UN LLAMADO A LA VICTORIA

El libro de los salmos en su capítulo 24:9-10 nos dice:

(9) Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria. (10) ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria.

Si analizamos detenidamente estos versículos de los salmos, encontraremos en ellos una gran enseñanza que bendecirá grandemente nuestras vidas, ya que todas las palabras que se encuentran escritas en la biblia tienen un significado y una aplicación especial para bendecirnos. 

Estas palabras fueron escritas por el Rey y salmista David y son un llamado a darle la oportunidad de que entre a nosotros la naturaleza defensora de Jehová de los ejercito, para salvarnos y protegernos. 

Si analizamos la primera frase del versículo 9 “Alzad, oh puertas vuestras cabezas” veremos que es una metáfora donde el Espíritu Santo da una ordenanza directa a las puertas para que levanten sus cabezas, algo que es un poco paradójico, debido a que las puertas no tienen cabezas, entonces a quien se está refiriendo  el salmista, se está refiere a usted y a mí, porque nosotros si tenemos cabeza y raciocinio los que nos da la opción de tomar decisiones.

Si observamos cual es la descripción de una puerta notaremos que es un espacio por donde entran y salen personas animales o cosas, que además se puede abrir o se puede cerrar, comprenderíamos que el salmista se refiere específicamente al alma de los seres humanos, que es la que se abre o se cierra a las cosas de Dios y que puede darle entrada o salida a todo tipo de pensamientos.

Nuestra mente es una puerta que se convierte en puente directo para dar poder tanto a Dios como a satanás y al pecado. Dependiendo de los pensamientos e intenciones que alberguemos en ella nuestro corazón se alineará y dará entrada a uno de los dos, por eso el apóstol Pablo hablaba a los creyentes de Efesio de una mente renovada. 

Efesios 4:17-24.

17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;  19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. 

20 Más vosotros no habéis aprendido así a Cristo, 21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. 22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,  24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. 

Entonces si nosotros somos puertas para Dios, el Espíritu Santo nos invita a mantener nuestras cabezas hacia arriba, no hacia abajo, porque una persona cabizbaja denota confusión, depresión y derrota, en cambio una individuo con la cabeza erguida, habla de una persona fuerte y victoriosa. 

Debido a que el hombre vive lejos de Dios y practicando una vida de pecado, su forma de pensamiento se ha desfigurado y degradado conforme a lo establecido en las sagradas escrituras, pues en muchos casos nuestras mentes han sido controladas y apoderadas por satanás y por el enemigo número uno de Dios. "El Pecado". 

Difícilmente una vida que no le permite a Dios que renueve su mente, podrá obtener victoria en su caminar por lo espiritual y se le dificultara entender cuál es el plan perfecto y el verdadero propósito de Dios para El. 

Tenemos como hijos de Dios y como puertas de entradas de bendiciones que somos, aprender a levantar nuestras cabezas a través de la renovación de nuestras mentes.

La segunda frase del verso 9 nos denomina “puertas eternas” porque esa es la condición de todo hombre que ha recibido al rey de gloria, que ha renovado su mente y que ha levantado su mano diciéndole si al Señor.  

Sigue diciendo “Y entrara el rey de gloria” y en el verso 10 concluye con una pregunta y una respuesta inmediata “¿Y quién es el rey de gloria? Jehová de los ejercito es el rey de gloria.”

Notemos que el salmista le está dando una atribución muy interesante a Jehová el rey de gloria, él está hablando del carácter guerrero de Jehová de los ejércitos, del que no conoce la derrota, del gran vencedor en batallas.

Es del hombre la responsabilidad de mantener en alto la condición de su alma, cuidando con temor y temblor la salvación que Jehová de los ejércitos ha peleado en contra de satanás y del mundo, para así hacernos partícipes de su gloria.

Siendo que nuestra salvación fue pagada por un precio tan caro, a través de la sangre de Cristo, nosotros debemos como puertas cerrarnos a toda transgresión y pecado.

Proverbios 17:19 dice: 

“El que ama la disputa ama la transgresión y el que abre demasiado la puerta busca su ruina.”

Para levantar puertas eternas de salvación debemos vivir una vida de comunión no solo con Dios sino también con los demás, evitando las diputas, los pleitos y las contiendas con nuestros hermanos y prójimos. El apóstol Santiago así nos aconsejó en el Capítulo 5:9

“Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.” 

Y la puerta somos nosotros.