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miércoles, 11 de diciembre de 2013

CRISTIANOS IMPIOS

¿Por qué el cielo estará lleno de pecadores y el infierno  de Religiosos?

Hay una realidad muy latente que se viene dando desde los tiempos mismos de Jesucristo entre los Cristianos, es la segregación y la división entre los grupos de creyentes. Esto se evidencia en los constantes enfrentamientos ideológicos que se suscitaban entre el mesías Jesús y  los fariseos por su gran apego al tradicionalismo y a los antiguos rudimentos y costumbres legalistas y religiosas.

Estas mismas discrepancias y diferencias continúan siendo el pan de la discordia entre los cristianos modernos quienes se han dividido en dos grupos: Los que imitan el ejemplo de misericordia y generosidad de Jesucristo y los que se hacen fanáticos de las tradiciones y mitos religiosos como los fariseos a tal punto que siendo creyentes no practican la vida de piedad lo que los convierte en cristianos impíos.

¿Cuáles son los cristianos impíos? Son aquellos que viven una vida de aparente santidad, haciendo cosas para Dios en las iglesias, predicando un evangelio a su conveniencia e incluso echando fuera demonios y detrás como dice el refrán –A Dios rogando y con el mazo dando-
Las palabras que veremos a continuación salieron de la misma boca de Jesús refiriéndose a este tipo de personas.

Mateo 7:21-23

¨No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.¨

Analicemos fríamente lo que significan estas frases,  que aunque la biblia no lo muestra  dan la impresión de que fueron dichas con indignación por nuestro Señor Jesús  y encierran una gran advertencia  no  para los inconfesos, sino para los creyentes que no practican una vida piadosa.

Cuando Jesús dice _No todo el que me dice Señor, Señor entrara en el reino de los cielos- se está refiriendo a dos cosas: A los creyentes hipócritas  y a la ciudad que descenderá del cielo, la nueva Jerusalén la cual El gobernara y junto a su gobierno estarán todos aquellos creyentes que fueron fieles a sus principios, mandamientos y estatutos mientras estuvieron en vida.

Habrá muchas sorpresas en el reino que Dios el Padre está preparando para el mesías y sus fieles creyentes, aquellos que hacen la voluntad del Eterno.  Antes de que se establezca el reino de Dios aquí en la tierra y Jesucristo tome para siempre su cetro de justicia para gobernar las Naciones,  todos los creyentes tendremos que darle cuanta al Rey,  de todas las obras buenas y malas que hicimos durante nuestras vidas.

Dentro de esas sorpresas y considerando las palabras que salieron de la boca de Jesús, habrá muchos pecadores arrepentidos en el reino celestial y muchos religiosos impíos en el infierno.

En este juicio llamado el Juicio del trono blanco los creyentes fieles serán galardonados y los infieles recibirán su justo pago, dice la palabra que muchos se salvaran como por fuego (1Cor. 3:17-15)  cuando el Espíritu Santo manifieste hasta las más injustas y maliciosas intenciones de cada corazón.  Apoc. 20:11-13.

¨ Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.¨

Con estas palabras no pretendo hacer un juicio en contra de nadie ni atemorizar a ninguna persona, más bien trato de traer una palabra que nos enfrente como creyentes y que nos ubique de una vez y para siempre con relación a cuál de estos dos grupos dentro del pueblo de Dios queremos pertenecer,  a los que dicen ser y no son o a los que no dicen nada pero viven una vida piadosa, misericordiosa y en completa sujeción y obediencia al Eterno.

Una forma de hacer la voluntad de Dios el Padre es vivir una vida de constante imitación a Jesús quien siempre mostró su compasión y su generosidad por los demás al punto de ofrecerse así mismo por la humanidad. El mimo padre manifestó su amor y complacencia a favor de su hijo cuando el Espíritu Santo en forma de paloma pozo sobre El.  Esas mismas delicias que el padre sintió por su hijo son manifestadas a favor de nosotros cuando imitamos a Jesús.

Mateo 25:31-46

¨Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.

 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.  Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;  estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?

Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;  fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.

Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?
Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.´´

 Si nosotros prestamos atención a estas palabras de Jesús  notaremos que El hizo gran énfasis en la generosidad como requisito importante para vivir una vida piadosa y justa y sobre todo para hacer la diferencia entre aquellos que no viven lo que predican.

Jesús concluye diciendo que cuando nosotros como hijos de Dios y coherederos de su reino no vivimos una vida de amor, generosidad y piedad los unos con los otros, podríamos ser segregados de su gloria y recibir con esto el castigo eterno. Tú decides si formar parte de los cabritos o de las ovejas.

Que Dios nos de la sabiduría para retornar a tiempo al camino de la vida eterna concediéndonos vivir siempre dentro de su perfecta voluntad y así poder ser acepto al trono de su gracia y de su misericordia.



jueves, 28 de noviembre de 2013

LO QUE TUS HIJOS ESPERAN DE TI.

He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud.   Salmos 127: 3-4.

En este versículo Dios nos recuerda algo muy importante que nosotros los Padres de familia tenemos que tener siempre presente, es que nuestros hijos por legalidad les pertenecen a El, nosotros lo recibimos como una bendición de parte del Eterno para criarlos y prepararlos para enfrentarse a la vida. Así que es una gran responsabilidad para nosotros el criarlos con sabiduría y con temor a El ya que algún día tanto ellos como nosotros, tendremos que darle cuenta por sus vidas.

¿Tu esposa está embarazada? entonces  ¡Felicidades!  Tú  has engendrado un futuro líder. Él ahora se está formando en el vientre de tu amada. Dentro de nueves meses conocerá un nuevo mundo. Ahora te toca a ti comenzar a prepararlo para enfrentarse a una nueva realidad. El saldrá de un mundo de reposo a uno donde lo que predomina es el afán y las preocupaciones. El conocerá lo que es el bien, pero también lo que es el mal. El será mañana lo que tú le enseñes a ser hoy,  por eso es muy importante lo que tú comparte con él durante  su niñez.

Muchos padres de la moderna sociedad de hoy han puesto todo su esfuerzo en sostener a sus hijos dotándolo de todas las cosas necesarias para su sostenimiento físico: buenos  alimentos, ropas al último grito de la moda, juegos y modernidades electrónicas,  pero se han descuidado de algo muy importante que ellos en su inocencia anhelan con ansiedad, la parte afectiva.

Hoy día vemos crecer en nuestra sociedad un  grupo de jóvenes  completamente vacíos que solo parecen roboes, con muchos conocimientos de los aspectos tecnológicos pero con un corazón enormemente hueco. Todo lo que les preocupa es poder estar a la par con la moda como si estuvieran en una competencia los unos con los otros, donde el vencedor es el que tiene los mejores tenis o la Tablet más moderna y todo esto es gran parte por la basta necesidad de cariño y de afecto que sus padres les negaron.

Si estas creando un líder de tu hijo,  no lo mantenga solo de comida como si fuera un cerdito que está bien alimentado, pero que su destino final es un matadero. Alimenta también sus emociones y su espíritu con tu acercamiento y con tu afecto.

Un líder se forma, pero hay que invertir tiempo de calidad en él, hay que enseñarle a dar más de lo que recibe, a darle importancia a los valores humanos, a respetar pero también a ser respetado, a ser un buen amigo y un buen compañero. Debemos de considerar y tener en cuenta que lo agradable del fruto se debe a las buenas raíces del árbol y sobre todo sus profundidades.

Cuando un niño crece con carencia de cariño y de afecto se transforma en una persona amargada, sin ganas de vivir, en un ser con poca auto estima que se ira detrás del primer depredador  o engañador que le ofrezca estas cualidades, a eso se debe que hoy en día haya una gran taza de divorcios y de niños traumatizados, abusados y violados,  porque han buscado en un extraño el afecto el amor y la protección que tu como padre le negaste.

Un poco de tu tiempo es lo que tu hijo mendiga de ti para poder imitarte como padre cuando él tenga sus propios hijos, una conversación amena contigo le alimenta más que el mejor de los manjares.

La base fundamental de una Buena familia que cría hijos saludables física y mentalmente está en el testimonio de amor y afecto que estos ven de sus padres y que ellos también reciben. Esto es como un circulo repetitivo de acontecimientos “tu hijo será con su esposa exactamente como aprendió de ti”  tratara a su esposa como tu trataste a su madre, si eras un padre amoroso El también lo será,  pero si eras un padre gruñón y maltratador tu ejemplo también lo marcara de manera negativa para su vida futura.

Todos los Psicólogos y expertos en la material están de acuerdo conmigo con relación a que un niño que crece bajo la protección de una familia funcional sin carencias afectiva, tiende a ser más exitoso que aquel que es abandonado o dado en adopción por sus padres.

Tu sabias que para un niño es comparable  con un abandono, el  que tú le niegues tu afecto o que tú lo rechaces en el momento en que el necesita de tu apoyo o de ese tiempo que él requiere para sentires mimado, para sentirse aceptado, para jugar contigo. Todo en la vida es echado al fondo del olvido, pero para un niño son inolvidables estos momentos y pueden ser determinantes en el sano proceso de crecimiento espiritual de su vida.

Los grandes líderes de hoy siempre les dan gracias a Dios por sus padres y consideran que su crianza jugo un papel muy importante en su triunfo, por el contrario la mayoría de delincuentes y convictos atribuyen las causas de sus fracasos al abandono y a la poca atención que recibieron de sus progenitores.

Dedica tiempo de calidad para compartir con tus hijos ya que su desarrollo tanto físico como espiritual esta íntimamente ligado a la atención que tú le preste a su petición de cariño.

Un poco de tu tiempo  y de tu afecto es lo que tus hijos piden de ti.  Si no lo estás haciendo aun estas a tiempo de integrarte a la buena formación de tus hijos, si lo estas hacienda entonces te felicito porque muy pronto veras los frutos de un buen árbol reproducirse a través de tus hijos.


Pastor: Pablo Ramos. 


jueves, 14 de noviembre de 2013

COMO SER UN BUEN CRISTIANO

Alguna vez usted se ha preguntado   ¿Cómo es la vida de un cristiano? 

En otras palabras, ¿qué significa vivir la vida cristiana? Las personas dan diferentes respuestas a esta pregunta. Para algunos, ser cristiano es algo así como tener una póliza de seguro. Hacen una oración, se  bautizan, y ya no tienen que preocuparse de lo que les va a suceder después de morir. Pero no hay un efecto muy grande en la vida que llevan aquí y ahora.



Para otros, la vida cristiana consiste en asistir a la iglesia religiosamente los domingos. Para ellos, el domingo es del Señor, y los otros seis días les pertenecen a ellos. Pueden vivir como quieran. Desde luego, es muy importante asistir a la iglesia, pero la vida cristiana no consiste para nada en sólo pasar los domingos en la iglesia.



Si tuviéramos que resumir la vida cristiana en una sola frase, quizás diríamos que la vida cristiana es una vida de comunió con Dios. La Biblia nos dice que nuestra comunión con Dios fue rota por el pecado. El pecado nos ha separado de Dios. Sin embargo, por medio del sacrificio de Jesucristo, podemos ser restaurados a la comunión con El. 


La vida del cristiano, entonces, consiste simplemente en caminar en esa relación. Esto no es cuestion de religion o de tradicion, es un asunto directamente relacionado a caminar con Dios. Alguien dijo en una ocasion que el infierno esta lleno de personas religiosas, que no vivieron en comunion con Dios y el cielo esta lleno de pecadores convertidos y obediente a sus mandamiento y a sus estatutos, sobre todo obedientes.

La relacion y la comunicacion con Dios es algo sumamente personal, es una relacion vertical entre tu y tu creador, es una relacion intima, privada y especial.



El apóstol Juan escribió una carta a un grupo de creyentes que tenían cierta confusión acerca de lo que es la vida cristiana. Habían personas que enseñaban ideas equivocadas. Para enseñarnos de qué se trata la vida cristiana, Juan nos habla de tres cosas diferentes. 


1 Juan 1 y  versículo 1 hasta el capítulo 2, verso 2:



1:1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida 1:2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó);

1:3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 1:4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. 1:5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 1:6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;

1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

1:10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

2:2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.



Juan nos habla de lo que él mismo ha visto, oído y tocado. Para él, Jesús no era una  idea bonita. El mismo había visto su cara; había escuchado sus palabras; lo había tocado. Tenía una experiencia personal con la Palabra de Vida, y él quiere que nosotros también lo podamos conocer personalmente.



Es por esto que dice, en el verso 3: "Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo." La comunión que Juan había llegado a tener con Dios, por medio de una relación con Jesucristo, él quiere que nosotros compartamos también. Es por esto que él nos escribe esta carta.



¿Te gustaría tener esa clase de comunión con Dios? ¿Te gustaría conocerlo de cerca, tener una relación segura y abierta con El? Si te gustaría tener esta clase de relación, la primera cosa que debes entender es que Dios es luz. El verso 5 lo afirma claramente. "Dios es luz, y en él no hay ninguna oscuridad."



Esto significa algo muy importante. Significa que, si queremos tener comunión con Dios, tenemos que andar en la luz. ¿Te das cuenta? Si Dios es luz, no podemos conocerlo a El y vivir al mismo tiempo en las tinieblas. Si Dios es luz, tenemos que salir de la oscuridad y caminar en la luz de su verdad. Su Palabra es la luz que nos muestra la verdad. El Salmo 119:105 dice: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino".



A veces es incómodo andar en la luz, porque nos demuestra nuestras fallas. Algunas personas ponen focos que dan poca luz sobre el espejo del baño, porque no quieren ver todas las manchas y arrugas que traen en la piel. Pero Dios nos llama a caminar en la luz, a vivir en transparencia delante de El y dejar que la luz de su verdad nos ilumine.



Hay tres errores que podemos cometer, que nos llevan a vivir en la oscuridad, y al mismo tiempo pensar que estamos bien con Dios. Esto es muy peligroso, porque nos ciega a nuestra verdadera condición. La primera se encuentra en el verso 6. Este es el error de creer que podemos vivir en pecado, y al mismo tiempo estar bien con Dios.



Hay muchos que buscan una religión así. Buscan una religión cómoda, que les diga que el pecado no es tan importante. Hoy me parece que muchos malentienden el amor de Dios, y lo convierten en indulgencia. "Dios me ama así como soy", dicen. Por supuesto que Dios nos ama a todos, pero si estamos en la oscuridad del pecado, su amor lo motiva a querernos sacar de allí. Si insistimos en quedarnos en la oscuridad, no es que Dios no nos ame; es que nosotros mismos nos estamos separando de El.



¡No creas la mentira! No es posible tener un estilo de vida de pecado y al mismo tiempo estar en comunión con Dios. El creyente quizás caiga en pecado, pero no puede ser nuestro estilo de vida. No podemos caminar en pecado, tenerlo como una costumbre constante, y al mismo tiempo estar en comunión con Dios. Dios es luz, y si queremos conocerlo, tenemos que caminar en la luz.



El segundo error que nos lleva a vivir en la oscuridad se menciona en el verso 8. Este es el error de decir que no tenemos pecado. El primer error es decir que podemos pecar, y al mismo tiempo, estar bien con Dios. El segundo error es negar la realidad del pecado que está en nosotros.



Desde que Adán y Eva pecaron, todos nacemos con una inclinación hacia lo malo. Nadie nos tiene que enseñar a mentir, a robar, a ser egoístas. ¡Así somos por naturaleza! Esto nos hace culpables ante Dios. Pero muchos dicen: "Yo soy bueno. ¡Yo no tengo pecado!" Se creen justos.



Juan responde muy directamente a esta idea. Si pensamos así, "nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad". Si tú te crees bueno, reflexiona un momento. Considera lo que la Biblia dice acerca del pecado. ¿De veras puedes decir que eres bueno? ¿Has obedecido siempre a Dios? ¿Has vivido por El, y para su Reino? ¿Has servido a otros con tu vida, y no sólo a ti mismo?



Cuando te das cuenta de que tienes pecado, hay un remedio muy sencillo. El remedio está en confesar el pecado, porque Dios ha prometido perdonarnos cuando lo hacemos. Y Dios no es injusto; El es fiel a sus promesas. Por lo tanto, no debemos tener miedo de reconocer nuestro pecado. Más bien, debemos confesarle a Dios cada pecado específico que reconocemos en nosotros.



El tercer error se menciona en el verso 10. Es el error de decir que no hemos pecado. Hay muchas personas que tienen una definición muy conveniente del pecado. Para ellos, el pecado es algo que otras personas hacen. Los homicidas, los terroristas, los violadores - ellos pecan. Pero ¿yo? ¡Yo no he pecado!



Este error es muy común, pero también es muy grave. Porque los que creen así le hacen a Dios pasar por mentiroso. Dios, en su Palabra, dice claramente que todos han pecado. No hay ningún justo, ni aun uno. Entonces, si declaramos que no hemos pecado, hacemos a Dios un mentiroso.



Pero una vez que reconocemos la realidad de nuestro pecado, la solución está a la mano. Tenemos un abogado ante el Padre, Jesucristo, el Justo. El no sólo sabe de leyes; El mismo ya pagó nuestra condena. Como dice el verso 2, El es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados.



Al mirar nuestro pecado, Dios se enoja. Justamente, porque El es santo. Pero en su amor, Dios mismo encontró la manera de satisfacer su propia ira. Jesucristo murió en la cruz para propiciar la ira de Dios. Ahora, cualquier persona que lo busque y confíe en El queda protegido de la ira de Dios.



Mientras digamos que no tenemos pecado, nos mantenemos en la oscuridad y alejados de la verdad. Pero cuando reconocemos el pecado, Cristo está cerca para limpiarnos con su sangre y hacernos aceptables ante Dios.



¿Quieres vivir en comunión con Dios? ¿Quieres conocerlo? La primera cosa que debes saber es que Dios es luz. Si quieres vivir en comunión con El, tienes que caminar en la luz también. No puedes conocer a Dios y caminar en oscuridad. Ven hoy a la luz de Cristo. Deja la oscuridad atrás. Dios es luz, y El te invita a caminar en su luz.

martes, 22 de octubre de 2013

Destino Final

¿Iremos al Cielo o el cielo vendrá a nosotros?

Hay muchas preguntas que pasan por nuestra mente al momento de pensar en cual será nuestro destino final como creyentes, muchos se cuestionan si seremos raptados, si sufriremos la gran tribulación, si iremos al cielo y en fin, son muchas las incógnitas que surgen acerca de donde habremos de pasar la eternidad.

Hoy con este tema yo quiero tratar de arrojar un poco de luz a lo que la palabra establece que pasara con nosotros, que hay que hacer para ser beneficiario de este gran acontecimiento, quienes participaran de estas cosas y quiénes no.

Cuando la Biblia nos habla de la vida eterna, la vida después del juicio final y la condenación de los que no son salvos, nos habla de una ciudad y de un reino que se ha de establecer sobre todas las Naciones me refiero al reino de Dios y de su mesías. La palabra dice que todos los reinos de este mundo pasaran a ser de Dios y de su Cristo y que todos aquellos que vencieren al pecado reinaran por toda una eternidad con Jesucristo en una nueva ciudad que descenderá del cielo.

Cuando pensamos en la eternidad, podríamos tener el concepto de algo aburrido, donde no pasa mucho – algo así como vivir en un campo de agricultura, donde lo único que hay para hacer es observar el lento crecimiento de las plantas.

Pero ¡una ciudad no es así! En una ciudad hay movimiento, hay actividad, hay amistades y fiestas y vida constante. Es emocionante vivir en la ciudad. Y será la mejor cosa imaginable vivir en esa ciudad. Vamos a leer lo que nos dice  la Biblia acerca de esta ciudad futura. Apocalipsis 21:1-5:

“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas”.

En los capítulos anteriores del libro de Apocalipsis, se habla de la ciudad de Babilonia como un símbolo de la humanidad en su rebelión contra Dios. Babilonia fue una ciudad muy grande, pero quedó destruida. Hoy sólo hay algunos montones de tierra donde antes quedaba esta ciudad majestuosa y poderosa. Dios usa esta ciudad para representar el destino de todo lo que hace la humanidad por su propia cuenta, en su propio orgullo. Todo será destruido.

En cambio, la ciudad celestial, la nueva Jerusalén, será eterna. Dios la está preparando para los suyos. Después del juicio final, este mundo será destruido, y Dios creará un mundo nuevo. Su ciudad, la nueva Jerusalén, descenderá del cielo para servir como capital de su reino.

En este mundo nuevo, no habrá muerte. No habrá tristeza. No habrá dolor. Será un mundo realmente perfecto. Ahora bien, ¿qué clase de personas podrán entrar en ese mundo nuevo? Obviamente, si Dios dejara la entrada libre, su paraíso pronto se convertiría en un infierno. Los versículos siguientes nos dicen quienes podrán entrar allí. Sigamos leyendo.

V. 6-8
Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda".

Estos versículos nos confrontan con dos claras opciones. La entrada a la nueva Jerusalén está abierta, pero se necesita una decisión. Si reconocemos nuestra necesidad de la salvación que Jesucristo ofrece, Él nos invita a beber del agua de la vida gratuitamente. Sólo tenemos que venir a Él con fe, la misma fe que vence el mundo.

Así podremos ser de los que salen vencedores, porque hemos vencido al mundo confiando en Jesucristo. Pero los que no quieren tomar la decisión de entregarse por completo a Cristo quedarán para siempre fuera de esta ciudad, en un lugar totalmente distinto - el lago de fuego y azufre.

El verso 8 nos dice qué clase de personas son éstas: son cobardes, porque prefieren quedar bien con el mundo en lugar de seguir a Cristo. Son incrédulos, porque se rehúsan a creer lo que Dios dice en su Palabra. Son asesinos, no sólo si matan a alguien, sino porque albergan el odio en su corazón. Cometen inmoralidad sexual, porque su brújula es el placer de la carne, no la pureza del corazón. Participan en las costumbres religiosas de la idolatría y el ocultismo.

Es muy importante entender que sólo hay dos grupos de personas en los versos 6 al 8. Algunas personas podrían leer la lista del verso 8 y pensar: "Yo no soy cobarde; ¡la semana pasada le partí la cara a alguien por insultarme! Tampoco he matado a nadie. Bueno, sí me he acostado con varias mujeres, pero ¡todo mundo hace eso!".

Esta lista no es una forma de justificarse. No es una lista de control, que puedes marcar con una palomita para saber si vas a entrar o no. Es, más bien, una descripción de la humanidad que rechaza la oferta de Dios. Si tú has hecho algo que aparece en la lista, puedes ser limpiado por la sangre de Jesucristo. Pero si no has sido perdonado por fe en El, te aseguro que apareces en esta lista.

La puerta ahora está abierta. ¿Quieres venir a Cristo para recibir de El la salvación? ¿Quieres beber del agua de la vida que Él te ofrece? Sólo así podrás entrar a la nueva Jerusalén. Sin duda, es un lugar al que vas a querer entrar. 

Vs. 9-14 “Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero”.
Esta ciudad es la nueva Jerusalén, mucho más bella aunque la primera Jerusalén. Las ciudades de este mundo suelen ser mugrosas y contaminadas, pero esta ciudad brilla con la gloria de Dios. La ciudad entera parece una sola piedra preciosa. Se encuentra protegida por un muro con doce puertas. Este muro tiene doce cimientos - en otras palabras, no se va a caer.

Sobre las doce puertas aparecen los nombres de las doce tribus de Israel, el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento. Sobre los cimientos del muro aparecen los nombres de los doce apóstoles, los líderes del pueblo de Dios en el Nuevo Testamento. Con esto queda claro que esta ciudad es un lugar para el pueblo de Dios. Allí entrarán todos los que son de Él.

Vs. 22-27
“Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brille en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero”.

Todas las ciudades tienen sus Iglesias o sus templos, pero esta ciudad no tiene ningún templo - porque Dios mismo la llena. En cierto sentido, podríamos decir que toda la ciudad es un templo - un lugar donde Dios está presente en todas partes, donde todo se hace para adorarle a Él.

No habrá noche en aquella ciudad. ¡No tendremos que dormir! Es por la noche que hay crímenes y destrucción, pero ¡allí no habrá noche! La luz de Dios la llenará siempre. Por lo tanto, no habrá limitaciones de movimiento. Sus puertas estarán abiertas todo el tiempo.

Todas las naciones de la tierra vivirán a la luz de esta ciudad. Sabemos que habrá gente redimida de todas las naciones, y esta frase nos indica que no perderán su identidad nacional. Los mexicanos seguirán siendo mexicanos, con lo mejor de su cultura. ¡Creo que esto significa que habrá tortillas en el cielo! Cada nación será representada, pero no habrá pleitos ni guerra entre las naciones. Más bien, todos vivirán en comunión con Dios, sirviéndole y amándole.

Ahora vamos a entrar al centro de la ciudad.

 
Cap. 22:1-6
“Después me mostró un río limpio de agua de vida,
resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.


En el centro de la calle principal de la ciudad, llevando hacia
el trono de Dios y de Cristo, hay un río de agua cristalina – el agua de vida. Cualquiera puede llegar en el momento que desee y beber de esta agua.

Por ambos lados de este río crece el árbol de la vida. Cuando Adán y Eva pecaron y fueron expulsados del jardín del Edén, Dios puso un ángel para guardar la entrada. Así ya no podrían comer del árbol de la vida. Pero ahora, este árbol dará su fruto cada mes, y sus hojas servirán para traer salud a todas las naciones - como la mejor hierba. La maldición que vino sobre la tierra a causa del pecado de Adán y Eva será quitada por completo. Los siervos de Dios lo verán cara a cara, como lo hacían Adán y Eva antes de pecar. Todo lo que perdimos a causa del pecado, todo lo que Satanás quiso quitarnos, Dios nos restaurará - si seguimos a Jesucristo.

¿Te gustaría ser ciudadano de esta ciudad? ¿Te gustaría saber que tu destino te llevará allá? Te diré qué clase de personas entrarán allí. Los que entrarán a esta ciudad serán verdaderos adoradores. Si te has dado cuenta, en la descripción de la ciudad se menciona una y otra vez la presencia de Dios y la adoración.

En realidad, una persona que no ama ni conoce a Dios no le hallará sentido a la vida en esta ciudad. Es sólo si hemos aprendido a amar a Dios y a disfrutar de su presencia que podremos vivir a gusto en ese lugar. Eso comienza entregándole a Cristo el lugar de honor en nuestro corazón. ¿Te estás preparando para vivir en la nueva Jerusalén? ¿Tienes la seguridad de que podrás entrar a ese lugar?

Si no estás seguro ven hoy a Cristo. Entrégale por completo tu corazón. Reconoce ante El tus pecados, y empieza una nueva vida de fe en El y obediencia a su Palabra. Así podrás saber que Él te llevará a vivir en su ciudad para siempre y a ser parte de su reino eterno.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

DISTRACCIÓN IGUAL A PELIGRO.

Los seres humanos somos muy propensos a la distracción. Muchos de los accidentes más letales que ocurren en las calles, las fábricas y hasta en las guerras son motivados por el descuido o por la distracción. Las leyes en los Estados unidos están siendo aplicadas severamente sobre conductores de vehículos que mientras conducen están distraídos con sus teléfonos móviles poniendo así en riesgo su propia vida y la de los demás. 

Cuando nos distraemos perdemos el enfoque de lo que estamos haciendo y esto puede ocasionar la muerte en cuanto a lo físico y también en cuanto al llamado y al propósito de Dios para nuestras vidas. Es de esto que quiero hablarles en el día de hoy.

La vida muchas veces se parece a la historia  que leí hace poco acerca de un hombre que trabajaba en una fábrica, en la antigua Unión Soviética. Las autoridades se dieron cuenta de que había mucho robo en las fábricas, y pusieron guardias para inspeccionar a todos los trabajadores que salían del trabajo. La primera noche, el guardia en cierta fábrica observó a un trabajador que salía con una bolsa grande y pesada sobre una carretilla.

Lo detuvo y le preguntó que había en la bolsa. "Sólo aserrín y  virutas", respondió el trabajador. El guardia le ordenó que vaciara la bolsa, y era cierto - sólo contenía aserrín y virutas de madera. Le dio permiso para irse. Cada noche, se repetía la misma escena - el trabajador salía con la carretilla cargada con una bolsa de aserrín, el guardia lo inspeccionaba, y no encontraba nada sospechoso.

Por fin, el guardia le dijo al trabajador: "Me está matando la curiosidad. Dime qué es lo que estás robando, y te dejaré en libertad. "El trabajador le respondió: "Carretillas, señor guardia. Estoy robando carretillas." Mientras el guardia se fijaba en las bolsas de aserrín, bajo sus narices el ladrón se llevaba las carretillas. Simplemente lo distraía con la carga de aserrín.

Creo que la distracción es una de las armas más útiles del enemigo. Si él puede lograr que nos fijemos en cosas insignificantes y nos olvidemos de lo realmente importante, nos podrá robar el sentido de la vida y alejarnos de las metas que Dios quiere que alcancemos. Dios nos llama a cada uno de nosotros con un propósito, pero el mundo y los afanes de la vida se convierten en un teléfono móvil que nos trata de distraer y de desenfocar ese llamado.

Al final de su carta a los Colosenses, el apóstol Pablo dejó un mensaje muy importante. Si lo tomamos en serio, nos puede ayudar a evitar la trampa de la distracción.

Colosenses  4:17

 ”Decid a  Arquipo:  Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor”. 

Entre estas frases finales de saludos y despedidas hay una que llama la atención, y que formará la base para darle forma al tema de hoy "Díganle a Arquipo que se ocupe de la tarea que recibió en el Señor”, o sea  en otras palabras que la lleve a cabo, que no se distraiga, que no se desenfoque del propósito ni del llamado.

Este hombre, Arquipo, había recibido un llamado del Señor. Dios lo había llamado a su servicio, y ahora Pablo le dice: "Lleva a cabo la tarea que has recibido." Dios nos extiende un llamado a todos nosotros, y nos dice que lo llevemos a cabo también. Vamos a considerar en este tiempo tres de los llamados de Dios para nuestras vidas, pero no sin antes preguntarnos:  ¿Quién fue Arquipo?

Era un siervo del Señor e hijo de Filemón. Posiblemente era el pastor de la Iglesia en Colosas. ¿Qué le dice Pablo? "Ocúpate de la tarea que recibiste del Señor". No te dejes distraer por otras cosas; no olvides lo que Dios te ha llamado a hacer. Acuérdate de tu llamado.

Estas son palabras muy importantes para nosotros también, porque muy fácilmente nos olvidamos del llamado que Dios ha puesto sobre nuestras vidas y nos dejamos distraer por otras cosas.

Hay tres llamados importantes que quiero mencionar:

 1.- El llamado a la salvación.

Judas el apóstol menciona este llamado en su carta. El escribe "a los que son amados por Dios el Padre, guardados por Jesucristo y llamados a la salvación" (v. 1). Cada presentación del evangelio representa un llamado de parte de Dios a la salvación.  
¿Cómo has respondido Tu a este llamado?

Cada vez que has escuchado acerca del amor que llevó a Jesucristo a la cruz, cada vez que has leído acerca de su oferta de salvación, cada vez que alguien te ha compartido el mensaje representa un llamado que Dios te hace. Sea que lo leas, lo escuches o lo veas en algún drama, representa la misma cosa: Dios mismo te está llamando a que tú lo conozcas.

¡No ignores su llamado! No descuides la oferta que Dios te hace.

Muchos responden diciendo: "Después". Otros sienten el deseo en su corazón de responder al llamado de Dios, pero dejan que otras cosas los distraigan de su llamado. Sin embargo, la promesa de Dios es clara:
"A cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios." (Juan 1:12).

Lo que implica que los que nos hace hijos de Dios y no del diablo es el aceptar sin distracción el llamado de aceptar a Jesús como nuestro Señor y salvador.

¿Cómo has respondido al llamado de Dios a la salvación? La Biblia dice que hoy es el día de salvación. Si no te has decidido, hazlo ya. Cree que Jesucristo murió en la cruz para pagar todos tus pecados, y entrégale el control de tu vida. Deja de vivir para ti mismo, y empieza a vivir para El.

2.- El segundo llamado es para los que ya han respondido al primero.

Se describe en la carta a los  Romanos 1:7, que dice así:

"Les escribo a todos ustedes, los amados de Dios que están en Roma, que han sido llamados a ser santos. " Este llamado es un llamado a la santidad.

¿Qué es la santidad? 

Ser santo significa estar separado de lo que no le agrada a Dios. Significa estar consagrado para Dios y su reino. Lo podemos comparar con los utensilios de la cocina. Están separados para la preparación de la comida, y se tienen que mantener limpios para poder usarse con ese fin. No se usan para escarbar en el jardín o para destapar el inodoro  del baño, porque no son para eso; están separados para otro uso.

De la misma manera, los que hemos reconocido a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador hemos sido separados para su uso. Como resultado, tenemos que purificarnos de las cosas mundanas, de cualquier cosa impura, para poder vivir en santidad para Dios. Primera de Tesalonicenses 4:3 dice así:

 "La voluntad de Dios es que sean santificados."

A veces la santidad se ha convertido en una lista de reglas externas. En algunas Iglesias, la santidad se ha definido por la ropa que uno lleva, la manera en que se arregla el cabello y los lugares que uno evita frecuentar. El problema con esta clase de santidad es que pronto cae en el legalismo. Dios está buscando una verdadera santidad de corazón.

Pero me temo que los que hemos rechazado esa clase de santidad legalista muchas veces nos vamos al otro extremo. No vivimos una vida separada para Dios. No hay nada que  distinga nuestro estilo de vida de la mayoría de la gente del mundo. Nos convertimos en cristianos reformados no transformados y regenerados.  No hemos respondido al llamado a la santidad sino que seguimos con las mismas costumbres del viejo hombre con la diferencia de que ahora vamos a la Iglesia no a la discoteca.

Nunca seremos felices de esta manera. Nos causa constante tensión el esfuerzo por vivir al mismo tiempo en el reino de Dios y el mundo. Por lo tanto, ocúpate de la tarea de vivir en santidad. ¡Persíguela! ¿Qué cosas debemos  sacar de nuestras vida para vivir en santidad? ¿Qué cosas debemos cambiar?

3.- El tercer llamado es el llamado al servicio.

Este es el llamado que Pablo le instó a Arquipo a recordar. Para él, su tarea consistía en ser líder de la Iglesia. Dios le había llamado a esto. Pero el llamado a servir no es sólo para los pastores o para los misioneros. Es para todos. Es para para los jóvenes y para los adultos, para hombres y para mujeres.

Como muestra, podemos ver el ejemplo de vida de una mujer llamada Ninfas, que se menciona en el verso 15. Esta mujer puso su casa al servicio del Señor  y una Iglesia se reunía en ella. De hecho, en el primer siglo, todas las Iglesias se reunían en casas. No fue hasta el segundo siglo que la gente empezó a construir edificios especiales para las Iglesias.

Ninfas nos sirve como ejemplo de esta gran realidad: cada uno de nosotros tiene una tarea para realizar en el reino de Dios. Algunos, como Arquipo, están al frente. Otros, como Ninfas, simplemente usan sus bienes para apoyar el crecimiento del reino. Pero todos, sin excepción, tienen un lugar de servicio.

Efesios 2:10 dice así:

"Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica."


Este versículo te dice que Dios tiene una tarea preparada para ti. Él te da vida en Jesucristo para que tú realices ese buen plan que Él ya tiene preparado para ti. ¡Qué gran honor! No descuides tu tarea. Más bien, tomemos a pecho estas palabras de Dios, y ocupémonos de nuestras tareas. Si no sabes cuál es, pídele en oración a Dios que te ayude a encontrarla. Después de orar, simplemente ponte a trabajar en lo que puedas. Busca las necesidades que tú puedes llenar, y pídele al Señor que te ayude a ministrar la  bien.

¿Cómo has respondido al llamado de Dios? ¿Has aceptado su llamado a la salvación? ¿Estás respondiendo a su llamado a la santidad? ¿Has oído su llamado al servicio? No dejes que el enemigo te distraiga y te aleje del propósito que Dios tiene para ti. Ocúpate de tu tarea y cumple con tu llamado.

Dios te bendiga!!