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sábado, 23 de febrero de 2013

La razón por la que Jesús no ha venido


¿Alguna vez te has hecho la pregunta, por qué no ha regresado Jesús todavía? Después de todo, si Jesús volviera, podría arreglar todos los problemas del mundo. Ya no habría gobiernos corruptos, aprovechándose de sus ciudadanos; ya no habría crimen, ya no habría guerra, ya no habría terremotos y otros desastres naturales.

Entonces, ¿por qué no regresa Jesús para arreglar todas estas cosas? Quizás se ha olvidado de nosotros. Quizás está tan cómodo allá en el cielo, que no tiene muchas ganas de dejar su lugar allá y regresar a este mundo tan cruel que ya le rechazó una vez. O quizás está ocupado en otras cosas.

Pero si examinamos la Biblia, vemos que no es ninguna de estas cosas la que mantiene a Jesús en el cielo. Hay una razón mucho más importante, algo que debe transformar nuestra vida si lo consideramos. Jesús está esperando algo. Veamos qué es.

Lectura: 2 Pedro 3:9

  “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento”.

Pero entonces, ¿por qué no regresa ya, para juzgar y establecer la justicia? La respuesta se encuentra en este versículo que leímos. Cristo no ha regresado porque está esperando a que más personas se arrepientan. Y esto nos lleva a dos conclusiones:

I. El pronto regreso de Cristo nos anima a llevar su mensaje de salvación a los que aún no lo han recibido.

Si Dios ha estructurado su plan para el mundo alrededor de la respuesta que hace la gente a su evangelio, entonces es obvio que es algo muy importante para El. Si nos consideramos hijos suyos, entonces lo que a El le interesa nos debe de interesar a nosotros.

Es un mal hijo el que no se interesa por los negocios de su padre. Es un cristiano inútil el que no se preocupa por lo que su Padre celestial desea ver en este mundo. Lo que nuestro Padre celestial desea es que más personas se comprometan con El, le entreguen su corazón, y se dediquen a servirle.

Debe ser nuestro afán también ver que suceda lo mismo. Quizás no podemos evangelizar a todo el mundo; pero sí podemos compartir el evangelio con algunos. Podemos empezar con nuestros amigos y familiares. Podemos utilizar este mismo medio. Todos tenemos un círculo de influencia que podemos tocar.

Pero quizás tu que estas leyendo este mensaje aún no te has entregado a Cristo. También hay una palabra para ti.
El pronto regreso de Cristo te llama a recibir su salvación antes de que sea muy tarde.

No dejes que te engañen. Muchos te dirán que Cristo no volverá, que no habrá ningún juicio, que no importa cómo vives ahora. Eso es una mentira. Vamos hacia un enfrentamiento con el Dios que nos ha creado - y tenemos que decidir ahora si será un encuentro con un amigo que nos acogerá o con un enemigo que nos destruirá en su ira.

Dios se dilata porque quiere que tú recibas la salvación. El
desea que aceptes a Cristo antes de que sea muy tarde. El pagó el precio supremo de enviar a su único Hijo a dar su vida en sacrificio por ti. Quiere perdonarte. Ahora te está dando la oportunidad de arrepentirte.

Hay un antiguo himno que dice una gran verdad, dice:

¿Te sientes casi resuelto ya? ¿Te falta poco para creer? El "casi" nunca te servirá en la presencia del justo Juez.
¡Ay del que muere casi creyendo! ¡Completamente perdido está!

Dios no quiere castigarte. El no desea que pases a la eternidad separado de El, ni que vivas tu vida ahora sin conocer su presencia y su amor. El está esperando para que vengas a El arrepentido, con un corazón de fe.

Pero un día se acabará la oportunidad. Si no quieres aceptar su oferta de perdón, un día se terminará el plazo - y El se encontrará obligado a condenarte. No es su deseo. 

El versículo 9 dice que el Señor no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan.

Pero Dios es un caballero. El no obliga a nadie a recibir su salvación. Si tú quieres esperar mientras poco a poco tu corazón se va endureciendo, si tú insistes en postergar ese día del arrepentimiento mientras la arena baja en la ampolleta, si estás decidido que no te vas a decidir, entonces dejarás a Dios sin opción.

Dios no quiere condenarte; pero su justicia le obliga a hacerlo si no te arrepientes, porque Dios no puede actuar en contra de su carácter justo y santo.


Ahora la pregunta que te confronta es ésta: ¿aceptarás su
oferta? ¿Aprovecharás la oportunidad antes de que sea muy tarde?

No cometas el error que yo cometí. 
Hace tiempo pensé comprar un Radio para mi carro. Encontré un precio que me gustó, pero me dilaté en decidirme a pedirlo. Cuando finalmente me animé a comprarlo, me encontré con la sorpresa de que ya lo habían vendido y ya no había más del mismo modelo que yo buscaba. Era muy tarde.

Si tú esperas demasiado para arrepentirte y aceptar a Cristo,
llegará un día en que será muy tarde. Ya no habrá más oportunidad de arrepentimiento. Y te perderás mucho más que un Radio. Perderás la vida porque podría sorprenderte la muerte sin haber tomado tu decisión final.

Dios sólo te pide que reconozcas tu pecado, te arrepientas de él, y pongas tu confianza en Cristo, quien pagó el precio de tus pecados con su muerte en la cruz. Cuando hagas eso, recibirás la promesa de vida eterna, recibirás un propósito en la vida, y tendrás la bendición de conocer y tener como Padre al Creador de todo.

¿Qué esperas? ¡Acéptalo hoy! Dile ¡Yo reconozco que soy pecador y recibo a Jesus como mi salvador personal. Perdona todos mis pecados e inscribeme en el libro de la vida

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