qué estaba pasando, y le dijeron que Jesús de Nazaret estaba pasando por allí. De inmediato, el ciego empezó a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!" Con toda su fuerza clamaba. Algunos de entre la multitud trataron de callarlo, pero él se puso a gritar con más ganas: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!"

Sabemos que el padre de Jesús no se llamaba David. Su Padre verdadero es Dios, y su padre adoptivo se llamaba José. Este ciego no se equivocó en cuanto al nombre del papá de Jesús; más bien, al llamarle hijo de David, estaba diciendo algo muy importante acerca del Señor.

David fue el rey más grande de Israel, y Dios le había prometido que tendría un descendiente aun más grande. El ciego vio lo que muchos videntes ignoraron: que Jesús es ese hijo prometido de David, el gran Rey y Salvador que viene a rescatar a su pueblo. Es por esto que le llama hijo de David.

Jesús se detuvo a medio camino, y mandó que le trajeran al ciego. Cuando el invidente estuvo frente a El, Jesús le hizo esta pregunta: "¿Qué quieres que haga por ti?" Piénsalo por un momento. ¿No habría sido obvio? ¿Qué es lo que podría desear un ciego? ¡La vista, por supuesto! ¿Por qué, entonces, le pregunta Jesús qué es lo que quiere?

Sin pensarlo mucho, el ciego respondió: "Señor, quiero ver". Jesús le contestó: "¡Recibe la vista! Tu fe te ha sanado". Al instante recibió la vista, y comenzó a seguir a Jesús. Como resultado de lo que habían visto, todos los que estaban allí comenzaron a alabar a Dios también. Lucas 18:35-43.

¿Qué quieres que haga por ti? Lo que le pediríamos a Jesús revela mucho acerca de nuestro estado espiritual. De niños jugábamos ese juego: ¿Qué le pedirías a un genio si te concediera tres deseos? Los más listos decían: ¡Mi deseo sería que me concediera todos mis deseos! En la niñez, uno cree que la felicidad consiste en tener todo lo que uno quiere.

Pero conforme vamos creciendo, descubrimos que muchas de las cosas que pensábamos que nos iban a satisfacer realmente no nos traen la alegría prometida. ¿Será que estamos viendo a Dios como el genio de aquel juego infantil? Lo que queremos es descubrir el secreto para que Dios nos dé todo lo que nosotros deseamos. Queremos convertirlo en nuestra hada madrina celestial.

He observado que Dios muchas veces responde a las oraciones de los nuevos creyentes de una manera impresionante. Cuando una persona apenas se está acercando a Dios, me parece que Dios le concede muchas peticiones para ayudarle a confiar. Podríamos decir que Dios nos mima cuando somos bebés.

Pero conforme vamos creciendo, El nos llama a madurar. Cuando somos maduros, en lugar de esperar que Dios nos pregunte qué queremos que El haga por nosotros, nos preguntamos más bien qué quiere Dios que hagamos por El. Hemos aprendido que hay gozo en hacer la voluntad de Dios. Hay más gozo en hacer la voluntad de Dios que en lograr que Dios haga nuestra voluntad.

¿Qué quieres que haga por ti? Piensa bien tu respuesta a esa pregunta. Cuando observamos el ejemplo del ciego, descubrimos varias cosas importantes en su encuentro con Jesús. La primera cosa es que el ciego clama. ¡A él nadie lo va a callar! Cuando le dicen que no haga tanta bulla, ¡él grita con más fuerza!

Dime: ¿cuál fue la última vez que clamaste a Dios? A veces me encuentro en mis propias oraciones pidiéndole una y otra vez lo mismo a Dios, pero casi sin ganas. Es la misma lista de peticiones que siempre llevo, sin pasión y sin anhelo. Muchas veces no oro como si mi vida dependiera de ello.

Se cuenta la historia de unos pastores que debatían la mejor postura para orar. Uno decía que había que orar de rodillas, otro que era mejor postrarse ante el Señor cara al suelo. Por fin, un electricista que estaba trabajando en la Iglesia interrumpió su conversación. "Disculpen, hermanos pastores" - les dijo. "Mi mejor oración la hice cabeza abajo, colgado de un cable a diez metros de altura."

¿Te das cuenta? ¡Dios responde al clamor de su pueblo! No me refiero al volumen de tu oración; no es cuestión de gritar más fuerte para que Dios te oiga, porque el cielo está muy lejos. Me refiero a la intensidad de tu corazón, la necesidad que sientes de que Dios te responda. Este ciego clamó, gritó, porque sabía que sólo Jesús le podía ayudar. ¿Clamas en oración? Si Dios no está contestando nuestras oraciones, es bueno preguntarnos si realmente estamos clamando a El.

La segunda cosa que vemos en esta historia es que el ciego pide. Cuando Jesús le pregunta qué es lo que quiere, le responde con una petición clara y directa: "Quiero ver". Dos palabras nada más, pero no cabe duda de lo que quiere este hombre. Y nosotros, ¿pedimos en oración?

El apóstol Santiago escribió: "No tienen, porque no piden." (Santiago 4:2) Sospecho que Dios tiene una bodega en el cielo llena de todas las bendiciones que El nos quería dar, pero que nunca le pedimos. Si no se lo pedimos a Dios, no se lo agradeceremos cuando lo recibimos. Dios quiere que le pidamos para que podamos reconocer de dónde vienen nuestras bendiciones.

A veces pedimos, pero lo hacemos de una manera tan general que casi ni es petición. Por ejemplo, le pedimos a Dios que bendiga a los misioneros y que ayude a todos los hambrientos. Es un bonito sentimiento, pero es tan general que nunca vamos a saber si Dios respondió o no. Dios nos invita a pedirle de una manera tan concreta y específica como este hombre: "Quiero ver".

La tercera cosa que observamos en el ejemplo del ciego es que confió. El título que usó para referirse a Jesús - hijo de David - mostró que él entendía quién era Jesús. El había estado esperando al Mesías, y ahora reconocía que estaba frente a El. Su confianza en Jesús fue tan absoluta que Jesús pudo decirle: "Tu fe te ha sanado".

Por supuesto, fue Jesús quien lo sanó; pero la fe de este hombre movió la mano de Dios y trajo sanidad a su vida. ¿De veras confiamos en Dios cuando oramos? Más bien, creo que muchas veces pensamos así: "Bueno, nada pierdo con orar. ¿Quién quita y Dios me responde?" Dios busca algo más de nosotros.

Lo que Dios desea es que nos acerquemos a El con la confianza de un niño que se sube al sofá con su papá y le pide algo. El niño sabe que su padre se lo dará, a menos que no le convenga. Con esa misma confianza, con esa misma fe, tenemos que clamar a Dios si queremos que El nos responda.

Vemos una cosa más en el ejemplo del ciego. Lo que él le pidió le trajo gloria a Dios. ¿Qué hizo este hombre después de recibir lo que le pidió a Jesús? Empezó a glorificar a Dios, y la multitud alabó a Dios con él. Su vida se convirtió en un espejo que reflejaba la gloria de Dios, porque no se quedó callado. Lo alabó y lo exaltó, y muchos se unieron a él.

Hace unos días me encontraba en el estacionamiento de una tienda cuando una mujer se me acercó pidiéndome dinero. Cuando me lo pidió, se veía muy risueña y amable. Después de que le había dado un poco de dinero, sin embargo, se dio la medio vuelta y se fue sin decirme nada. ¡Ya había conseguido lo que quería!

¿Haremos eso con Dios? No sólo es feo ser malagradecido; significa perder de vista lo que realmente importa. A fin de cuentas, importa muy poco si yo recibo lo que le pido a Dios. Mi vida no es tan importante como yo muchas veces pienso que es. Pero la gloria de Dios es lo más grandioso. Si mi vida glorifica a Dios, resplandece como jamás podría si simplemente viviera para mí mismo.

Es bueno preguntar, cuando oramos: ¿trae gloria a Dios lo que le estoy pidiendo? Sobre todo, cuando vemos las respuestas de Dios, ¡no nos quedemos callados! ¡Celebremos la grandeza de Dios! ¡Mostremos al mundo lo que El ha hecho en nuestras vidas! No nos quedemos con el crédito por lo que El ha hecho en nosotros. Reflejemos su gloria a los demás.

¿Qué quieres que haga por ti? Te invito a recordar la respuesta que diste a esa pregunta. La verdad es que Jesús está aquí. El está frente a ti en este momento. ¿Qué le pedirás? ¿Cómo se lo pedirás? Dios quiere glorificarse en tu vida, si aprendes a pedirle con fe y para su gloria.