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jueves, 28 de noviembre de 2013

LO QUE TUS HIJOS ESPERAN DE TI.

He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud.   Salmos 127: 3-4.

En este versículo Dios nos recuerda algo muy importante que nosotros los Padres de familia tenemos que tener siempre presente, es que nuestros hijos por legalidad les pertenecen a El, nosotros lo recibimos como una bendición de parte del Eterno para criarlos y prepararlos para enfrentarse a la vida. Así que es una gran responsabilidad para nosotros el criarlos con sabiduría y con temor a El ya que algún día tanto ellos como nosotros, tendremos que darle cuenta por sus vidas.

¿Tu esposa está embarazada? entonces  ¡Felicidades!  Tú  has engendrado un futuro líder. Él ahora se está formando en el vientre de tu amada. Dentro de nueves meses conocerá un nuevo mundo. Ahora te toca a ti comenzar a prepararlo para enfrentarse a una nueva realidad. El saldrá de un mundo de reposo a uno donde lo que predomina es el afán y las preocupaciones. El conocerá lo que es el bien, pero también lo que es el mal. El será mañana lo que tú le enseñes a ser hoy,  por eso es muy importante lo que tú comparte con él durante  su niñez.

Muchos padres de la moderna sociedad de hoy han puesto todo su esfuerzo en sostener a sus hijos dotándolo de todas las cosas necesarias para su sostenimiento físico: buenos  alimentos, ropas al último grito de la moda, juegos y modernidades electrónicas,  pero se han descuidado de algo muy importante que ellos en su inocencia anhelan con ansiedad, la parte afectiva.

Hoy día vemos crecer en nuestra sociedad un  grupo de jóvenes  completamente vacíos que solo parecen roboes, con muchos conocimientos de los aspectos tecnológicos pero con un corazón enormemente hueco. Todo lo que les preocupa es poder estar a la par con la moda como si estuvieran en una competencia los unos con los otros, donde el vencedor es el que tiene los mejores tenis o la Tablet más moderna y todo esto es gran parte por la basta necesidad de cariño y de afecto que sus padres les negaron.

Si estas creando un líder de tu hijo,  no lo mantenga solo de comida como si fuera un cerdito que está bien alimentado, pero que su destino final es un matadero. Alimenta también sus emociones y su espíritu con tu acercamiento y con tu afecto.

Un líder se forma, pero hay que invertir tiempo de calidad en él, hay que enseñarle a dar más de lo que recibe, a darle importancia a los valores humanos, a respetar pero también a ser respetado, a ser un buen amigo y un buen compañero. Debemos de considerar y tener en cuenta que lo agradable del fruto se debe a las buenas raíces del árbol y sobre todo sus profundidades.

Cuando un niño crece con carencia de cariño y de afecto se transforma en una persona amargada, sin ganas de vivir, en un ser con poca auto estima que se ira detrás del primer depredador  o engañador que le ofrezca estas cualidades, a eso se debe que hoy en día haya una gran taza de divorcios y de niños traumatizados, abusados y violados,  porque han buscado en un extraño el afecto el amor y la protección que tu como padre le negaste.

Un poco de tu tiempo es lo que tu hijo mendiga de ti para poder imitarte como padre cuando él tenga sus propios hijos, una conversación amena contigo le alimenta más que el mejor de los manjares.

La base fundamental de una Buena familia que cría hijos saludables física y mentalmente está en el testimonio de amor y afecto que estos ven de sus padres y que ellos también reciben. Esto es como un circulo repetitivo de acontecimientos “tu hijo será con su esposa exactamente como aprendió de ti”  tratara a su esposa como tu trataste a su madre, si eras un padre amoroso El también lo será,  pero si eras un padre gruñón y maltratador tu ejemplo también lo marcara de manera negativa para su vida futura.

Todos los Psicólogos y expertos en la material están de acuerdo conmigo con relación a que un niño que crece bajo la protección de una familia funcional sin carencias afectiva, tiende a ser más exitoso que aquel que es abandonado o dado en adopción por sus padres.

Tu sabias que para un niño es comparable  con un abandono, el  que tú le niegues tu afecto o que tú lo rechaces en el momento en que el necesita de tu apoyo o de ese tiempo que él requiere para sentires mimado, para sentirse aceptado, para jugar contigo. Todo en la vida es echado al fondo del olvido, pero para un niño son inolvidables estos momentos y pueden ser determinantes en el sano proceso de crecimiento espiritual de su vida.

Los grandes líderes de hoy siempre les dan gracias a Dios por sus padres y consideran que su crianza jugo un papel muy importante en su triunfo, por el contrario la mayoría de delincuentes y convictos atribuyen las causas de sus fracasos al abandono y a la poca atención que recibieron de sus progenitores.

Dedica tiempo de calidad para compartir con tus hijos ya que su desarrollo tanto físico como espiritual esta íntimamente ligado a la atención que tú le preste a su petición de cariño.

Un poco de tu tiempo  y de tu afecto es lo que tus hijos piden de ti.  Si no lo estás haciendo aun estas a tiempo de integrarte a la buena formación de tus hijos, si lo estas hacienda entonces te felicito porque muy pronto veras los frutos de un buen árbol reproducirse a través de tus hijos.


Pastor: Pablo Ramos. 


jueves, 14 de noviembre de 2013

COMO SER UN BUEN CRISTIANO

Alguna vez usted se ha preguntado   ¿Cómo es la vida de un cristiano? 

En otras palabras, ¿qué significa vivir la vida cristiana? Las personas dan diferentes respuestas a esta pregunta. Para algunos, ser cristiano es algo así como tener una póliza de seguro. Hacen una oración, se  bautizan, y ya no tienen que preocuparse de lo que les va a suceder después de morir. Pero no hay un efecto muy grande en la vida que llevan aquí y ahora.



Para otros, la vida cristiana consiste en asistir a la iglesia religiosamente los domingos. Para ellos, el domingo es del Señor, y los otros seis días les pertenecen a ellos. Pueden vivir como quieran. Desde luego, es muy importante asistir a la iglesia, pero la vida cristiana no consiste para nada en sólo pasar los domingos en la iglesia.



Si tuviéramos que resumir la vida cristiana en una sola frase, quizás diríamos que la vida cristiana es una vida de comunió con Dios. La Biblia nos dice que nuestra comunión con Dios fue rota por el pecado. El pecado nos ha separado de Dios. Sin embargo, por medio del sacrificio de Jesucristo, podemos ser restaurados a la comunión con El. 


La vida del cristiano, entonces, consiste simplemente en caminar en esa relación. Esto no es cuestion de religion o de tradicion, es un asunto directamente relacionado a caminar con Dios. Alguien dijo en una ocasion que el infierno esta lleno de personas religiosas, que no vivieron en comunion con Dios y el cielo esta lleno de pecadores convertidos y obediente a sus mandamiento y a sus estatutos, sobre todo obedientes.

La relacion y la comunicacion con Dios es algo sumamente personal, es una relacion vertical entre tu y tu creador, es una relacion intima, privada y especial.



El apóstol Juan escribió una carta a un grupo de creyentes que tenían cierta confusión acerca de lo que es la vida cristiana. Habían personas que enseñaban ideas equivocadas. Para enseñarnos de qué se trata la vida cristiana, Juan nos habla de tres cosas diferentes. 


1 Juan 1 y  versículo 1 hasta el capítulo 2, verso 2:



1:1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida 1:2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó);

1:3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 1:4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. 1:5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 1:6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;

1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

1:10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

2:2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.



Juan nos habla de lo que él mismo ha visto, oído y tocado. Para él, Jesús no era una  idea bonita. El mismo había visto su cara; había escuchado sus palabras; lo había tocado. Tenía una experiencia personal con la Palabra de Vida, y él quiere que nosotros también lo podamos conocer personalmente.



Es por esto que dice, en el verso 3: "Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo." La comunión que Juan había llegado a tener con Dios, por medio de una relación con Jesucristo, él quiere que nosotros compartamos también. Es por esto que él nos escribe esta carta.



¿Te gustaría tener esa clase de comunión con Dios? ¿Te gustaría conocerlo de cerca, tener una relación segura y abierta con El? Si te gustaría tener esta clase de relación, la primera cosa que debes entender es que Dios es luz. El verso 5 lo afirma claramente. "Dios es luz, y en él no hay ninguna oscuridad."



Esto significa algo muy importante. Significa que, si queremos tener comunión con Dios, tenemos que andar en la luz. ¿Te das cuenta? Si Dios es luz, no podemos conocerlo a El y vivir al mismo tiempo en las tinieblas. Si Dios es luz, tenemos que salir de la oscuridad y caminar en la luz de su verdad. Su Palabra es la luz que nos muestra la verdad. El Salmo 119:105 dice: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino".



A veces es incómodo andar en la luz, porque nos demuestra nuestras fallas. Algunas personas ponen focos que dan poca luz sobre el espejo del baño, porque no quieren ver todas las manchas y arrugas que traen en la piel. Pero Dios nos llama a caminar en la luz, a vivir en transparencia delante de El y dejar que la luz de su verdad nos ilumine.



Hay tres errores que podemos cometer, que nos llevan a vivir en la oscuridad, y al mismo tiempo pensar que estamos bien con Dios. Esto es muy peligroso, porque nos ciega a nuestra verdadera condición. La primera se encuentra en el verso 6. Este es el error de creer que podemos vivir en pecado, y al mismo tiempo estar bien con Dios.



Hay muchos que buscan una religión así. Buscan una religión cómoda, que les diga que el pecado no es tan importante. Hoy me parece que muchos malentienden el amor de Dios, y lo convierten en indulgencia. "Dios me ama así como soy", dicen. Por supuesto que Dios nos ama a todos, pero si estamos en la oscuridad del pecado, su amor lo motiva a querernos sacar de allí. Si insistimos en quedarnos en la oscuridad, no es que Dios no nos ame; es que nosotros mismos nos estamos separando de El.



¡No creas la mentira! No es posible tener un estilo de vida de pecado y al mismo tiempo estar en comunión con Dios. El creyente quizás caiga en pecado, pero no puede ser nuestro estilo de vida. No podemos caminar en pecado, tenerlo como una costumbre constante, y al mismo tiempo estar en comunión con Dios. Dios es luz, y si queremos conocerlo, tenemos que caminar en la luz.



El segundo error que nos lleva a vivir en la oscuridad se menciona en el verso 8. Este es el error de decir que no tenemos pecado. El primer error es decir que podemos pecar, y al mismo tiempo, estar bien con Dios. El segundo error es negar la realidad del pecado que está en nosotros.



Desde que Adán y Eva pecaron, todos nacemos con una inclinación hacia lo malo. Nadie nos tiene que enseñar a mentir, a robar, a ser egoístas. ¡Así somos por naturaleza! Esto nos hace culpables ante Dios. Pero muchos dicen: "Yo soy bueno. ¡Yo no tengo pecado!" Se creen justos.



Juan responde muy directamente a esta idea. Si pensamos así, "nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad". Si tú te crees bueno, reflexiona un momento. Considera lo que la Biblia dice acerca del pecado. ¿De veras puedes decir que eres bueno? ¿Has obedecido siempre a Dios? ¿Has vivido por El, y para su Reino? ¿Has servido a otros con tu vida, y no sólo a ti mismo?



Cuando te das cuenta de que tienes pecado, hay un remedio muy sencillo. El remedio está en confesar el pecado, porque Dios ha prometido perdonarnos cuando lo hacemos. Y Dios no es injusto; El es fiel a sus promesas. Por lo tanto, no debemos tener miedo de reconocer nuestro pecado. Más bien, debemos confesarle a Dios cada pecado específico que reconocemos en nosotros.



El tercer error se menciona en el verso 10. Es el error de decir que no hemos pecado. Hay muchas personas que tienen una definición muy conveniente del pecado. Para ellos, el pecado es algo que otras personas hacen. Los homicidas, los terroristas, los violadores - ellos pecan. Pero ¿yo? ¡Yo no he pecado!



Este error es muy común, pero también es muy grave. Porque los que creen así le hacen a Dios pasar por mentiroso. Dios, en su Palabra, dice claramente que todos han pecado. No hay ningún justo, ni aun uno. Entonces, si declaramos que no hemos pecado, hacemos a Dios un mentiroso.



Pero una vez que reconocemos la realidad de nuestro pecado, la solución está a la mano. Tenemos un abogado ante el Padre, Jesucristo, el Justo. El no sólo sabe de leyes; El mismo ya pagó nuestra condena. Como dice el verso 2, El es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados.



Al mirar nuestro pecado, Dios se enoja. Justamente, porque El es santo. Pero en su amor, Dios mismo encontró la manera de satisfacer su propia ira. Jesucristo murió en la cruz para propiciar la ira de Dios. Ahora, cualquier persona que lo busque y confíe en El queda protegido de la ira de Dios.



Mientras digamos que no tenemos pecado, nos mantenemos en la oscuridad y alejados de la verdad. Pero cuando reconocemos el pecado, Cristo está cerca para limpiarnos con su sangre y hacernos aceptables ante Dios.



¿Quieres vivir en comunión con Dios? ¿Quieres conocerlo? La primera cosa que debes saber es que Dios es luz. Si quieres vivir en comunión con El, tienes que caminar en la luz también. No puedes conocer a Dios y caminar en oscuridad. Ven hoy a la luz de Cristo. Deja la oscuridad atrás. Dios es luz, y El te invita a caminar en su luz.