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domingo, 26 de agosto de 2012

No pierdas la esperanza, Confía en Dios




Hoy quisiera hablarles acerca de una fe con valor, con fuerza. Me voy a enfocar en este pasaje de Isaías, capítulo 55, los versos del 8 al 9. Un pasaje que muchos conocemos, dice:

“…Porque mis pensamientos no son sus pensamientos ni mis caminos sus caminos, dice Jehová, como son más altos los cielos de la tierra así son mis caminos más altos que vuestros caminos y mis pensamientos más que vuestros pensamientos…”

Ese mismo texto también aparece en Jeremías capítulo 29, verso 11 y lo que la palabra de Dios añade en ese texto es que los pensamientos de Dios son para darnos un final lleno de paz, un final lleno de bien. Y ahí nosotros tenemos que mantener nuestra certeza.

Y hoy conectando este tema de cómo nosotros podemos seguir confiando en Dios, quise meditar acerca de cómo confiar en Dios en medio de nuestra espera, sea lo que sea que usted esté esperando, que usted pueda mantenerse confiando en Dios.

Todos nosotros de alguna manera u otra, mis hermanos, estamos esperando algo. Si usted no está esperando que suceda algo en su vida, pues, usted está viviendo sin esperanza. El que espera algo, el que mantiene su esperanza de que algo va a suceder, de que algo va a acontecer, eso es algo que nos impulsa, es como una gasolina que nos mantiene levantándonos día tras día para seguir adelante.

Pero que muchas veces en esa espera suceden cosas maravillosas y me voy con el himno, con el corito. O que muchas veces nuestra vida de fe se ve aprobada. Y yo quisiera compartir algunas cosas con ustedes, algunas de estas cosas me he cruzado con ellas en meditaciones, textos, que gente me ha mandado, palabras que han compartido conmigo o yo mismo en meditaciones que he hecho. Y aquí las quiero compartir con ustedes.

Una cosa que me gustaría resaltar es que hay veces que Dios retrasa el contestar una oración para que nosotros podamos desarrollar cualidades espirituales. Y eso es una de las lecciones más difíciles que se nos hace a veces de aprender.

El entender que muchas veces Dios aguanta las respuesta a una oración porque quiere desarrollar algo en nosotros: perseverancia, confianza, paciencia, sujeción, palabras muy llenas cada una de estas, que tal vez las decimos a veces bien rápido, pero que son palabras que tienen un peso muy grande, que muchas veces las miramos por encima muy livianamente y no nos detenemos para verdaderamente meditar en lo que estas palabras significan y el poder y el impacto que tienen sobre nuestras vidas.

Perseverancia, confianza, paciencia, sujeción. Por qué menciono estas 4 palabras en específico? Yo creo que estas cualidades llegan a nosotros solo, solamente cuando esperamos y confiamos pacientemente en el tiempo de Dios, cuando esperamos y confiamos pacientemente en el tiempo de Dios. La perseverancia, todos nosotros podemos entender que tiene que ver con esa perspectiva a largo plazo. Lo contario a perseverancia es qué? Rendirse. Y es algo que muchas veces nosotros optamos por esa ruta fácilmente, cuando las cosas vemos que no están sucediendo como uno quiere, nuestra paciencia de va bien rápido, nuestra confianza sea en Dios o en cualquier otra persona, se va bien rápido y lo que tendemos a hace es a rendirnos y eliminarnos, como quien dice, de la carrera.

Pero hay algo que Dios quiere hacer en medio de toda esa espera. Dios no se intimida, déjenme decirlo así, cuando nosotros venimos ante él como con demandas infantiles, por nosotros querer tener una gratificación instantánea. Nosotros no podemos como bien hemos escuchado, torcer el brazo de Dios cuando venimos delante de él quejándonos, como si fuéramos unos nenes chiquitos, ah, tu, porque no me respondes, no me estás escuchando, no me estás haciendo caso. Y nos comportamos como si fuéramos niños delante de Dios.

Y yo entiendo que la misma Biblia dice, que nosotros tenemos que ser como niños para entrar al Reino de los cielos, pero no significa que nuestro comportamiento con Dios va a ser uno infantil. Sino que tenemos que ser entendidos también delante de él en cómo nos relacionamos con él.

Hay veces que nosotros venimos con gritaderas y pataleteando delante de Dios y es como si Dios estuviera moviendo su cabeza, mira, grita y pataletea todo lo quieras, pero ahora mismo no te voy a conceder lo que tú me estás pidiendo.

A ustedes que son padres y madres, y en algún momento tal vez ustedes tuvieron que proceder así con su hijo o con su hija. Vienen delante de usted llorando, gritando, pataleteando y si usted no es firme, usted entonces lo que va a tener es un niño, una niña consentida porque no tiene la disciplina, el carácter de poder aguantar cuando usted tenía que abstenerse de darle algo que ese hijo, esa hija le estaba pidiendo.

Y así mismo es Dios. Nosotros venimos llorando, gritando, pataleteando delante de Dios y Dios se queda ahí, mira, llora todo lo que tú quieras, pataletea todo lo que tú quieras, pero ahora mismo yo entiendo que  no es el momento de concederte lo que  me estás pidiendo. Y nosotros cuando éramos niños tal vez nos cruzábamos de brazos y nos íbamos a una esquina a llorar, llora, está bien, y al ratito iba Dios y nos pasa la mano por encima tranquilo y uno como que, ah, sí me vas a dar? No, no, tranquilo, solamente te estoy consolando para que sepas que estoy contigo, pero no es que te voy a dar lo que me estás pidiendo todavía. Solamente te estoy dejando saber que te amo, que estoy contigo, pero tienes que seguir esperando.

Nosotros no podemos pretender que sabemos más que Dios, sobre cuándo una oración tiene que ser contestada. No le podemos decir, Señor, este es el momento, ahora es que… esa respuesta tiene que venir ahora, mira lo que está pasando, ahora es el momento. Y Dios está ahí como que, eso es lo que crees, pero tus pensamientos no son los míos. Y lo que  estás viendo no es lo que yo estoy viendo.

Ahora, mis hermanos, también quiero enfatizar en esto. Los retrasos de Dios no son necesariamente una negación. Él tiene sus razones de por qué aún no.  Por qué? Cuáles serían algunos de los retrasos detrás de esa espera?

Y miren, tal vez nosotros nunca lleguemos a comprender completamente por qué o las razones de por qué uno tiene que esperar. Aún lo que yo les dije previamente, eso puede sonar como algo genérico, ah, sí, pues la espera te ayuda a desarrollar paciencia, y todas esas otra cosas que mencioné, pero aún las razones que Dios tiene detrás de todo ese proceso, nosotros nunca las vamos a lograr entender.

Y eso no debe sorprendernos porque Dios es el creador y nosotros somos las criaturas. Dios sabe más que nosotros. Por un lado, lo que Dios está haciendo es probando nuestra fe. Nuestra fe en él, nuestra fe en las promesas que él nos ha dado y no necesariamente en las promesas que un hombre, que un pastor, o que una mujer nos haya impartido a nosotros. Ah, Dios tiene esto para ti. Es más bien creerle a él.

Hay promesas, hay palabras que Dios nos ha dado a todos y cada uno de nosotros. En algún momento u otro de nuestras vidas hay una palabra que Dios ha impartido y no necesariamente esa palabra tuvo que haber salido de aquí, del altar, para decir que tenía alguna validez. Pudo haber sido un momento donde usted estaba en su casa, en la mesa de su comedor y se estaba tomando un café y estaba leyendo la Escritura y de repente, un verso que usted estaba leyendo resalta y le hace un eco en su mente, en su espíritu y en su corazón, que usted dice, guau, Señor,  me has hablado en este momento.

Y uno se puede agarrar de esa palabra, de ese momento tan simple y sencillo, no había mucha algarabía, tal vez usted tenía un radio prendido bien bajito, pero usted estaba totalmente concentrado en su lectura, y en ese momento fue que Dios impartió algo sobre su corazón y uno se agarra de esa promesa.

Por un lado, nosotros no podemos proceder como si Dios fuera una máquina de dulces,  hay a veces, yo no sé si a usted le ha pasado que usted echa el dinero y cuando le da y el espiral se empieza a mover, que se queda encajado ahí justamente antes de caer, y uno saboreando ese dulce que uno se quiere comer, y él ahí guindándose, se quedó pillado de una esquinita y uno empieza… a darle patadas, y las mueve y las hamaquea y pasa alguien y uno se queda tranquilo. Y cuando se va la persona uno vuelve… pa, pa, pa…

Cuántos de nosotros hay veces que hemos tratado a Dios así, como si fuera una maquina vendedora?  Le ponemos el dinero y Dios, yo quiero esto. Y usted ve como que se está moviendo la cosa, se está moviendo un espiral y va a caer lo que está esperando pero… no, Dios, dame!!

No podemos bregar con Dios como si él estuviera satisfaciendo solamente todos nuestros antojos. Yo creo que las pruebas de la vida siempre traen consigo alguna ganancia, mis hermanos, aún a través de pérdidas. Y esto, yo sé que esto es duro compartirlo, mis hermanos, porque yo sé que muchas personas aquí que yo tengo de frente, yo sé que todavía están procesando distintas pérdidas que han experimentado en su vida. Pero en alguna razón misteriosa que nosotros nunca vamos a poder comprender, es a través de momentos como esos donde Dios trae ganancias espirituales a nuestra vida, donde Dios de alguna manera u otra incrementa ese sentido de fe, de esperanza, de gozo, de paciencia, de amor, de tolerancia y a veces hasta de comprensión de situaciones de la vida que antes que no teníamos.

Nos ocurre como le pasó a Job, de oídas te había oído más ahora mis ojos te ven. O sea, te conocía de una manera, lo que la gente me decía de ti, lo que yo escuchaba a los pastores predicar, lo que yo escuchaba a la gente orar, y yo aprendía de eso y te conocía de una manera, pero después de haber vivido estas situaciones en mi vida, ahora, eso te conozco a ti de una manera totalmente distintas, eso es algo ya casi secundario, terciario, porque ahora te estoy viendo y te estoy conociendo en una manera totalmente nueva.

Pero que si no hubiese sido por esos momentos duros y difíciles y a veces hasta vergonzosos y frustrantes, uno entonces no hubiese podido tener ese tipo de ganancia que solamente Dios puede traer. Ganancias que surgen del dolor, heridas, luchas, confusión, fracaso, todo esto está probando nuestra fe.

Y no es que Dios sea un masoquista, pero es que Dios quiere literalmente, mis hermanos, yo he escuchado muchas veces que predicadores que dicen, Dios no te puede probar porque  eres su hijo, eres su hija, él te ama y… no, pero miren, Dios prueba a uno. Dios prueba a uno. Dios te prueba a ti, Dios me está probando a mí ahora mismo. Yo lo puedo decir, yo estoy hablándoles a ustedes esta palabra y algo en mí tiene ganas de sentarse y recibirlo yo, y no necesariamente compartirlo. Pero Dios nos prueba, mis hermanos.

Y en medio de esa espera, mis hermanos, hay que tener cuidado con distracciones que puedan llegar. Y las distracciones se pueden ver en distintas maneras. Distracciones que vienen de adentro, como también distracciones que vienen de afuera, distracciones que están bajo tu control o distracciones que están fuera de tu control. Son cosas con las cuales uno tiene que tener mucho cuidado.

Si yo me dejo llevar fácilmente de las distracciones, entonces pierdo el enfoque de lo que Dios quiere hacer. Y fácilmente termino haciendo algo que no debo hacer o que Dios no espera que yo haga. O termino tomando decisiones que no están más o menos en línea con lo que Dios quiere. Y son cosas con las cuales usted, yo, tenemos que tener cuidado con eso. Las distracciones en su vida pueden venir de distintas maneras. Quién sabe si hasta para algunos de ustedes, las personas que menos uno desearía, pero están ahí, están en tu misma casa, y son cosas que te están sacando de enfoque. Y tienes que lidiar con ello.

Pero ahí es donde está el meollo de todo esto, que a pesar de esas distracciones, tenemos que mantener en mente una cosa, confía en Dios. Pon tu confianza en Dios y no en nada más. Lo importante es mantener nuestra confianza en él. Miren cómo dice el salmo 37, tal vez muchos de ustedes lo saben, versos 3,4, 5 y 6, dice:

“…Confía en Jehová y has el bien y habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad…”

Miren cómo dice el  primer verso, confía en Jehová y has el bien. Fíjense hay veces que en medio de esa confusión, en medio de esa espera, en medio de todas esas frustraciones, la tendencia es en actuar no contra la naturaleza sino en contra de lo que Dios espera que nosotros hagamos. Y tenemos que aguantarnos del Señor y de intencionalmente buscar hacer el bien en medio de todas las cosas. Aunque tu mente te traicione, aunque tus emociones estén un poquito medio confusas, uno tiene que buscar hacer lo que es correcto, buscar hacer el bien en todo momento. Tal vez un lado de tu cabeza te está diciendo, que se acabe todo esto, pero el otro lado en tu espíritu y en tu corazón te está diciendo, no, esto es lo que Dios está esperando de ti y así es como tienes que hacer.

Tienes que confiar en Dios que a medida que  te portes de esta manera, que tu procedas de esta manera, buscando el bien, buscando el amor entre hermanos, hermanas, buscando que ese sentido de ese hermandad pueda seguir fortaleciéndose y no que nos sigamos dividiendo y hablando unos de otros. 

Si tú buscas proceder y hacer el bien, confiando en Dios, qué es lo que dice? Habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad.

miércoles, 15 de agosto de 2012

“Como ser un buen Padre”




Actualmente los padres han sido muy atacados por varios medios. Los presentan como seres inútiles, inservibles, súper flojos. Una autora feminista de algunas décadas atrás dijo esto: "Una mujer sin un hombre es como un pez sin bicicleta". En otras palabras, en la familia, ¡el hombre viene sobrando! Quizás sea necesario para empezar las cosas, pero su presencia no es esencial para el buen funcionamiento de la familia.

Para ser justos, es necesario reconocer que estas actitudes muchas veces nacen en reacción al machismo, la actitud que
deshonra a la mujer. Frente al machismo, muchas mujeres han dicho: ¡Esa clase de hombre no me hace falta! Uno comprende su reacción, porque hay muchos que han nacido siendo varones, pero nunca han aprendido a ser la clase de hombre que Dios quiere que sean.

Hoy quiero decirte que ni el feminismo radical, que desearía
acabar con todos los hombres, ni el machismo es la voluntad de Dios. Más bien, Dios creó al hombre con un propósito especial.
Lo puso como cabeza del hogar para amar a su esposa, criar a sus hijos y reflejar como hombre la naturaleza misma de Dios.

Dios mismo se llama Padre de todos los que El adopta como sus hijos, los que reciben por fe a su Hijo Jesucristo y lo
reconocen como Señor y Salvador. 

Así lo dice Juan 1:12: 


"A cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios". Al llamarse Padre, Dios honró a todos los padres humanos. El ser padre es algo muy valioso. Si tú eres padre, Dios te ha llamado a tomar en serio el privilegio que tienes.

En esta ocasión, quiero que consideremos primeramente para qué sirve un padre o cual es su importancia. Al hablar de lo que Dios llama a los padres a hacer, también pensaremos en la clase de Padre que es Dios para nosotros. 

Efesios 6:4 dice:

"Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor."


Aquí encontramos la primera función principal de un padre. Un padre da estructura a su hogar. Dios les dice a los padres que críen a sus hijos en disciplina.

Por lo general, en las familias sanas, las madres son más
cariñosas, y los padres ponen la disciplina. Esta no es una
división absoluta; las madres tienen que disciplinar, y los
padres deben abrazar y ser cariñosos con sus hijos. Pero cuando el papá no está cumpliendo con su deber, el orden y la estructura del hogar es lo primero en sufrir.

Esto es lo que hace Dios. La Palabra dice que el Señor al hijo que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Dios disciplina y corrige a sus hijos para que crezcan, maduren y lleguen a ser hombres y mujeres de carácter firme. El lo hace por medio de los sufrimientos de la vida, por medio de su Palabra, por medio de otras personas - de una y mil maneras.

Un niño montaba su bicicleta por una bajada. Iba más y más
rápido, y el viento fresco se sentía delicioso en su cara.
¿Para qué aplicar los frenos? ¡Quería disfrutar el momento por completo! La velocidad fue adictiva. Sin embargo, al pie de la bajada había una curva. Por exceso de velocidad, el chico perdió el control de la bicicleta y terminó con varios heridas.

Los frenos de la bicicleta representan una especie de disciplina al movimiento de la bicicleta. Son esenciales para que su uso no termine en un accidente. De igual modo, la disciplina amorosa y constante de un padre es esencial para que la familia avance bien, para que el niño aprenda a controlarse a sí mismo y pueda tener una vida ejemplar.

Quizás Dios te esté disciplinando a ti en este momento. ¡Acepta su disciplina! No te rebeles contra El. Es para tu bien. Quizás seas padre de familia, y te haga falta aprender a disciplinar a tu familia. Guíales con tu ejemplo. No confundas el coraje abusivo con la disciplina. Disciplinar a tus hijos y gritarles no son la misma cosa.

¿Qué significa esto de la disciplina y la estructura, entonces?
Significa asegurarte de que tus hijos hagan la tarea, para que
puedan sobresalir en sus estudios. Significa apoyar a tu esposa cuando les dice a los niños que es hora de ir a dormirse. Significa asegurarte de que tus hijos respeten siempre a su madre. Significa ponerles límites, aun cuando no les guste.

Observa cómo Dios ha hecho esto con nosotros. Nos ha dado sus leyes, para que sepamos cómo es que debemos vivir. Nos pone consecuencias cuando no vivimos de acuerdo a su voluntad. Nos pone límites para que aprendamos a guiarnos solos. Tú no tienes que ser perfecto. Pídele a Dios que te ayude a empezar a ser el tipo de padre que El quiere que seas.
 
Como parte de dar estructura a su familia y disciplinar a sus
hijos, un padre dirige a su familia hacia Dios. La última parte
del versículo les dice a los padres que críen a sus hijos según
la instrucción del Señor. No sé de dónde salió esta idea de que la Iglesia y las cosas de Dios son sólo para las mujeres y los niños, pero es una de las mejores mentiras que se ha inventado Satanás.

Con esta mentira ha mantenido a muchas familias en cadenas de mediocridad, porque el padre no da el liderazgo espiritual que debería ejercer. Padres, pongan el ejemplo de decir: Hoy vamos a levantarnos temprano para ir a la iglesia. Vamos a orar antes de comer. Vamos a tener la célula familiar. ¡No esperen a que sus esposas lo hagan!

La mejor herencia que les puedes dejar a tus hijos es un legado de fe en Jesucristo, de obediencia al Señor y de amor a Dios. Tienes un lugar único en el plan de Dios para tu familia.

Vamos a ver lo que dice Colosenses 3:21 para descubrir la segunda función crucial de los padres:


 "Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten." El apóstol Pablo dice que, cuando un padre no cumple con su deber, sus hijos se desaniman. Cuando un padre es voluble, egocéntrico y enojón, sus hijos se exasperan. Esto puede producir en ellos el desánimo.

Un buen padre, en cambio, da ánimo a sus hijos. Cuando un padre ama a sus hijos, él ve lo que ellos pueden llegar a ser y los  anima para que desarrollen al máximo sus capacidades. Esto lo pude ver en un niño que se iba a lanzar en un clavado  a una piscina. Su madre le decía: ¡Vamos, hijo! ¡Tú puedes! ¡Yo sé que puedes hacerlo! Pero el niño no se animaba a tirarse.

No fue hasta que escucho la voz varonil de su padre decirle: ¡Tírate, hijo!, que el niño se animó a tirarse de la palanca. Después de hacerlo una vez, ya no tenía temor; pero le hacía falta escuchar la voz de su padre para darle ánimo y superar el temor.

Padres, nunca ignoren el poder que ustedes tienen para darles ánimo a sus hijos. ¿Qué Tu quieres que sea tu hijo cuando crezca? ¿Quieres que sea un pandillero? ¿Quieres que tu hija se embarace a los quince años y deje de estudiar? Si eso es lo que quieres,  entonces no hagas nada. Pero si quieres algo diferente para tus hijos, empieza ya a animarles. Habla con ellos de lo que pueden ser, y cómo se puede lograr.


¡Sueña con ellos! Y ayúdales a realizar sus sueños.

Esto es lo que Dios hace con nosotros. ¿Alguna vez has leído en la Palabra de Dios que El nos diga: Tú no vas a poder, Eres un inútil, Para qué te esfuerzas? ¡No! Dios nos da ánimo. El nos dice: Tú eres más que vencedor en Cristo. Todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Estoy contigo siempre, hasta el fin del mundo.

Escucha lo que le dijo a Josué.: 


"Te repito: sé fuerte y valiente. No tengas miedo ni te desanimes porque el SEÑOR tu Dios estará contigo donde quiera que vayas." Josué 1:9. No le dijo: No vas a poder. ¡Eres muy menso! ¿Para qué lo intentas?

Ya es hora de aprender a escuchar la voz de nuestro Padre celestial, esa voz de ánimo y aliento que nos llama a realizar
el propósito que Dios tiene para nosotros. Es hora de hacernos sordos a las voces que nos dicen que no podemos, que no servimos para nada, que mejor ni lo intentemos.

Cuando has aprendido a escuchar esa voz, puedes hablarles así también a tus hijos. Puedes ayudarles a ver hacia el futuro
bueno que Dios tiene en sus manos para ellos. Pueden soñar
juntos.

La Biblia compara los hijos con flechas en las manos de un guerrero. Para que una flecha tenga el mayor impacto, es necesario guiarla bien y dispararla con buena velocidad. El
ánimo que tú les das a tus hijos es la velocidad de la flecha.

Cómo podemos llegar a ser hijos de Dios y tenerle a El como Padre?.  Recibiendo y reconociendo a Jesucristo como Señor y Salvador así Dios nos adopta como sus hijos. 

Por naturaleza, formamos parte de su creación; pero El nos invita a ser sus hijos. Si tú nunca has aceptado a  Cristo, y hoy quieres que Dios sea tu Padre, te invito a tomar esa decisión. Hoy puedes entrar a la familia de Dios. Solo tienes que abrir tu corazón a El y decirle: -Yo se que tu eres Dios y que yo soy pecador, perdona todos mis pecados, entra en mi corazón y transformarme, quiero ser tu seguidor e imitador.

Si haces esta confesión sinceramente entonces ya eres su hijo y el tu Padre.

Dios te bendiga!!!


lunes, 13 de agosto de 2012

No temas, Tu no estas solo


























“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros,  ¿quién contra nosotros?
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó Por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”    Romanos 8:31-39:

Se cuenta la historia de un hombre que viajaba durante el invierno en zona de frío. De repente llegó a la orilla de un ancho río, sin ningún puente. Como hacía mucho frío, el río se había congelado; pero el hombre desconocía la zona, y no estaba seguro si el río congelado sería capaz de sostener su peso o no.

Con mucho cuidado, el hombre empezó a gatear sobre la superficie del  hielo. Antes de avanzar siquiera diez centímetros, probaba el hielo con la mano para ver si seguía firme. De esta forma logró avanzar muy lentamente sobre el hielo, hasta que de repente oyó un ruido muy fuerte detrás de él.

Al principio pensó que el hielo se estaba quebrando, y que pronto se encontraría sumido en las aguas frías del río. Dando la vuelta, vio lo que había causado el ruido: era un hombre con una carreta llevada por varios caballos. Campante, el hombre manejaba la carreta encima del hielo. El conocía el río; sabía que el hielo era grueso, y que lo sostendría. Mientras el otro hombre avanzaba lentamente y con preocupación, él iba contento, admirando el paisaje y disfrutando del día.

Muchos de nosotros avanzamos por la vida como el primer hombre, inseguros y preocupados. Al no comprender los caminos y los propósitos de Dios para nuestras vidas, caminamos tentando las cosas. Debido a nuestra ansiedad, podemos fácilmente caer en tentación.  Perdemos el gozo y la paz.

Estoy convencido de que Dios no quiere que vivamos así. Cuando comprendemos lo que Dios nos ha dado en Cristo, cuando entendemos los propósitos que El tiene para nosotros, podemos caminar con la frente en alto, sin temer a lo que vendrá, disfrutando del paisaje y de las bendiciones que Dios hace
llover sobre nuestra vida.

Cuando un equipo deportivo sale vencedor en algún partido, ¡su alegría es incontenible! Los jugadores saltan, bailan, gritan y se gozan por su victoria. ¡La Biblia nos dice que, en Cristo, somos más que vencedores! ¡Qué gran gozo nos pertenece!

 La primera cosa que el Espíritu nos dice aquí es que, si nosotros hemos aceptado a Jesucristo como nuestro Rey y Salvador, ¡Dios está de nuestro lado! Dios está contigo. Si Dios está de tu parte, ¿qué más importa? Cualquier oposición que
pudieras enfrentar se vuelve insignificante.

Si Dios está de tu lado, El no te negará nada de lo que necesites. Observa lo que dice el verso 32.  Si Dios estuvo dispuesto a darnos a su Hijo para lograr nuestra salvación, ¡sería absurdo pensar que no nos dará todo lo que necesitamos para vivir esa salvación y llegar a estar con El! Al contrario, sabiendo que El dio a su Hijo por nosotros, podemos estar más que seguros de que El nos dará todo lo demás también.

La frase "todas las cosas" no significa todo lo que queremos o todo lo que existe en el universo, sino todo lo que necesitamos para lograr el plan perfecto que Dios tiene para nosotros.
Incluye la provisión que necesitamos para vivir en este mundo, y también la gracia que necesitamos para confiar y obedecer. ¡Todo absolutamente todo El nos  dará!

Cada vez que te sientas tentado a dudar de la provisión de Dios, acuérdate de que El ya dio a su Hijo por ti. ¿Cómo no va a suplir todo lo que necesitas? Pídele con confianza  y sin dudar cualquier cosa que necesites, y puedes estar seguro que El no te va a negar nada.  Todo lo que pedimos al padre en el nombre de su hijo Jesús, Dios lo concederá por amor a El y a ti.

Dios te bendiga!!! 



jueves, 9 de agosto de 2012

La apariencia es engañosa.















Muchas personas caen en el lamentable error de juzgar a las demás personas por su apariencia, descalificándolas automáticamente por su apariencia exterior. 

Yo no se si a ti te ha pasado en algún momento dado, que conoces a una persona y de repente sientes que ese individuo te cae pesado sin ni siquiera tu haberlo tratado,  a esto se le llama prejuicio y es muy peligroso para la salud de nuestras almas.

Se cuenta la historia de un anciano andrajoso, mal vestido y de muy mala apariencia, que trato de entrar a una Iglesia donde estaban alabando al Señor Jesús y los ujieres que estaban en la puerta no le permitieron entrar al templo retirándolo de manera muy despectiva.

El anciano avergonzado se retiro de la puerta, pero se quedo al frente de la iglesia cabizbajo y triste. Unos hermanos que iban para el templo se les acercaron y le preguntaron:  ¿Por que esta usted tan solo y triste Señor? ¿Quien es usted? y el les contesto -Yo soy el Dios que ellos están adorando, quise visitarlos mas no me dejaron entrar.-

Es muy posible que en alguna ocasión hallamos caído en este error de rechazar a alguna persona por su apariencia física y al igual que los hermanos de esta iglesia nos hayamos perdido la oportunidad de ser bendecidos por algun ángel enviado por Dios.

En esta oportunidad el Señor nos esta hablando para que aprendamos a mirar a las personas como El las ve. Dios tiene una forma diferente de vernos a nosotros. Lo demuestra muy claramente en el caso de Job. Mire lo que dice la biblia:

" Entonces respondió Job a Jehová, y dijo: " He aquí que yo soy vil"           (Job 40:4).

Según el Diccionario la palabra "vil" significa todo esto: Bajo, Despreciable, indigno, torpe, infame, persona de movimientos tardos y difíciles, sin habilidad ni destreza, rudo, tardo para comprender, deshonesto, indecoroso. Tosco, feo que carece de honra y de estimación, carece de crédito, malvado, sucio e indecente.

Este era el concepto que tenia Job de sí mismo, así el se describía. Pero Jehová dice de El,  hablándole a Satanás lo siguiente:

(Job 1: 7b)    "¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?"

Jehová le llama "Perfecto".  Este término lo describe el Diccionario así:   "Persona, animal o Cosa que posee el mayor grado de Excelencia".

Jehová tiene un concepto muy diferente del que Tu y Yo tenemos de nosotros  mismos.    El no nos ve con los ojos carnales sino con ojos de misericordia.

Es posible que las circunstancias de la vida te hagan ver como una persona derrotada, también es posible que te sientas deprimido por tu apariencia y tu condición física, pero para Dios tu eres importante. Tu eres su creación y aunque los demás te rechacen y te vean imperfecto, Tu eres su mas valiosa obra de arte.

Tu no eres una equivocación de la vida ni un fracaso de la naturaleza. Tu fuiste cuidadosamente diseñado por Dios, por lo tanto Tu eres un ser valioso creado para ser alabanza de la gloria de su nombre. 

Si nosotros contemplamos solo la belleza exterior de las personas, no nos percataremos de las cosas feas que se esconden en su interior.

La felicidad no se encuentra en lo que aparentamos sino en lo que realmente somos.

Cuando vayas a evaluar a alguien no lo descalifiques por su apariencia física, busca lo espiritual que hay en su interior, míralo con los ojos del Espíritu y vas a notar que aun las cosas que exteriormente se ven fea en esa persona, solo ocultan la gran belleza interna que éste posee.

Miremos a los demás como obras de arte hechas por las manos de Jesús. Pidamos al Señor que nos ayude a mirar a nuestro prójimos con sus ojos no con los nuestros.

Dios te ilumine y te de paz!!

jueves, 2 de agosto de 2012

El orden de Dios en la Familia.


 “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.         
Génesis Capítulo 1: 1-2.



Nuestro Dios es un ser sumamente ordenado, cuando el sintió la necesidad de crear el universo miro desde la eternidad y observo que la tierra estaba desordenada y vacía,  aunque su espíritu se movía por la faz de las aguas había necesariamente que ordenarlo todo y así lo hizo.

Una de las razones por la que muchos matrimonios y hogares no permanecen unidos y terminan en el degolladero del divorcio y la división, es por no prestar atención al orden con que Dios  creó todas las cosas del universo. Yo diría que el elemento fundamental para mantener una estable y duradera relación, no solo entre las parejas del matrimonio sino también en las relaciones padre hijos y viceversa, radica en entender clara mente cual es el principio de prioridades que establece el orden de Dios y aplicarlo de manera permanente en nuestras relaciones.

Cuando Dios creó el mundo lo diseño en base a un parámetro de seguimientos que establece como se debe regir su creación, me explico.  Los dos elementos principales del universo son:

1.    El Creador  es decir Dios y

2.    Lo Creado es decir Todo lo que existe.

Donde al establecer un orden de prioridades entre estos dos elementos siempre estará primero en nuestras vidas Dios que la creación,  lo que implica que si usted ama y presta más atención a lo creado que a su creador enseguida se rompe el orden de Dios y romper el orden de Dios genera el pecado o la desobediencia ya que Dios debe de ser siempre primero en todo para nosotros.

De ahí nace el primer mandamiento:

Marcos 12:29-30       “Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.

Esto significa que existe un solo Dios, Creador de todas las cosas y que el primer deber del hombre es reconocerlo como su Dios y Creador, darle la gloria y el culto debido, amarlo. Amamos a Dios sobre todas las cosas cuando le obedecemos sin condiciones y estamos dispuestos a perder lo todo antes que ofender lo.

Luego de conocer y entender este principio nos enfocaremos entonces en el orden que Dios estableció para la familia.   Una familia es una entidad fundada por Dios que consta de: Padre, Madre e Hijos.

En el libro de Génesis capitulo 1  la biblia relata el principio de la creación, si lo analizamos cuidadosamente veremos que Dios primero creo el hábitat de la familia y lo hizo en cinco días. Es importante que leamos este capítulo.

Hábitat Génesis 1: 1-25: Dios crea los Cielos, la Tierra, Luz (Día), Tinieblas (Noche), Mar, Sol, Luna, aire y los seres que conforman cada uno de estos elementos.

Familia Génesis 1: 26-31.   “Entonces  dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 

 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgad la, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.
Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.
 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto”.

De todo este capítulo podemos sacar los cinco elementos fundamentales de la creación y sus prioridades.

1.    En el versículo 26 aparece Dios como poder creador.

2.    Luego el hombre como creación a su imagen y semejanza.

3.    Vs. 27 dice que “Varón y Hembra” (Mujer) los creo.

4.    Vs. 28 Dios ordena dos cosas: la multiplicación, es decir a tener Hijos y…

5.    El trabajo “llenad la tierra, y sojuzgad la”

Estos cinco elementos forman el orden de Dios para todas las familias, veamos:


Notemos en la figura que en el orden universal de la familia, Dios está representado por el dedo “Pulgar” debido a que este es el único dedo que puede alcanzar y tocar a todos los demás, así como Dios tiene incidencia y preeminencia en toda la familia y puede alcanzar a bendecir a todos quienes la componen.

El Hombre está representado por el dedo “Índice” que significa autoridad debido a que Dios lo envió a señorearse y a ser la cabeza del hogar y quien carga con la responsabilidad de cuidar y de proteger a su mujer y a sus hijos sustentándolos a través del trabajo.

“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.        (Efesios 5: 22-24).

La Mujer o la hembra está representada por el dedo “Mayor” esto es debido a que ella es la que carga con la mayor responsabilidad del hogar: Dar a luz con dolores a sus hijos, criarlos, ser la figura clave en la educación y el cuidado general del hogar.

Luego siguen los Hijos que son el cuarto elemento de la familia y están representados por el dedo “Anular”.

 Y por ultimo esta el trabajo representado por el dedo “Meñique” que aunque es el dedo más pequeño de la mano es uno de los mas útiles para el cuerpo, así como el trabajo lo es para el sustento de la familia.

¿Qué es el orden de prioridades? 

Es la decisión final que tomamos al momento de decidirnos a cuál de los elementos que forman la familia atender y complacer en un momento dado. Esta decisión siempre revelara nuestra inclinación, devoción y preferencia hacia el elemento seleccionado.

 Ejemplo: Si a una Persona se le presentaran las siguientes alternativas al mismo tiempo:

1.    Trabar horas extras por orden de su jefe.

2.    Ir a una cita de la maestra de su hijo.

3.    Atender un llamado urgente de su esposa.

4.    Acudir a un compromiso para mejorar su personalidad.

5.    Atender y obedecer un mandato de Dios.

 Si esta Persona se inclinara por la opción  1 es decir quedarse trabajando horas extras, revelara  los  siguientes rasgos de su personalidad:

·       El trabajo es su prioridad.

·       Cuida más su trabajo que a su esposa e hijos y hasta  su propia personalidad.

·       Cuida más su relación con el jefe del trabajo que con Dios que se lo proveyó.

·       Sus prioridades están invertidas.


Consecuencias que acarrean el romper el orden de Dios en una Familia.

En el caso de nuestro ejemplo, este hombre rompió el orden de prioridad creado por Dios debido a que el trabajo no fue primero que Dios ni que el hombre. Primero fue Dios, después el hombre, luego la mujer y los hijos, y por último el trabajo.

Cuando invertimos el orden de Dios en nuestras vidas esto trae malas consecuencias. Muchos hogares han acabado en divorcios porque la relación de la familia ha sido afectada por causa del mal uso de las prioridades.

 Cuando nos hacemos adictos al trabajo enseguida descuidaremos nuestra relación con Dios y con nuestra familia ocasionando celos  y malos entendidos que más tarde se convertirán en conflictos y que marcaran las vidas de nuestras esposas y de nuestros hijos.

Muchas de las infidelidades en los matrimonios son consecuencia de un constante descuido afectivo debido a la adicción al trabajo del hombre o de la mujer y muchos de los jóvenes rebeldes que existen hoy día vienen de hogares donde las prioridades de sus padres son el trabajo, y no se le ha prestado atención a sus necesidades afectivas convirtiéndose así en seres vacíos y sin sentimientos.

Se cuenta la historia de una joven hija de Pastores que trato en varias ocasiones de conversar con sus padres y estos nunca tenían tiempo para escucharla.
Ellos pasaban largos días y horas ocupados atendiendo los problemas ministeriales y resolviendo los conflictos familiares de sus feligreses, hasta que pasaron seis meses  cuando ya se le veía la barriga a su hija. 

Ellos  entonces enojados y defraudados por lo que descubrieron, la interrogaron y le reclamaron por su embarazo y  la joven solo le respondió -hace seis meses estoy tratando de comunicárselo y nunca me prestaron atención.-  

Luego la Pastora culpaba al  Pastor de descuidar sus deberes con su hija y el Pastor acusaba a la Pastora de no cuidarla y disciplinarla a tiempo, en fin esta familia termino en divorcio por consecuencia del  mal uso del orden establecido por Dios.


¿Cuál de las cincos alternativas del ejemplo escogerías Tu?

Antes de que contestes quiero enseñarte cual es el orden de Dios bíblica mente establecido para: El hombre, para la mujer y para los hijos.


Orden de Dios para el Hombre según el principio de la creación.

1.   Dios.  ¿Por qué? Porque Dios es antes que todas las cosas.  El es poder creador, no creado. 

“Amaras al señor tu Dios con todo tu corazón… (Marcos 12:30).

2.    Yo.  ¿Por qué? Porque si tú no te amas a ti mismo, nunca podrás amar a otro.  

“Y amaras a tu prójimo como a ti mismo”       (Marcos: 12:31).

3.    Su  esposa.  ¿Por qué? Porque el marido debe amar a su mujer como a su propio cuerpo.

  “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama”. (Ef. 5:28).

4.    Sus  hijos. ¿Por qué? Porque los hijos son regalo y herencia de Dios.

   Salmos 127:3 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre”.

5.    Su  trabajo, ministerio, estudios etc. ¿Por qué? Porque el trabajo es una ordenanza o añadidura no una creación. 

    “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”    (Mateo 6:33).



Orden de Dios para la Mujer según el principio de la creación.

1.   Dios.  ¿Por qué? Porque Dios es antes que todas las cosas.  El es poder creador, no creado.

 “Amaras al señor tu Dios con todo tu corazón… (Marcos 12:30).

2.    Yo.  ¿Por qué? Porque si tú no te amas a ti mismo, nunca podrás amar a otro. 

 “Y amaras a tu prójimo como a ti mismo”       (Marcos: 12:31).

3.   Su Esposo. ¿Por qué? Porque las casadas deben estar sujetas a sus esposos. 

   Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;  porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. (Ef. 5: 22-23).

4.    Sus  hijos. ¿Por qué? Porque los hijos son regalo y herencia de Dios.  

    Salmos 127:3 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre”.

5.    Su  trabajo, ministerio, estudios etc. ¿Por qué? Porque el trabajo es una ordenanza o añadidura no una creación.  

    “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”    (Mateo 6:33).


Orden de Dios para los hijos según el principio de la creación.

1.   Dios.  ¿Por qué? Porque Dios es antes que todas las cosas.  El es poder creador, no creado. 

“Amaras al señor tu Dios con todo tu corazón… (Marcos 12:30).

2.    Yo.  ¿Por qué? Porque si tú no te amas a ti mismo, nunca podrás amar a otro.

  “Y amaras a tu prójimo como a ti mismo”       (Marcos: 12:31).

3.    Sus Padres. ¿Por qué?  Porque esto es justo según Dios, porque los padres deben ser honrados y porque hacer esto te bendice y agrega días a tu vida.  

      “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;  para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”.  (Ef. 6: 1-2).

4.    Su  trabajo, ministerio, estudios etc. ¿Por qué? Porque el trabajo es una ordenanza o añadidura no una creación.  

    “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”    (Mateo 6:33).

Notemos que para los hijos el orden de Dios es conformado por cuatro ordenanza esto es debido a que todo hijo se convierte en un futuro esposo y un futuro padre, la biblia dice:
 “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. (Génesis 2:24).

Conclusión:

Cuando invertimos el orden de Dios en nuestras vidas inmediatamente se verán las consecuencias, ya que invertir el orden es desordenar lo que se ha establecido.

Si ponemos toda nuestra atención en nuestra figura física y dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo, energía y dinero en vernos perfectos, descuidando así  nuestra relación con Dios, haremos de nuestro propio Yo un ídolo y nos saldremos de su orden y acarearemos maldición para nuestras vidas. Dios no comparte su gloria con nadie ni con nada.

Otra forma de invertir el orden de Dios es cuando volcamos toda nuestra atención y preferencia en nuestra pareja, descuidamos nuestra relación con Dios, hacemos de nuestra pareja un ídolo, descuidamos la relación afectiva con nuestros hijos y a su vez prestamos poca importancia a nuestras obligaciones de trabajos.

Por otro lado si enfocamos toda nuestra atención sobre nuestros hijos, descuidamos nuestra relación con Dios, con nuestra pareja y hasta desatendemos nuestras obligaciones de trabajo, también estaremos invirtiendo el orden de Dios en nuestras vidas.

Yo te exhorto  en este día que hagas un alto y pienses concienzudamente si el orden de Dios está funcionando bien en tu vida y en tu hogar, si descubres que algo está fuera del orden de Dios nunca es tarde para arrepentirnos de nuestros pecados y ordenar todo lo que Satanás ha desordenado para sacarnos de la perfecta voluntad de nuestro Dios.

Recordemos que a Dios le agrada más nuestra obediencia que nuestro sacrificios.

Dios  te  bendiga!!!






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