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martes, 29 de agosto de 2017

DIOS Y EL AMOR

Dios es amor. Primera de Juan 4:8 lo declara: "El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor." Es una de las frases más usadas del cristianismo, y es una gran verdad. ¡Dios es amor! ¡Qué maravillosa verdad! Ahora bien, ¿cómo ama Dios? ¿Qué significa decir que Dios es amor? Algunos escuchan esta frase se imaginan a Dios como un enorme conejo de peluche, con ojos de corazoncitos y una expresión tierna en la cara. Pero Dios no ama así.

Otros confunden la frase y piensan que el amor es Dios. Cualquier sentimiento pasajero que tengan lo identifican con Dios. Saltan de una relación romántica a otra, diciendo: "¡Dios es amor! ¡Dios quiere que yo sea feliz!" Pero el amor de Dios tampoco es así.

Entonces, ¿cómo es que ama Dios? ¡Nos urge saberlo! La cosa más valiosa en la vida es conocer y vivir en el amor de Dios. Vivir en el amor de Dios llenará tu corazón como nada más lo puede hacer. Expresar el amor de Dios es la mayor función de nuestra fe. Quiero invitarte hoy a considerar conmigo cómo ama Dios, para poder perfeccionar nuestra vivencia de su amor.

¿Cómo podemos saber cómo ama Dios? Cuando un científico elabora una teoría, comienza con los datos que producen sus experimentos. ¿De dónde vamos a recoger los datos acerca del amor de Dios? No cometamos el error de empezar con nuestra propia experiencia. Si basamos nuestra opinión del amor de Dios en lo que nos sucede, llegaremos a una falsa conclusión.

Si todo nos va bien, si nos sentimos contentos y felices, diremos: "¡Dios me ama!" Pero al día siguiente, cuando nos levantamos con el pie izquierdo, diremos: "¡Dios no me ama!" 
Nuestra propia experiencia no es una base suficiente para comprender el amor de Dios. ¿Dónde empezamos, entonces? Empezamos con la revelación que Dios nos da en su Palabra.

Vamos a ver hoy, de la Palabra de Dios, tres formas en que Dios ama - y tres formas en que El nos llama a imitar su amor. Así podremos acercarnos a un entendimiento y una experiencia completa del amor de Dios. En primer lugar, Dios ama en relación. Lo repito: Dios ama en relación.

El amor de Dios no es algo indefinido. No es un simple sentimiento que se expresa hacia todos de manera general. No es como si agarrara una manguera y rosearas agua sobre toda la congregación, sin fijarte en donde cae. El amor de Dios se canaliza y se organiza en relaciones particulares.

Aun antes de crear el mundo, el amor entre las diferentes personas de Dios se expresaba en relaciones particulares. Por ejemplo, en Juan 17:24, Jesús habla del amor que su Padre le tenía antes de crear el mundo: "Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me amaste desde antes de la creación del mundo." Y en Juan 14:31, Jesús habla del amor que siempre le ha tenido al Padre: "pero el mundo tiene que saber que amo al Padre, y que hago exactamente lo que él me ha ordenado que haga".

La vida interna de Dios como Trinidad es misteriosa para nosotros, porque es algo mucho más allá de nuestra experiencia. Es como si una hormiga tratara de comprender a un ser humano. Pero Dios nos ha permitido ver en su Palabra que siempre, eternamente, han existido el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, unidos en una relación de amor que se expresa en relaciones como las de un Padre con su Hijo, y de un Hijo con su Padre.

Podríamos meditar sobre esto el resto de nuestras vidas, pero lo voy a dejar para después. Donde esto llega a nuestra vida es que Dios también nos ha llamado a amar en relación. La primera relación es nuestra relación con El. Luego vienen las relaciones que tenemos con los demás.

Dios nos llama a una relación con El que se parece a la relación entre un padre y su hijo. Por eso nos dice la Biblia que todos los que reciben a Cristo llegan a ser hijos de Dios. Un padre cuida a sus hijos, y es lo que hace Dios por nosotros. Un Padre educa y corrige a sus hijos, y es lo que Dios hace con nosotros. Un padre anima a sus hijos, y es lo que Dios hace con nosotros.

De igual manera, un buen hijo respeta y obedece a su padre. Así también debemos respetar y obedecer a Dios. Un hijo confía en su padre. Debemos confiar en Dios. Un hijo imita a su padre, queriendo ser como él. Nosotros debemos imitar a Dios, en su amor, su santidad y su justicia.

Dios ama en relación, y el nos llama a amar en relación también. Ahora llegamos a la segunda realidad acerca del amor de Dios, que nos ayuda a entender cómo Dios ama en relación. Es que Dios ama en compromiso. Lo repito: Dios ama en compromiso por eso se le conoce como un Dios de pactos. A lo largo de la Biblia descubrimos a Dios haciendo compromisos. Por ejemplo, después del diluvio, El hizo un compromiso, un pacto con toda la humanidad. Puso el arco iris en el cielo como señal de este compromiso de jamás volver a destruir la tierra con agua.

Luego, hizo un pacto con Abraham. Le prometió que sería el padre de una gran nación, y que a través de su descendencia, todas las naciones serían bendecidas. ¿Qué tuvo que hacer Abraham? Creerle a Dios. Abraham creyó a Dios, y Dios lo trató como justo.

Más adelante, Dios hizo un compromiso con la nación de Israel. En Deuteronomio 7:7-9, Moisés le hace recordar al pueblo lo que Dios había hecho:

7 El Señor se encariñó contigo y te eligió, aunque no eras el pueblo más numeroso, sino el más insignificante de todos. 8 Lo hizo porque te ama y quería cumplir su juramento a tus antepasados; por eso te rescató del poder del faraón, el rey de Egipto, y te sacó de la esclavitud con gran despliegue de fuerza. 9 Reconoce, por tanto, que el Señor tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos,

El hizo una promesa a sus antepasados, y luego la cumplió. Los sacó de Egipto para llevarlos a la tierra que les había prometido. En respuesta, ellos también debían amar y obedecer a su Dios.

Dios ha hecho un compromiso con nosotros también. Cada vez que celebramos la Cena del Señor, repetimos estas palabras que pronuncio Jesús: "Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre" (1 Corintios 11:25). Jesús hizo un compromiso firme al derramar su sangre para que nuestros pecados pudieran ser perdonados. Entramos en ese pacto cuando ponemos nuestra confianza en El.

Dios nos llama a amar a otros de la misma manera. Nos llama a hacer compromisos, y ser fieles a esos compromisos. Nos llama a ser fieles a nuestro compromiso matrimonial, no sólo cuando a nosotros nos de las ganas, sino todo el tiempo. Nos llama a ser fieles a nuestros hermanos en la Iglesia, no sólo cuando los necesitamos, sino todo el tiempo. Nos llama a ser fieles a nuestros amigos, no sólo cuando nos estamos divirtiendo, sino todo el tiempo. El amor se expresa en compromiso.

Esto nos lleva a la tercera realidad acerca del amor de Dios. Dios ama en acción. Lo repito: Dios ama en acción. Su amor no se expresa simplemente en bonitos sentimientos o lindas palabras; El obra para mostrar su amor. En Éxodo 15:13, Moisés declaró el amor de Dios hacia Israel: "Por tu gran amor guías al pueblo que has rescatado; por tu fuerza los llevas a tu santa morada." Por su amor los rescató. Por su amor los llevó hacia el lugar donde le harían un templo.

Dios también mostró su amor hacia nosotros en acción. Romanos 5:8 declara que "Dios muestra su amor por nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros". Dios no nos mandó una tarjeta desde el cielo diciéndonos: "¡Los amo! ¡Lástima que todos se van a ir al infierno!" El no nos dedicó alguna canción romántica. El tomó acción para salvarnos. Así ha mostrado su amor.

¿Cómo expresas el amor hacia los demás? ¿Cómo muestras tu amor a tu esposo o a tu esposa? ¿Le has preguntado cómo le gustaría que le mostraras tu amor? ¿Cómo muestras tu amor hacia Dios? ¿Qué haces para servirle y mostrarle tu amor? ¿Cómo muestras tu amor hacia los demás?

Concluyo diciendo que: Jesús les contó una historia  a sus discípulos acerca de un hombre que fue asaltado por unos bandidos. Aquel hombre lo dejaron por muerto tirado en la calle. Dos hombres pasaron junto a él; dos hombres muy religiosos, pero ninguno se detuvo para ayudarle. Por fin, un viajero que ni era de su raza fue movido por compasión y se detuvo para ayudarle. Dice que lo levantó, lo llevó a un hostal para que descansara y se encargó de su tratamiento y cuidado. Ese hombre mostró amor a un desconocido. Lo mismo nos llama Dios a nosotros a hacer. No amemos de palabra, de sentimiento. Amemos en acción, como Dios nos ha amado a nosotros. Como Dios lo hace, amemos en relación, en compromiso y en acción.

Dios derrame sus mas ricas bendiciones sobre tu vida......!

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