Son enemigos de Dios todos aquellos que no
obedecen ni guardan sus mandamientos y sus preceptos, los que se levantan en
contra de su voluntad y viven conforme a la voluntad del diablo o de su propia
voluntad complaciendo los deseos de su carne y viviendo conforme al dios de
este siglo.
Desde el principio de la eternidad Dios ha
tenido muchos enemigos igualmente el pueblo que el escogió Israel. La biblia
menciona algunos de ellos: Satanás, los amonitas,
los amalecitas, los filisteos, los amorreos, entre otros. Digo esto porque te sorprenderás saber que hay
una persona que aunque dice llamarse amigo y servidor del Señor se convierte en
el peor de sus enemigos.
¿Quién es? ERES TÚ, cuando te dejas dirigir y
seducir por los deseos de tu carne, para vivir conforme a las corrientes de
este mundo.
Es muy penoso ver como muchas personas con
llamados extraordinarios de parte de Dios se han convertido de la noche a la
mañana en sus peores enemigos, tan solo por probar un bocadillo del pecado. El
pecado se presenta como un bocadillo suculento y delicioso que alguien te
ofrece o que tú mismo por tu propia voluntad decides comer sin darte cuenta de
las fatales consecuencias que luego vendrán sobre tu ser específicamente sobre
tu alma.
Todo puede comenzar con un simple trago, hasta que se convierte en una borrachera, con
un simple beso hasta que se convierte en una orgía, con el robo de unos
centavos hasta que se convierte en un gran atraco a mano armada y con una
simple seducción hasta que se convierte en un adulterio.
Cuando Eva hizo que Adán cayera de la gracia
del creador, fue por un simple fruto que
luego se convirtió en una gran desobediencia que a su vez trajo consecuencias catastróficas
a la humanidad.
En el Edén se cometió un adulterio
espiritual. Aquella pareja que había sido creada como ejemplo y como un modelo
de Dios para la humanidad, coqueteo con el bocadillo de la desobediencia y no
solo se indigestaron ellos, sino que de paso le causaron un gran virus mortal a
la humanidad. Gloria a Jesús que más adelante a través de su sangre nos regaló
el antídoto de ese virus, proporcionado
la salvación a todo aquel que decide tomarlo.
Uno de los pecados que Dios más aborrece es
el adulterio.
¿Qué es el adulterio? es amar a dos personas
a la vez o mejor dicho es amar a una y hacerle creer a la otra que también la
amas, ya que la palabra de Dios
establece que no se puede amar a dos señores al mismo tiempo porque amaras a
uno y aborrecerá al otro.
Esto sucede contigo cuando le juras lealtad a
Dios y al mismo tiempo vives coqueteando con el pecado y complaciendo los
deseos de tu carne. A esto se le llama
adulterio espiritual y esto te convierte en un alma adultera. Veamos lo que
dice la biblia al respecto.
No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del
Padre no está en él. 1 Juan 2:15,16.
La Biblia de las Américas
dice en Santiago 4:4
¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Cuando una persona ama a alguien o a algo le entrega todo
su corazón, su adoración y toda su vida,
pues si tú amas al mundo y a las cosas que forman parte de él: tu vida, tu corazón
y tu lealtad les pertenecerán al mundo.
El mundo es ese sistema que camina de espaldas a Dios, que
se alía con el enemigo de nuestras almas para mantenerte ocupado en cosas que
no edifican ni exaltan a Dios. Es el sistema que bajo el maligno te hechiza
para que toda tu atención esfuerzos y devociones sean puestas solo en las cosas
materiales y perecederas, dejando a un lado las cosas espirituales que son las que
alimentan tu alma.
Una de las partes más esencial del
proceso de santidad radica en la fidelidad y la lealtad hacia Dios.
Cuando la santidad se apodera de tu alma, el sensor de tus
emociones se sentirá incomodo cuando estas quieren coquetean con el pecado. La voz del Espíritu Santo que habita en ti te
alertara y le dirá a tu corazón ¡cuidado! Estas pisando un
terreno que no le pertenece a tu Dios ¡detente! Si tu obedeces a esta alerta tu fidelidad y tu
lealtad se mantendrán alineadas con los mandamientos y preceptos de Dios, pero
si por el contrario tú decides pisar esos terrenos desagradables al Espíritu
santo entonces tú te estará alineando, honrando y hasta adorando a tu concupiscencia
y al mundo, ofendiendo de esta manera al Espíritu Santo y por ende declarando
tu enemistad con Dios.
Al proceso de ofender al Espíritu Santo se le puede también
llamar FUEGO EXTRAÑO, que es una adoración falsa a un dios falso o a una creación
en vez de al creador, es hacer cosas que Dios nunca mando o sea es irse en
contra de sus mandamientos.
Veamos lo que pasó con los hijos de Aarón, quienes estaban llamados
al sacerdocio por Dios y cuál fue la consecuencia que trajo sobre sus vidas el
fuego extraño.
Levítico 10:1-2
Nadab
y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos
fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego
extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de
Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová.
¿En qué consistió el fuego extraño que ofrecieron
Nadab y Abiú? ¿Por qué
Dios envió juicio sobre estos dos sacerdotes?
La Biblia dice solamente que “ofrecieron
fuego entraño que (Dios) nunca mandó...” Se han dado varias explicaciones sobre
este hecho:
Posiblemente tomaron en sus incensarios fuego
común y no el fuego del altar del holocausto. Las obligación era tomar fuego
del altar, pues este había sido encendido por el propio Dios (Lev. 16:12; Núm.
16:46). Quizás estaban embriagados, y
esto, precisamente, los llevó a ofrecer
el fuego extraño.
El hecho es que cuando tú y yo recibimos el espíritu
de adopción al recibir a Jesús como nuestro Señor y Salvador, pasamos a formar
parte de su cuerpo y nuestros propios
cuerpos pasan a ser su templo, es decir nos convertimos en una sola carne con
El. Entonces Dios en forma del Espíritu
Santo entra a morar en nuestras almas y nos hace propiedad exclusiva de Él, lo que implica que cuando nosotros comemos del
bocadillo del pecado su espíritu se separa de nuestras almas y aunque no nos
abandona se contrita, mudándonos a una condición de mortandad espiritual, porque el pecado es la única condición que nos
hace enemigos y nos separa de Dios.
El espíritu del hombre sin El espíritu Santo está
muerto, es el espíritu de Dios quien nos vivifica y nos levanta cuando entramos
en el proceso de obediencia y de santidad y cuando dejamos que sea solo El
quien nos dirija.
Después de estas palabras ¿QUIERES TU SEGUIR
SIENDO ENEMIGO DE DIOS? o ¿quieres que su Espíritu te llene y transforme en un
hombre conforme a su corazón?
Es mejor morir al pecado y ser un buen amigo
de Dios que vivir conforme a los deseos de la carne y siguiendo ciegamente las
corrientes del sistema mundo y seguir siendo un enemigo en potencia de DIOS.
Recuerda que con El todo y sin El nada somos.
Que la Paz de Dios y la gracia de Jesús te alcance en este maravilloso día.
Pastor: PABLO RAMOS.