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miércoles, 26 de febrero de 2014

¿QUIENES SON LOS ENEMIGOS DE DIOS?

Son enemigos de Dios todos aquellos que no obedecen ni guardan sus mandamientos y sus preceptos, los que se levantan en contra de su voluntad y viven conforme a la voluntad del diablo o de su propia voluntad complaciendo los deseos de su carne y viviendo conforme al dios de este siglo.

Desde el principio de la eternidad Dios ha tenido muchos enemigos igualmente el pueblo que el escogió Israel. La biblia menciona algunos de ellos: Satanás, los  amonitas, los amalecitas, los filisteos, los amorreos,  entre otros.  Digo esto porque te sorprenderás saber que hay una persona que aunque dice llamarse amigo y servidor del Señor se convierte en el peor de sus enemigos.

¿Quién es? ERES TÚ, cuando te dejas dirigir y seducir por los deseos de tu carne, para vivir conforme a las corrientes de este mundo.

Es muy penoso ver como muchas personas con llamados extraordinarios de parte de Dios se han convertido de la noche a la mañana en sus peores enemigos, tan solo por probar un bocadillo del pecado. El pecado se presenta como un bocadillo suculento y delicioso que alguien te ofrece o que tú mismo por tu propia voluntad decides comer sin darte cuenta de las fatales consecuencias que luego vendrán sobre tu ser específicamente sobre tu alma.

Todo puede comenzar con un simple trago,  hasta que se convierte en una borrachera, con un simple beso hasta que se convierte en una orgía, con el robo de unos centavos hasta que se convierte en un gran atraco a mano armada y con una simple seducción hasta que se convierte en un adulterio.

Cuando Eva hizo que Adán cayera de la gracia del creador,  fue por un simple fruto que luego se convirtió en una gran desobediencia que a su vez trajo consecuencias catastróficas a la humanidad.

En el Edén se cometió un adulterio espiritual. Aquella pareja que había sido creada como ejemplo y como un modelo de Dios para la humanidad, coqueteo con el bocadillo de la desobediencia y no solo se indigestaron ellos, sino que de paso le causaron un gran virus mortal a la humanidad. Gloria a Jesús que más adelante a través de su sangre nos regaló el antídoto de ese virus,  proporcionado la salvación a todo aquel que decide tomarlo.

Uno de los pecados que Dios más aborrece es el adulterio.

¿Qué es el adulterio? es amar a dos personas a la vez o mejor dicho es amar a una y hacerle creer a la otra que también la amas,  ya que la palabra de Dios establece que no se puede amar a dos señores al mismo tiempo porque amaras a uno y aborrecerá al otro.

Esto sucede contigo cuando le juras lealtad a Dios y al mismo tiempo vives coqueteando con el pecado y complaciendo los deseos de tu carne.  A esto se le llama adulterio espiritual y esto te convierte en un alma adultera. Veamos lo que dice la biblia al respecto.

No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 1 Juan 2:15,16.

La Biblia de las Américas dice en Santiago 4:4
¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

Cuando una persona ama a alguien o a algo le entrega todo su corazón, su adoración  y toda su vida, pues si tú amas al mundo y a las cosas que forman parte de él: tu vida, tu corazón y tu lealtad les pertenecerán al mundo. 

El mundo es ese sistema que camina de espaldas a Dios, que se alía con el enemigo de nuestras almas para mantenerte ocupado en cosas que no edifican ni exaltan a Dios. Es el sistema que bajo el maligno te hechiza para que toda tu atención esfuerzos y devociones sean puestas solo en las cosas materiales y perecederas, dejando a un lado las cosas espirituales que son las que alimentan tu alma.

Una de las partes más esencial del proceso de santidad radica en la fidelidad y la lealtad hacia Dios.

Cuando la santidad se apodera de tu alma, el sensor de tus emociones se sentirá incomodo cuando estas quieren coquetean con el pecado.  La voz del Espíritu Santo que habita en ti te alertara  y le dirá  a tu corazón ¡cuidado! Estas pisando un terreno que no le pertenece a tu Dios ¡detente!  Si tu obedeces a esta alerta tu fidelidad y tu lealtad se mantendrán alineadas con los mandamientos y preceptos de Dios, pero si por el contrario tú decides pisar esos terrenos desagradables al Espíritu santo entonces tú te estará alineando, honrando y hasta adorando a tu concupiscencia y al mundo, ofendiendo de esta manera al Espíritu Santo y por ende declarando tu enemistad con Dios.

Al proceso de ofender al Espíritu Santo se le puede también llamar FUEGO EXTRAÑO, que es una adoración falsa a un dios falso o a una creación en vez de al creador, es hacer cosas que Dios nunca mando o sea es irse en contra de sus mandamientos.

Veamos lo que pasó con los hijos de Aarón, quienes estaban llamados al sacerdocio por Dios y cuál fue la consecuencia que trajo sobre sus vidas el fuego extraño.

Levítico 10:1-2
Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.  Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová. 

¿En qué consistió el fuego extraño que ofrecieron Nadab y Abiú? ¿Por qué Dios envió juicio sobre estos dos sacerdotes?

La Biblia dice solamente que “ofrecieron fuego entraño que (Dios) nunca mandó...” Se han dado varias explicaciones sobre este hecho:

Posiblemente tomaron en sus incensarios fuego común y no el fuego del altar del holocausto. Las obligación era tomar fuego del altar, pues este había sido encendido por el propio Dios (Lev. 16:12; Núm. 16:46). Quizás estaban embriagados,  y esto,  precisamente, los llevó a ofrecer el fuego extraño.

El hecho es que cuando tú y yo recibimos el espíritu de adopción al recibir a Jesús como nuestro Señor y Salvador, pasamos a formar parte de su cuerpo  y nuestros propios cuerpos pasan a ser su templo, es decir nos convertimos en una sola carne con El.  Entonces Dios en forma del Espíritu Santo entra a morar en nuestras almas y nos hace propiedad exclusiva de Él,  lo que implica que cuando nosotros comemos del bocadillo del pecado su espíritu se separa de nuestras almas y aunque no nos abandona se contrita, mudándonos a una condición de mortandad espiritual, porque el pecado es la única condición que nos  hace enemigos y nos separa de Dios.

El espíritu del hombre sin El espíritu Santo está muerto, es el espíritu de Dios quien nos vivifica y nos levanta cuando entramos en el proceso de obediencia y de santidad y cuando dejamos que sea solo El quien nos dirija.

Después de estas palabras ¿QUIERES TU SEGUIR SIENDO ENEMIGO DE DIOS? o ¿quieres que su Espíritu te llene y transforme en un hombre conforme a su corazón?

Es mejor morir al pecado y ser un buen amigo de Dios que vivir conforme a los deseos de la carne y siguiendo ciegamente las corrientes del sistema mundo y seguir siendo un enemigo en potencia de DIOS.


Recuerda que con El todo y sin El nada somos. Que la Paz de Dios y la gracia de Jesús te alcance en este maravilloso día. 

Pastor: PABLO RAMOS.

sábado, 22 de febrero de 2014

CONSEJOS PARA CRECER ESPIRITUALMENTE.

Un joven se fue a la universidad midiendo 172 cm. Cuando volvió a su casa después del primer semestre, se notaba que había crecido. Su padre le dijo: "Hijo, ¡has crecido! Vamos a ver cuánto mides." ¡Los dos se sorprendieron al descubrir que ahora medía 180! El muchacho comentó: "¡No me había dado cuenta!"

Su padre le preguntó: "¿No te diste cuenta que la ropa ya no te quedaba muy bien?" Su hijo le respondió: "Es que... como me la tenía que lavar yo sólo, pensé que no la estaba lavando bien, y se había encogido." El crecimiento pasó desapercibido por el joven, pero el ojo paterno lo vio de inmediato.

Para cualquier padre, el crecimiento de sus hijos es tanto un gozo como una sorpresa. No sé por qué, pero siempre nos sorprendemos al ver cuánto crecen los niños. Sin embargo, no quisiéramos que se quedaran del mismo tamaño. Queremos que crezcan, como niños sanos y activos.

Nuestro Padre celestial desea lo mismo para sus hijos. El desea que crezcamos y nos desarrollemos, como hijos espiritualmente sanos y activos. Es triste ver a un niño que, por enfermedad o desnutrición, no se ha podido desarrollar correctamente. También es triste ver a un cristiano que no se ha desarrollado espiritualmente de la manera correcta.


Ya sabemos lo que debe hacer un niño para crecer físicamente. Comer saludablemente, estar activo, descansar lo suficiente - éstas son algunas de las cosas necesarias para el crecimiento. También hay varias cosas necesarias para el crecimiento espiritual - la oración, la adoración y el servicio, por ejemplo.

En su Palabra, Dios nos da una clave en particular que representa la base necesaria para el crecimiento espiritual. En realidad, podríamos decir que todas las demás cosas fluyen de ésta. Si estamos creciendo en esta área, será fácil crecer en las demás también. Abramos la Biblia en 1 Pedro 2:1-3 para ver cuál es:

2:1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2:2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 2:3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.


En estos versículos encontramos dos cosas importantes para crecer. Primeramente, tenemos que quitar de nuestra vida las cosas que estorban el crecimiento. En segundo lugar, tenemos que recibir constantemente la leche que nutre el crecimiento. Si no quitamos los estorbos, nuestro crecimiento será muy esporádico y tenue.

Una vez, vi un árbol que había crecido sólo por un lado, pero no por el otro. No existía ninguna razón aparente para explicar su crecimiento desnivelado. Intrigado, le pregunté a alguien por qué este árbol presentaba una apariencia tan extraña. La persona me explicó que la tubería de agua pasaba por este lado del árbol, y como las raíces se encontraban estorbadas por la tubería, las ramas no habían crecido en esa dirección tampoco.

De la manera en que la tubería estorbó el crecimiento del árbol, hay actitudes en nuestro corazón que pueden estorbar nuestro crecimiento en Cristo también. Puede ser que la gente no vea estas actitudes, pero sus resultados serán obvios. Nos quedaremos estancados, sin madurar ni crecer como Dios quiere que lo hagamos.

¿Cuáles son estas actitudes? El verso 1 los dice: maldad, engaño, hipocresía, envidias y calumnia. La maldad también se podría describir como malicia. Es una actitud que no busca el bien de los demás. Más bien, la persona maliciosa está dispuesta a hacerles daño si les da la gana. Esta actitud estorba nuestro crecimiento en la fe, porque Dios es un Dios de amor - y la malicia es lo opuesto al amor.

El engaño también estorba nuestro crecimiento en la fe. Cuando nos acostumbramos a engañar a otros, con el tiempo nos empezamos a engañar a nosotros mismos también. Es muy peligroso tener la costumbre de engañar, simplemente para evitar la incomodidad. Crea muchos problemas.

El engaño es una mala costumbre muy común. Una forma de engañar es dar pretextos. Por ejemplo, me he dado cuenta de que, cuando las personas enfrentan algún problema que los aleja de Dios, muchas veces dan pretextos por no venir a la Iglesia. Esta es una forma de engaño, porque están engañando a sus hermanos acerca de lo que realmente sucede. Si dijeran la verdad, podríamos orar por ellos y tratar de ayudarles. Pero por guardar las apariencias, prefieren el engaño.

Si queremos crecer, tenemos que quitarnos el engaño y cultivar la sinceridad en nuestro corazón. Otra actitud parecida es la hipocresía, que también podríamos llamar la insinceridad. Esta actitud nos lleva a presentar una cara falsa y esconder nuestra fallas.

Nuestra palabra "hipócrita" viene del griego, donde significaba un actor de teatro. Los actores llevaban máscaras y usaban gestos exagerados para representar a sus personajes, pero por supuesto, lo que realmente sentía el actor podía estar totalmente opuesto a lo que representaba su personaje. La hipocresía es representar algo que no es cierto.

En lugar de ser hipócritas, debemos cultivar un corazón simple y sencillo, un corazón menos interesado en las apariencias y más interesado en la verdad. También tenemos que deshacernos de la envidia. Si vivimos consumidos por la envidia, nunca vamos a crecer en nuestra fe.

Cuando tú ves a otra persona que tiene lo que tú no tienes, y sientes envidia, no sabes cuáles problemas también lleva esa persona. Tampoco sabes lo que Dios tiene para ella o para ti en el futuro. En vez de dar lugar a la envidia, debemos cultivar un corazón agradecido con Dios. Cuando le estamos dando gracias por todas sus bendiciones, la envidia queda excluida.

La última actitud que nos tenemos que quitar es la calumnia. El chisme y la calumnia van de la mano. Cuando empezamos a hablar acerca de otras personas, es muy fácil caer en la calumnia. Podemos repetir algo que se nos dijo, sin saber si es cierto o no. Podemos juzgar por las apariencias, sin conocer la verdad.

Antes de decir algo acerca de otra persona, pregúntate: ¿Es necesario decirlo? ¿Es provechoso decirlo? ¿Refleja amor? Si no, mejor no lo digas. La calumnia es una de las cosas que te convertirá en un enano espiritual.

Todas estas actitudes, como ropa sucia y vieja, son cosas de las que tenemos que deshacernos. Esto muchas veces es un proceso. Es un arrepentimiento continuo. Cada vez que el Espíritu Santo te hace ver que tienes alguna de estas cosas en tu vida, confiésalo a Dios y pídele su ayuda para vencerlo. Toma una decisión consciente de cambiar de actitud.

Si éstas son las cosas que tenemos que quitar para poder crecer, ¿cuál es la clave para el crecimiento? Encontramos la clave en el verso 2 de nuestro pasaje. Como un bebé necesita la lecha para crecer, nosotros necesitamos la Palabra de Dios. La verdad que Dios nos enseña en su Palabra es la leche que nutre nuestro crecimiento espiritual.

¿Por qué decimos que la Biblia es la Palabra de Dios? Encontramos la respuesta en 2 Timoteo 3:16: "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia". Lo que separa la Biblia de cualquier otro libro es que Dios mismo la inspiró. Su Espíritu Santo guió a los autores mientras ellos escribían. Por esto, cuando leemos o escuchamos la Biblia, podemos escuchar la voz de Dios hablando directamente a nuestro corazón.

¿Alguna vez has visto que un niño tire la leche? Quizás esté fastidiado o enojado, pero no se pone a pensar en lo bueno que es lo que está desperdiciando. Nosotros ya no somos niños, pero me temo que muchos estamos tirando la leche buena de la Palabra que Dios pone a nuestro alcance.


Todos tenemos en nuestras manos la Biblia. Si no hacemos tiempo para leerla, escucharla y conocerla, estamos desperdiciando la oportunidad que Dios nos ha dado. Si queremos crecer en Cristo, tenemos que recibir su Palabra. Leer, escuchar sermones, tomar clases, memorizar versículos - hay muchas formas de hacerlo. Pero no podemos dejarlo.

Existen muchas otras cosas que nos ayudan a crecer. Pero si nos ponemos a pensar, la Palabra nos enseña acerca de todas ellas. La adoración, el servicio, la oración - aprendemos de todos ellos en la Biblia. Por lo tanto, si estamos aprendiendo de la Palabra y obedeciéndola, vamos a crecer en todas estas cosas. La Palabra es la base para nuestro crecimiento.

¿Estás listo para aceptar el reto del crecimiento? ¿Estás preparado para quitar los estorbos al crecimiento y recibir la leche pura que te hará crecer? Si lo estás, te invito a que escojas una cosa en particular que harás este mes para crecer. Podría ser empezar a tener reuniones familiares un día a la semana con tu familia para leer un capítulo de la biblia y orar juntos los unos por los otros. O quizás decidas apartar tiempo todos los días para leer la Palabra. Ante Dios, decide qué harás para crecer, y pídele su ayuda para hacerlo.


Dios agregue sabiduría y bendición a través de estas palabras. Amen.

Pastor: Pablo Ramos D.

miércoles, 19 de febrero de 2014

HECHICEROS EN MEDIO NUESTRO. ¡CUIDADO!

¡Cuidado con la hechicería dentro del pueblo de Dios! 

La Hechicería ha entrado de una forma muy sigilosa a nuestras Iglesias, familias y hasta a nuestras relaciones interpersonales. 

Tal vez usted pensara cuando hablamos de hechicería que nos estamos refiriendo específicamente a brujería, ¡no! la brujería es solo el nivel más bajo y más evidente de la hechicería. Yo me refiero a la forma en que muchas personas dentro de nosotros, hacen uso de sus conocimientos diabólica mente adquiridos, muchas veces consciente o inconscientemente para engañar y confundir a otras personas valiéndose de mecanismos tales como:  la manipulación, la seducción, la intimidación y el control con la finalidad de conseguir que las personas con más debilidades mentales hagan las cosas que ellos quieren, muchas veces hasta utilizando las palabras de la Biblia.

Es muy importante que usted sepa que cuando alguien consigue que usted haga las cosas que usted no quiere hacer o no hagas las cosas que si quiere hacer, usurpando así y violentando su voluntad o su libre albedrío, esas personas no importa que se llamen padres, esposos o esposas, maestros y hasta (Pastor), Te están controlando y eso es hechicería.

La hechicería es propiciada por el diablo y quienes las practican en cualquiera de sus formas evidentes o no, recibirán en algún momento el castigo de Dios (Ver Isaías 47:11-15).

Recuerda que el espíritu santo te dirige y te guía a toda verdad, más el espíritu inmundo te controla y te engaña para que hagas su voluntad o tu propia voluntad dejando de lado la perfecta voluntad de Dios.

Cuídate de todo aquel que te obligue, te fascine  o te seduzca a hacer cosas que tu no quieres hacer.  El apóstol Pablo hablo de este tipo de personas en su carta a los Gálatas 3:1 ¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?

Si tú eres una víctima de este tipo de personas y aun no lo sea,  hoy quiero compartirte algo que te va ayudar a salir vencedor de esta situación y hasta a detectar cuando alguien te quiera hechizar.

1.-El que puede controlar tu mente también alcanzara controlar tu cuerpo.
2.- Hay tres voces que podemos creer escuchar en nuestra mente: La voz de nuestro espíritu que se parece mucho a la voz de Dios, puesto que fue el quien soplo en nosotros su aliento, la voz de Dios y la voz del enemigo de nuestras almas satanás, quien imita perfectamente la voz de Dios, por ser El también un ser creado y no creador.

-Cuando es Dios que habla a tu corazón, Él no te insistirá, ni te fatigara para que tu hagas su voluntad, sino que su Espíritu Santo te hará sentir Paz y tratara de convencerte con amor, en cambio cuando satanás a través de alguien, te quiere hechizar tratara de fatigarte, insistir te, intimidarte, seducirte, manipularte y hasta controlarte. 

Cuando esa persona logra que tú hagas su voluntad,  entonces vendrán sobre ti algunos de estos sentimientos: culpabilidad, duda y ansiedad y sobre todo un sentimiento encontrado y una voz interior que te dirá continuamente en la mente, le fallaste a tu Dios-.

Aléjate de este tipo de persona y ora para que Dios tenga misericordia de Él o de Ella,  ya que la biblia dice acerca del que hace tropezar a un pequeñito que mejor es que se ate una piedra de molino al cuello y se eche al mar, grande y fuerte será su castigo.

Leer 2da. Parte Aquí: 
http://pastorpabloramosd.blogspot.com/2014/03/hechiceros-en-medio-nuestro-2da-parte.html