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lunes, 24 de octubre de 2016

LA FORMA SUTIL DE LA IDOLATRIA

Uno de los pecados que a lo largo de la historia de la humanidad, ha provocado y desatado los más horribles juicios de Dios sobre la tierra, ha sido la IDOLATRÍA. Pero, lo más triste de todo esto es, que quien mayor amargura le ha causado a Dios por motivo de este pecado, ha sido su pueblo escogido, la nación de Israel. Por poner un solo ejemplo, no fue sino, por causa de este pecado, que tres mil israelitas fueron muertos a espada en medio del desierto, cuando en su desobediencia fabricaron un becerro de oro para adorarle. (ÉXODO 32:28).

La Idolatría, es el amor excesivo de una persona, pueblo o nación; expresado a alguna falsa divinidad representada por alguna figura o imagen creada o compuesta por el hombre. La idolatría es, en resumen, uno de los pecados que más repugnancia le causa a Dios y, en consecuencia, a su vez, uno de los pecados por los que más severamente ha castigado Dios a los hombres y especialmente a su pueblo.

Sin embargo, existe un pecado al que la biblia compara y categoriza como idolatría y al que podemos nombrar como IDOLATRÍA OCULTA o la forma sutil de la Idolatría, y lo llamo así, porque la persona que la padece, no se da cuenta de que la tiene, en razón de que el mismo pecado se encarga de mantenerse oculto dentro de la misma persona, encegueciéndola para que no lo vea.

Este pecado al que me refiero, penosamente muy común y presente en la personalidad de algunos de nosotros los cristianos, es al pecado de la Obstinación.

El diccionario describe este término como un estado de ánimo muy habitual entre los seres humanos que se caracteriza por la terquedad y la tozudez a la hora de la ejecución de alguna acción o actividad, o bien para comprender y entender determinadas cuestiones o puntos de vista que difieren con las propias.

Ser Obstinado y ser Idolatra, es según la biblia, exactamente lo mismo. Así lo encontramos en el Capítulo 15, versículo 23 de 1 Samuel: 

"PORQUE COMO PECADO DE ADIVINACIÓN ES LA REBELIÓN, Y COMO ÍDOLOS E IDOLATRÍA LA OBSTINACIÓN".

Una persona OBSTINADA, es una persona OBSESIONADA y para que lo entendamos todavía mejor, es una persona TERCA, es alguien tan ciego, tan ofuscado, necio y persistente en su error, que es capaz, con su terquedad de hacer hablar hasta a los BURROS; cual fue el caso del profeta BALAAN (Num. 22:21-33) a quien su ASNA tuvo que hablarle para que parara de golpearla, en razón de que el profeta, por motivo de su OBSTINACIÓN en ir a maldecir al pueblo de Dios, no podía ver al ángel que con su espada desnuda se había parado frente a la BURRA para detenerla en su camino.

Esta BURRA había visto al ángel tres veces, sin embargo, el profeta de Dios, por su terquedad no había podido verlo ni siquiera una vez y por esta causa la golpeaba para que avanzara. Fue tan excesiva la OBSESION del profeta, que estuvo en riesgo de que el ángel lo matara, pues cuando el profeta se detuvo, el ángel le dijo: Si la burra no se hubiera detenido, yo te hubiera matado a ti y a ella la hubiera dejado viva. Así es que, Imagínese usted. ¿Si esto le sucedió a un cristiano con la categoría de profeta, acostumbrado a tener visiones, hablar con ángeles y escuchar la audible voz de Dios, que piensa usted nos sucedería a nosotros, muchos de los cuales, si sabemos que Dios habla, ha sido porque algún profeta nos ha hablado en su nombre?

El mayor ejemplo de OBSTINACIÓN lo tenemos en el caso del Rey Saúl, quien su OBSTINACIÓN lo llevó no sólo a ser desechado por Dios y perder su reinado; sino que también lo condujo al ocultismo yendo a parar a consultar a una bruja. Y es que la OBSTINACIÓN es el medio de que se vale satanás para hacer que muchos, sin saberlo, terminen rindiéndole adoración. De modo que cuando tú te inclinas frente a cualquier imagen o frente a tu propio ego y lo adoras, sin darte cuenta estás rindiendo adoración al enemigo de las almas, pues detrás de toda idolatría se encuentra el maligno buscando ser venerado.

Las personas perseverantes que tienen las ideas claras y saben lo que quieren suelen ser muy admiradas y conseguir prácticamente todo lo que se proponen, pero ¿Qué pasa cuando nos obstinamos con la misma idea, cuando queremos tener siempre la razón, cuando no somos capaces de escuchar los consejos y advertencias de los seres que tenemos a nuestro alrededor? Es entonces cuando nuestra obstinación se convierte en una cárcel y nuestro ego, en los barrotes.

Las personas que son presas de la Obstinación y el egocentrismo, por lo general solo obedecen a su propio “Yo.” Piensan que todo lo saben y no escuchan consejos. Ese fue el gran error del Rey Saúl, quien luego de haber sido ungido por Dios a través del Profeta Samuel, y luego de haber tenido una experiencia tan hermosa donde la misma gloria de Dios lo visito y hasta danzo, adoro y profetizo, posteriormente fue rechazado por Dios; porque Dios no comparte su gloria con nadie y solo Él se puede auto-denominar “YO SOY”

Cuando una persona es Obstinado desafía de forma directa a Dios, se hace esclavo de sus opiniones y no admite estar equivocado, ya que su opinión es su gran ídolo.

Te has preguntado ¿Cómo sería tu vida si hubieras escuchado más a las personas que te has encontrando en tu camino y han tenido la paciencia de darte buenos consejos? Muchas veces fruto de una larga experiencia, y tu cometiendo el mismo error por causa de tener una idea fija en tu cabeza.

Esta incapacidad que a veces todos tenemos de dejarnos modificar por el entorno y querer tener siempre la razón, nos ciega y en muchas ocasiones se convierte en un obstáculo que continuamente tenemos que saltar.

Es muy común confundir fortaleza con obstinación. Y en algunas ocasiones hasta podemos ser ambas cosas, sin embargo, son caminos que nacen y llevan a lugares muy diferentes: la fortaleza nace de la capacidad de adaptarnos y la obstinación del miedo al cambio y el ego desmedido.

Los obstinados de carácter tratan de vencer su miedo luchando con los otros, pero no son conscientes de que el poder que creen tener y su terquedad, es en realidad debilidad disfrazada de fuerza.

El miedo suele ser la causa de la mayoría de los problemas:

miedo a los cambios, miedo al rechazo, a la soledad, etc. Hay personas que temen mostrarse a sí mismas porque se sienten vulnerables y se refugian detrás de su ego cerrándose al mundo exterior. Ese muro les impide conectar con los otros y con la demanda del momento. Así en su afán por proteger su mundo interior dejan de empatizar y congeniar con los otros y las relaciones personales se resienten mucho. Es difícil ser feliz cuando se entiende la vida como una lucha y las relaciones personales como una guerra.

Querer tener siempre la razón es una gran responsabilidad que puede llegar a pesarnos como una gran bolsa de piedras. Nadie nos pide que estemos siempre seguros de todo, a veces uno simplemente no sabe la respuesta.

Admitir que no somos perfectos es uno de los caminos directos a la felicidad y mejora mucho las relaciones con los que tenemos alrededor porque, si en vez de luchar y quedarte en esa cárcel que es la obstinación, entiendes las relaciones personales como un apoyo mutuo, asumes que los que te rodean tienen mucho que enseñarte y estás dispuesto a modificar tus pensamientos y acciones, sin dejar de ser tú mismo, seguro que tomarás mejores decisiones y estarás mucho más cerca de alcanzar la felicidad.

Finalmente, mi consejo es que aprendamos a ser transigente, dócil y llevadero.  Jesús dijo:

“APRENDED DE MI QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN Y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS”.  Mateo 11:29.

Dice el Profeta Samuel: 

¿SE COMPLACE DIOS TANTO EN LOS HOLOCAUSTOS, ¿VICTIMAS OFRENDAS Y SACRIFICIOS, COMO EN QUE SE LE OBEDEZCA? CLARO QUE NO, PUESTO QUE LA OBEDIENCIA, DICE DIOS, VALE MUCHO MAS QUE MILES DE SACRIFICIOS”. 1 Samuel 15:22.

Y dice el Salmista David:

“EL HACER TU VOLUNTAD OH DIOS, ME HA AGRADADO”. SALMOS 40:8.

Cuidemos de ser sabios en nuestras propias opiniones y pidamos al Señor Jesús que nos ayudes cada día a ser como El.

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